¿Descuentos especiales o rebajas encubiertas?
La crisis afecta al textil que reacciona con descuentos generosos e ininterrumpidos.
El comercio pasa una mala temporada. Mientras el paro crecía y el estado de ánimo general era como el de una novia suicida, pocos se veían con fuerzas para comprar. El textil, víctima de la crisis y de las altas temperaturas otoñales, ha visto en los descuentos, promociones y ventas especiales una forma de hacer caja para sortear el mal momento. A nadie se le escapa que esta temporada las estrategias de dinamización de ventas se han basado en la reducción de precios. El goteo de postales, mails y mensajes ofreciendo descuentos cada vez más generosos comenzó hace meses. Algunos llegan a nombre de clientes, otros los puede disfrutar cualquier persona que pase por la tienda.
30%, 50% y hasta 70% de descuento. Octubre, noviembre, diciembre. ¿Son esto descuentos o rebajas encubiertas? Según Ileana Izverniceanu, portavoz de la OCU, no se pueden considerar rebajas encubiertas puesto que las promociones son para un corto periodo de tiempo y solo para un grupo reducido de productos. Eduardo Vega-Penichet, director general de la Asociación de Comerciantes del Textil, Acotex, acota ese corto periodo de tiempo: «las promociones tienen una duración mínima de dos días y un máximo de 30 días«. No obstante es fácil buscar fórmulas para mantener el negocio con descuentos permanentes. Cortefiel, por ejemplo, empalma prácticamente una oferta de precios especiales con otra desde principios de diciembre. El Corte inglés hace lo mismo hasta comienzos de rebajas cambiando el nombre de la oferta. También se pueden variar los artículos con descuento, de forma que la promoción varía. Diana Silvestre, de El Corte Inglés, explica que las promociones sirven «para acercarnos a nuestros clientes, animar la compra y ofrecer facilidades».
La Ley de Comercio regula las ventas en rebajas y las promociones. Es una ley estatal que después completan las Comunidades Autónomas. En ella se establecen los períodos de rebajas –mínimo una semana, máximo 2 meses– que tienen lugar a principios de año y a principios de la temporada estival. Cada comunidad tiene potestad para fijar la fecha de inicio de esas rebajas. La mayoría comienzan el 7 de enero y el 1 de julio, pero en Madrid lo hacen a partir del 1 de enero en invierno y del 21 de junio en verano. «Este calendario es perjudicial para el comercio textil por ser del 2 al 5 de enero los cuatro días de venta máxima en España», comenta Eduardo. El adelanto de las rebajas perjudica, según explica, al pequeño y mediano comercio que ve mermado su margen.
Precisamente son las tiendas monomarca y las grandes multimarca las que antes han empezado con su bombardeo de descuentos. Los amplios márgenes con los que cuentan permiten maniobrar con seguridad en el terreno de los precios especiales, algo que es más difícil de sostener para el pequeño comercio. No obstante desde Acotex no ven competencia desleal por ningún sitio: «cada comerciante aprovecha sus fuerzas y ventajas». Unos se centran en rebajar precios, otros en disposición de producto, otros en ofrecer una mejor experiencia al consumidor…
Cortefiel
La mayoría de los comercios, como hemos podido comprobar, han optado por competir en el precio, algo que parece lógico en momentos de crisis. Bautizar los descuentos como «precios especiales» o «ventas especiales» permite zafarse de la rigidez de los periodos de rebajas establecidos por ley y aplicar descuentos fuera de estos plazos. Esto ha sido considerado en ocasiones rebajas encubiertas por algunos Gobiernos Autónomos que han sancionado a comercios por hacer descuentos fuera de la temporada de rebajas. Sin embargo, el Tribunal Constitucional les enmendó la plana aludiendo a la ley estatal, que permite hacer promociones y ofertas de ciertos artículos en cualquier época del año.
Parece por lo tanto difícil saber cuándo los descuentos son rebajas encubiertas o cuando son simples promociones u ofertas. Algo que no debería ni entrar a considerarse, según explica Ileana Izverniceanu, de la OCU: «Creemos que las rebajas deberían ser siempre y cuando la tienda lo considerara oportuno. No tiene sentido regular esta práctica en la era de internet».
Mientras los comercios se debaten entre participar en la guerra de precios o aguantar, en internet se pueden encontrar descuentos de marcas que están a la venta en la calle a precio pleno. Los nuevos modelos de comportamiento frente a las rebajas ni empiezan ni terminan en la red. Zara sigue fiel a su política de minimización de rebajas. Gracias a su estructura vertical y a su sistema de respuesta rápida, Zara apenas cuenta con stock. Las referencias que producen tienen una altísima rotación y lo que llega a rebajas es poco. De esta forma durante una semana, apenas dos, se pueden encontrar rebajas en las tiendas. A partir de este momento la mayoría de sus locales ya acogen la nueva colección casi al completo y los restos de rebajas yacen amontonados al fondo de la tienda.
Como recuerda Ileana Izverniceanu «las rebajas no son obligatorias». Los nuevos modelos imponen un ritmo diferente y la política de descuentos se generaliza a todas las épocas del año. Sin embargo, la realidad del comercio textil que no trabaja con «pronto moda» (prendas realizadas durante la temporada adecuándose a las tendencias, al tiempo…) es que el producto se entrega a principios de temporada y hay que darle salida durante los seis meses que esta abarca. «En cuanto a las rebajas de verano los artículos de temporada (trajes de baño y prendas vacacionales) comienzan a venderse a mediados o finales de junio. De mantener el actual calendario de rebajas en la Comunidad de Madrid que marca el comienzo de rebajas el 21 de junio, se vendería casi todo el género con precios rebajados, con las consiguientes pérdidas de margen de ventas», explica Eduardo Vega-Penichet.
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