Doutzen Kroes: «Antes del #MeToo se consideraban normales cosas que no lo eran»
La supermodelo y siete veces ángel de Victoria’s Secret presenta su segunda colección de baño con Hunkemöller y defiende por qué el activismo en la industria es más necesario que nunca.
Ángel de Victoria’s Secret durante siete temporadas. Imagen de belleza de L’Oreal desde hace 12 años. La primera modelo de la historia que apareció en la portada de cuatro ediciones internacionales de Vogue en el número de septiembre (2013). Una de las privilegiadas integrantes de la liga de las ‘New Supers‘, mote para las herederas en fama y notoriedad de las supermodelos de los 90. Chica de calendario Pirelli y Venelia, la amazona guerrera en la película Wonder Woman. Doutzen Kroes resiste a la cabeza en la edadista industria de la moda desde hace más de una década (en 2005 ya fue nombrada modelo del año por los lectores de Vogue). Dentro de ella ha interpretado múltiples papeles, aunque uno de los más desconocidos para el gran público es el de ser una de las voces más progresistas de la industria.
En 2009 calló bocas en un programa de televisión holandés rodeada de señores, entre ellos un exministro de asuntos exteriores y un popular cómico de su país, cuando dijo que «lo único» que le «avergonzaba de ser holandesa» era el Zwarte Piet, una tradición navideña donde se pinta de negro el rostro de hombres blancos –un debate similar al existente con Baltasar en España–. La audiencia del programa se rio de ella –y los presentes en la mesa–, pero Kroes no desistió en su denuncia contra una práctica que consideraba racista –su pareja y padre de sus dos hijos, el dj Sunnery James, es de origen surinamés–. Su denuncia sirvió para que se crease un change.org que pedía acabar con esta práctica. La maniquí lleva años implicada en labores de activismo social como la lucha contra el Sida o campañas de concienciación animalista. «Es algo a lo que me siento obligada a hacer. Tengo que aprovechar mi posición para alzar la voz contra las injusticias sociales y servir de altavoz para los que no lo tienen. La industria debería hacer lo mismo y entender que, además, un cliente prefiere identificarse con alguien que tenga una opinión formada«, defiende en una suite del hotel Mandarín Oriental de Barcelona. Apenas tenemos unos minutos a solas para hablar con ella. Kroes está en la capital catalana presentando ante influencers y periodistas de toda Europa la segunda colección que diseña para la firma holandesa Hunkemöller, de la que es imagen desde 2016. Una línea de bañadores y biquinis en la que aparece en playas paradísiacas. Las imágenes se asemejan a su idea de un día de verano perfecto: «poder ver el mar desde mi ventana, mientras las cortinas ondean al viento y después bajar a bucear a la playa. No pido más».
Extramadamente educada y profesional, la modelo llega con ganas de hablar y no rehuye por la tangente. Ni sobre el mismísimo Karl Lagerfeld. El káiser de la moda realizó unas polémicas declaraciones la semana pasada a la revista Número, donde dijo estar harto del #Metoo y de las denuncias de acoso en la industria de la moda («¡Si no quieres que te bajen los pantalones, no seas modelo! Únete a un convento de monjas, siempre habrá allí un lugar para ti. ¡Incluso están reclutando!”, dijo). «Me quedé en shock al leer su opinión», cuenta, y añade que «me encantaría aconsejarle y pedirle que fuese más discreto y respetuoso con las modelos y el #MeToo«. En su contrarréplica, Kroes asegura que «es difícil» poder alzar la voz contra este tipo de prácticas de abuso en la moda. Si bien ella destaca no haber sufrido acoso sexual, se alinea con las activistas y aplaude la lucha contra los depredadores sexuales. «Respeto mucho el arte que han hecho los acusados, pero es muy decepcionante ver lo que hay detrás. Creo que no nos habíamos dado cuenta del tipo de ambiente en el que hemos trabajado y de que se consideraban como normales cosas que no lo eran. Aunque yo no lo he experimentado en primera persona, también me quedé en shock, como el resto del mundo, cuando todas estas investigaciones han salido a la luz. Aún así, es genial que todo esto esté sucediendo ahora«, sentencia.
Ilusionada por su incursión cinematográfica como Venelia, una de las amazonas en Wonder Woman, también carga contra los tics sexistas de la industria del cine, especialmente con los encasillamientos y arquetipos femeninos. «Estoy estudiando interpretación pero soy consciente de lo difícil que es hacer el salto de ser modelo a actriz», ¿Por qué?, preguntamos. «Pues porque solo me ofrecen papeles de modelo o de la tía con la que un marido engaña a su mujer, ¿me entiendes? Yo busco algo distinto«. Algo como trabajar a las órdenes de Patty Jenkins. «Por eso fue tan especial para mí participar en Wonder Woman, cuando ella me contó el mensaje que quería transmitir con su película, me sentí muy afortunada de poder participar en este proyecto». Y es ahí cuando Kroes destaca el mensaje feminista de la cinta: «creo que la gente se marchaba del cine con la sensación de haber visto algo distinto, de algo que nos dice a las mujeres que podemos tenerlo todo. Que sí, podemos tener el rol de cuidadoras pero que también podemos ser fuertes y empoderarnos entre nosotras«. Sororidad guerrillera para dentro y fuera de las pasarelas.
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