Diseño y cáncer de mama: un baño de realidad
Con proyectos sociales y líneas creadas especialmente para féminas que han sufrido una mastectomía, la industria de la moda convierte el bañador en una prenda reivindicativa.

La llaman «la mujer con un solo pecho». Su nombre real es Elina Halttunen, y es la artífice de Monokini 2.0, una iniciativa de arte social que propone una vuelta de tuerca en la lucha contra el cáncer de mama bajo el lema «¿Quién dice que necesitas dos?».
Una ola de calor fue el detonante de la idea. «No pude encontrar un bañador adecuado», cuenta Halttunen a S Moda. «Me di cuenta de que la sociedad tenía más problemas que yo con el hecho de tener solamente un seno». Bajo la dirección artística de Katriina Haikala y Vilma Metteri, y junto a 10 diseñadores, creó una colección de baño para mujeres que han vivido una mastectomía. «Decidimos fotografiar las piezas usando el mismo lenguaje visual de los catálogos de moda», explica Haikala. El propósito: «Reexaminar el rígido ideal de belleza de la cultura popular».

Pinja Valja / Nutty Tarts
En su manifesto, Monokini cuestiona la obligación de una reconstrucción mamaria tras la mastectomía. «Una chica puede sentirse sexy, bella y completa sin senos», sentencia. La pregunta es si la sociedad está preparada. «El de Monokini es un mensaje muy diferente al que solemos escuchar», comenta Patrizia Bressanello, psicooncóloga de la Asociación española contra el cáncer (AECC). «En España prima la idea de que tras una mastectomía hay que reconstruir. Para muchas mujeres es la opción ideal. Para otras no», explica. El doctor Pedro N. Barri, presidente de Salud de la Mujer Dexeus, asegura que hay un colectivo importante de pacientes que no desea más intervenciones de las estrictamente necesarias para curar la enfermedad. Ya sea por decisión propia o recomendación médica, en España el 70% de las féminas no se somete a una reconstrucción, según los datos publicados a finales de 2013 por la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre). «A nivel estético, social y sexual, las connotaciones que tiene la mama son importantes. Pero no son las únicas. Una mujer no es un pecho», argumenta Bressanello.

Creado en 2011, The SCAR Project (proyecto cicatriz, en inglés), una serie de retratos de mujeres que han superado el cáncer de mama, obra del fotógrafo David Jay, es pionero entre las campañas de concienciación.
David Jay / The SCAR Project
Reformular el canon. Normalizar es la palabra clave. Para la psicooncóloga, «se trata de aprender a aceptar las secuelas como un cambio que puede ser, si no bello, natural». Premisa bajo la que, en los últimos años, muchas firmas de baño han creado líneas pensadas especialmente para clientas a las que se les ha practicado una mastectomía: Red Point, Veronica Brett, Ory o Women’secret, que ha contado con profesionales y pacientes de Dexeus para crear la colección Special Post-Surgery Swimwear, que acaba de salir a la venta. «Si ya en la intimidad el reto psicológico es importante, exhibirse en público, para muchas de ellas, se convierte en un imposible», cuentan desde la marca. «Con esta línea queríamos cubrir esa otra necesidad: recuperar la normalidad en el terreno del ocio».
La aceptación de estas colecciones en el mercado va en aumento. Lo que, para Pilar Pérez, diseñadora de Ory, «es señal de que cada vez hay más mujeres que no quieren esconderse, sino disfrutar de su feminidad». A ojos de Bressanello, el cambio es positivo. «Sigue habiendo un canon de belleza definido, martilleado hasta la saciedad en los medios de comunicación. No sé si estas iniciativas pueden llegar a cambiarlo, pero sí pueden ayudar a que muchas se sientan mejor».

Pinja Valja / Nutty Tarts
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