Esta es la razón por la que la colección de ropa de Meghan Markle es tan básica y aburrida

Un vestido por encima de la rodilla y manga tres cuartos. Disponible en azul eléctrico, negro o magenta por el módico precio de 27 euros. Una prenda anodina que probablemente nunca llamaría la atención colgada en los percheros de una tienda. Una que jamás relacionaríamos con el exitoso y aplaudido estilo de Meghan Markle y que, sin embargo, forma parte de la colección de ropa que acaba de lanzar. Junto a él, la duquesa de Sussex también ha diseñado otros básicos que, demasiado alejados de las tendencias, rozan el aburrimiento. Un bolso XL de piel en marrón o negro, un traje de oficina y una camisa blanca, más clásica imposible, conforman el resto del lanzamiento. Resulta complicado no pensar por qué uno de los iconos de estilo reales más fervientemente seguidos de los últimos tiempos no ha sabido trasladar su elegancia a su primera colección de ropa. La respuesta es sencilla: ni siquiera lo ha intentado.

El propósito de la cápsula nada tiene que ver con acercar el ‘estilo Meghan’ al gran público. El objetivo es mucho más práctico y más cercano a sus responsabilidades como miembro de la familia real británica. Bautizada como The Smart Set (algo así como ‘conjunto inteligente’), la colección ha sido creada en colaboración con Smart Works, una organización sin ánimo de lucro que asesora a mujeres con pocos recursos sobre cómo vestirse para una entrevista de trabajo e incluso les presta ropa para facilitar su ingreso en el mercado laboral. Además de donar los beneficios de le venta de estas prendas a la asociación, se cederá otra igual a la asociación por cada unidad vendida.

Markle ha colaborado con cuatro marcas para crear la colección. El vestido, la prenda más barata, lo ha diseñado de la mano de los grandes almacenes Mark and Spencer; la camisa (140 euros) la creó junto a su amiga y diseñadora Misha Nonoo; el traje (la chaqueta cuesta 233 euros y el pantalón 134) es de la marca Jigsaw y el bolso puede adquirirse en John Lewis (122 euros). Ella misma lució la camisa blanca y el pantalón para asistir a la presentación de la cápsula, el primer acto al que ha acudido tras finalizar su baja maternal. Por el momento lo más exitoso ha sido el bolso, que ya está agotado en ambos colores.

Lo verdaderamente llamativo de esta iniciativa es cómo Markle está utilizando su influencia en el mundo de la moda incorporándola a sus obligaciones reales y dando un paso más allá respecto a Kate Middleton. La duquesa de Cambridge utiliza su estatus de it girl dando visibilidad a nuevos pequeños diseñadores y marcas británicas, pero sin implicarse en causas sociales relacionadas con la moda. Como afirman desde la web Vox, «Markle se acera a su estatus real más bien como una moderna influencer de estilo de vida».

Su primer proyecto solidario como Duquesa de Sussex fue lanzar un libro de cocina con recetas de las supervivientes del incendio de la Torre Grenfell de Londres, que en 2017 se cobró la vida de 71 personas. Los beneficios fueron donados al Proyecto Comunitario Hubb, un espacio para que estas mujeres que vivían en las viviendas incendiadas pudieran elaborar su propia comida. También su colaboración con la edición británica de Vogue fue distinta a lo esperable. No se limitó a posar en la típica foto de rigor, sino que se convirtió en editora invitada del número de septiembre visibilizando en el número a mujeres como Laverne Cox o Jameela Jamil.

Su implicación en este tipo de causas tiene mucho sentido teniendo en cuenta que antes de formar parte de la familia real británica, además de actriz, Markle era una especie de gurú de estilo de vida, gastronomía y moda. En su blog, The Tig, compartía todas esas inquietudes. Ahora las incluye como parte de sus funciones reales.