Cifras de moda
De las medidas de la nueva silueta a la cantidad de bolsos, estampados o cruces que desfilaron por las pasarelas internacionales, la temporada se resume en números.
245.376 ‘me gusta’ recibió el post con las imágenes de la colección de accesorios de otoño-invierno de Burberry Prorsum, la firma más popular en Facebook, con 13 millones y medio de seguidores.
20,5 cm de altura tienen las inconfundibles cuñas de Giuseppe Zanotti. Daphne Guinness y Lady Gaga están entre las pocas valientes que se atreven a subirse a ellas.
68 cruces decoran el vestido de Versace. Junto al cuero negro, los vestidos de malla metálica y los corsés-armadura son la señal más clara de que el gótico es un referente esta temporada.
14 botones dorados condecoraban los abrigos de estética militar que lució la cuadrilla de modelos que Tommy Hilfiger hizo desfilar por la pasarela de Nueva York en febrero.
Cuatro meses es el tiempo que necesitó Stephen Jones para crear los 54 sombreros oversize que eclipsaron la pasarela de Marc Jacobs. Sus referencias: «La era eduardiana y Veronica Lake», dijo Jones, quien también diseñó las piezas que decoraron las cabezas de las modelos en Victoria Beckham, Giles, Issa y Kinder Aggugini.
Vestido de Alexander McQueen de la pasarela otoño-invierno 2012/2013.
Imaxtree
80 ‘godets’ –las piezas triangulares que se incorporan en los cortes del bajo de una falda y, en este caso, incluso en las mangas, para crear volumen– son los responsables de que el vestido de Alexander McQueen parezca una enorme flor hecha con miles de pétalos de gasa.
670 botes de esmalte es la cantidad de laca de uñas que la marca Butter London empleó para la Semana de la Moda de Nueva York, en la que tuvieron lugar más de 270 desfiles y presentaciones.
103 bolsos se vieron en el desfile de Louis Vuitton de la mano de los botones que acompañaban a la modelos. Una a una fueron bajando de un tren del siglo XIX que Marc Jacobs hizo entrar en el patio del Cour Carrée del Louvre, convertido en una auténtica estación para la ocasión.
60 años cumple Chloé. Para celebrarlo, la diseñadora Clare Waight Keller ha creado una colección que, a pesar de ser su segunda como directora creativa, mantiene el ADN de la firma: siluetas fluidas, unidas a tejidos de calidad y detalles muy cuidados para conseguir una elegancia informal.
105 gramos pesa la nueva versión del clásico sombrero de Borsalino. Para conseguirlo han usado un fieltro especial que, aunque más ligero, tiene un acabado que lo hace más voluminoso.
25 plumas tiene la esfera del reloj Plume de Dior, una edición limitada de 88 piezas dentro de la colección Grand Bal, inspirada en la alta costura de la maison.
64 desfiles en una sola temporada posicionan a la top Kati Nescher en el número uno. Fue la que más pasarelas caminó, incluyendo Versace, Fendi y Oscar de la Renta.
Vestido de Jeremy Scott de la pasarela otoño-invierno 2012/2013.
Imaxtree
24 cristales enmarcaban la mirada de las modelos en el desfile de Jeremy Scott, confirmando que el strass, además de en la ropa, se usa este otoño como elemento decorativo en ojos, labios (Kinder Aggugini) y hasta cejas (Chanel).
168 minutos son los que se necesitan para confeccionar un abrigo de Max Mara. Con cerca de 7.000 prendas exteriores en sus archivos, la firma se ha hecho un nombre por sus abrigos de paño camel, un imprescindible que reinventa cada temporada.
12 apariciones han protagonizado –de momento– los diseños de Maria Grazia Chiuri y Pier Paolo Piccioli para la colección de otoño-invierno de Valentino. ¿El más visto? El vestido de cuero rojo troquelado a modo de encaje. ¿La celebridad más fiel a la firma? Keira Knightley, que no duda en repetir marca para asistir a estrenos, fiestas y programas de televisión.
2 cabezas de elefante, 5 manos, 3 labios rojos y 12 cabezas de tigre, a modo de detalle en broches, cinturones y joyas, fueron el guiño surrealista de Lanvin.
90 estampados forman el repertorio de Mary Katrantzou. Incluye formas caleidoscópicas que esconden relojes, máquinas de escribir y cucharas. Un juego óptico que también ha calado en Kenzo o Versus, cuyos vestidos recuerdan al papel de pared de los años 60.
65 centímetros es la medida de la caña de las botas que Riccardo Tisci calzó a las guerreras góticas de Givenchy. De los vestidos de cuero y los abrigos estructurados al maquillaje de ojos ahumados y labios color rojo sangre, Tisci exploró el lado más oscuro de la tendencia.
4-5 días. Los vestidos de encaje y petit point de Dolce & Gabbana son auténticas obras de arte (avaladas por incondicionales como Emma Stone y Giovanna Battaglia). Los bordados, que requieren de cuatro a cinco días de labores de aguja, recrean tapices sicilianos de 1800. Una temática barroca que también inspiró los entramados de perlas y punto de cruz de Balmain, los bordados de Valentino o los brocados de Giles.
1960. Es la década que más diseñadores han revivido. Y en sus dos vertientes: el Swinging London de Marni (con siluetas trapecio, estampados geométricos y melenas rectas, legado de Vidal Sassoon) y la versión americana de Dsquared2 (donde los peinados con extra de volumen, el eyeliner y el leopardo recordaban la estética de Aretha Franklin).
140 piezas forman el nuevo Bamboo de Gucci, una reinterpretación del bolso icono de la casa, creado en 1947. El proceso de fabricación es el mismo que el original y requiere 13 horas de trabajo manual.
790 tubos de máscara de pestañas puso a disposición de sus maquilladores la marca Maybelline NY, proveedora oficial de la Semana de la Moda de Nueva York. Una herramienta indispensable para crear cualquier look.
108 centímetros mide la circunferencia de la cadera del vestido de McQ de Alexander McQueen. Con el péplum en boga, la moda reivindica el regreso de las curvas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.