Del crucero temático al secreto de la eterna juventud: por qué Bon Jovi sigue en lo más alto
Con más de 35 años de trayectoria, el grupo sigue en la cresta de la ola, en gran parte por el carisma imbatible de su líder Jon Bon Jovi.
Madrid será una de las paradas que Bon Jovi hará en Europa en la gira de presentación de su álbum This house is not for sale que ya ha pasado por Estados Unidos, Brasil, Canadá, Argentina y Chile. Hace seis años que la banda actuó por última vez en España y la noticia ha revolucionado a sus seguidores, que hasta el 9 de noviembre no podrán hacerse con las entradas (los miembros del Club de Fans podrán adquirirlas el día 6). Con más de 35 años de trayectoria, el grupo sigue en la cresta de la ola, en gran parte por el carisma imbatible de su líder Jon Bon Jovi.
Tiene el secreto de la eterna juventud: si un día se descubriese la existencia de un verdadero elixir que impide el envejecimiento, todo el mundo miraría hacia el cantante. Con 56 años continúa teniendo una de las sonrisas más blancas y alineadas del planeta, pelazo -antes rubio, ahora con canas- y una incluso inquietante falta de arrugas que no parece fruto de la cirugía.
Tiene su propio crucero temático: como buen cuidador de sus seguidores, Jon Bon Jovi es otro de los artistas (Backstreet Boys también lo han hecho) que ha decidido agasajarles con una experiencia que va más allá del concierto: un viaje marítimo. El cantante se ha aliado con la empresa Norwegian Cruise Line para organizar los cruceros “Runaway to Paradise”, una inmersión en el universo jonbonjoviano gracias a actuaciones en directo, paneles en los que se plasmarán la vida del músico e incluso vino con su firma. Por supuesto, los navegantes contarán con la presencia del hombre de la sonrisa perfecta y los compradores de los 400 primeros camarotes hasta podrán sacarse una foto con él. El Norwegian Jade navegará el 12 de abril desde Miami a las Bahamas, mientras que el Norwegian Pearl lo hará el 26 de agosto desde Barcelona a Mallorca.
Compone temazos coreables: tanto sus canciones más cercanas al heavy de los años 80 como a las guitarras más rebajadas por las que optó a partir de la siguiente década (con Keep The Faith, del año 1992 llegó a vender 12 millones de copias) su grupo es una mina de estribillos coreables. Quien más y quien menos ha cantado Livin’ On A Prayer a voz en grito en alguna ocasión, seguramente con un vaso en la mano, con emoción desgañitada y mucho menos estilo que Jon. Y no se ha quedado en una gloria del ayer: su último disco This house is not for sale, que se publicó en 2016, llegó al número uno de la lista Billboard 200.
Sabe mantener el cariño (inmenso) de sus fans: uno de sus gestos más memorables fue presentarse en la boda de una admiradora que se lo había rogado por Internet. Branka Delic se casó con su novio Gonzalo Cladera en una capilla de Las Vegas en el año 2013 y fue Jon Bon Jovi el encargado de llevarla al mismo altar en el que él había contraído matrimonio en 1989 con su todavía esposa. La novia expresó su deseo de invitar al rockero a su boda a través de Facebook y él decidió concedérselo, como buen romántico que -se supone- que es. Así, revalidó la lealtad de sus fans y posiblemente sumase un buen número más a la lista.
Es un filántropo: hace cuatro años, el músico abrió en su ciudad natal en Nueva Jersey, el primer Soul Kitchen [cocina del alma], un restaurante en el que no hay precios. El consumidor puede hacer una donación libre o bien abonar la cuenta con trabajo de voluntariado. Es decir, cualquiera puede pagar su menú del día lavando los platos, por ejemplo y así todo el mundo puede comer en el local independientemente de su posición económica. En 2016 abrió el segundo. Este es sólo uno de los servicios que presta la Jon Bon Jovi Soul Foundation, que también tiene otros proyectos como la construcción de pisos para personas sin recursos o un centro de acogida para madres adolescentes y sus hijos. En 2010 el entonces presidente Barack Obama le nombró miembro del Consejo de la Casa Blanca para Soluciones Comunitarias.
Es un ciudadano ejemplar: tiene cuatro hijos y está casado con su novia del instituto, Dorothea Hurley. Son el epítome de la familia perfecta, aunque como todas tienen problemas que intentan ocultar, como la sobredosis de su hija Stephanie en 2013. Pero si alguno sale a la luz, el padre suelta un discurso ante la prensa sobre el valor de la unión entre los seres queridos, la lealtad y la espiritualidad que les hace mantenerse en el podio de la moralidad norteamericana bienpensante. Su madre, Carol Sharkey, es la presidenta de su Club de Fans Oficial.
Pero también tiene un pasado salvaje: aunque ahora dé esa imagen de “rockero sano”, cuando empezó en la música estuvo enganchado al pelo cardado y a la droga como mandaban los 80. Su mánager de entonces Rich Bozzet contó todo tipo de detalles truculentos en su libro Sex, Drugs and Bon Jovi, en el que también incluyó fotografías explícitas tomadas por Ross Marino en la gira Slippery When Wet. Cuando el tema sale a relucir ante la prensa, el cantante suele contestar que Bozzet necesitaba el dinero y lo intentó sacar de los trapos sucios.
Working Class Heroe: hijo de una antigua conejita de Playboy que acabó dedicándose a la jardinería y de un peluquero (puede que de ahí el pelazo bien cuidado), creció en un barrio de Perth Amboy (Nueva Jersey). Su madre le regaló su primera guitarra a los siete años y aunque las clases le resultaron muy aburridas, pronto decidió que quería ser una estrella de rock. Sin haber cumplido los 18 años se mudó a Nueva York para trabajar de limpiador en la empresa discográfica de su primo Tony y allí aprovechó para grabar su primera canción, Runaway. La envió a la radio y con ella empezó su carrera al estrellato. Mantiene su imagen pública muy ligada a su ciudad natal (la mayoría de las obras sociales que realiza son allí) y en muchas de sus canciones hace referencia a las dificultades de la vida obrera y la precariedad, sobre todo en las protagonizadas por Tommy y Gina, una pareja ficticia cuya historia va contando en temas de sus diferentes discos, como si de una serie se tratase. Tanto Livin’ On A Prayer como It’s My Life van sobre sus vidas, por ejemplo.
También es actor: o por lo menos ha probado a serlo. Pero más allá de sus trabajos en películas como Moonlight & Valentino, Cadena de favores o Noche de fin de año, lo más remarcable son sus cameos en algunas de las series más famosas del siglo. Ha sido amante de Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York, obrero macizo en Ally McBeal y él mismo en 30 Rock. Tuvo más suerte como compositor de bandas sonoras, ya que en 1991 ganó un Oscar, un American Music Award y un Globo de Oro a la mejor canción original por Blaze Of Glory, de la película Young Guns II. Al año siguiente se llevó otro Globo de Oro por el tema Not Running Anymore de la película Stand Up Guys.
Y modelo: con una estrecha relación con la firma Versace, para la que ha protagonizado diversas campañas. En uno de sus anuncios más recordados, firmado por Richard Avedon, aparece sin ropa, solamente tapado con una colcha de la colección Versace Home. Por supuesto, también ha sido modelo de la campaña de publicidad de su fragancia Unplugged para hombres y Unplugged para mujeres con la marca Avon.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.