_
_
_
_

¿Y si entrenas tu personalidad como haces en el gimnasio?

Ya no vale el «es que yo soy así». La imagen que proyectamos no tiene que ver sólo con lo físico.

personalidad

Hemos trabajado todo el año para pasar con dignidad la prueba del bañador. Y es que ya no hay jersey ancho que nos pueda ayudar a disimular los kilitos de más, porque de alguna manera, pasear por la orilla de la playa, en vez de ser un momento de relajación y abstracción, se ha convertido en una especie de examen, en el que sabemos que seremos duramente evaluados por todos los veraneantes sin piedad.

Nos preocupamos mucho, muchísimo, por nuestra imagen. A niveles incluso insanos en ocasiones. Si nos paramos a pensar, es lógico deducir que cuando nos proponemos hacer una nueva dieta, volvemos a hacer el propósito de ir al gimnasio o nos gastamos un dinero en nuestra ropa y peluquería, hay dos ideas subyacentes. La primera es proyectar una imagen de nosotros mismos para gustar a los demás. La segunda, por supuesto, es gustarnos a nosotros mismos. Pero por alguna razón, para ambas cosas, para gustarnos y para gustar, nos centramos sólo en aspectos meramente físicos. ¿Qué pasa con nuestra personalidad? ¿No influye en la imagen que tenemos de nosotros mismos y en la que tienen los demás, nuestra forma de ser?

No se trata agradar a todo el mundo. A estas alturas de la película ya deberíamos tener asumido que no siempre caeremos bien, y que no debemos buscar “cambiar” para que los demás nos acepten. Pero tampoco debemos caer en ese tópico de “yo es que soy como soy”, como si nuestra personalidad fuera un hecho inamovible. Encontrar el bienestar personal pasa irremediablemente por evolucionar, madurar y crecer en todos los sentidos, para mejorar las relaciones con nuestro entorno, sí, pero sobre todo para mejorar la relación más importante de todas, la que tenemos con nosotros mismos.

Nuestra relación con nosotros mismos, clave en la relación con los demás

El físico importa, pero desde luego no lo es todo, porque con el paso del tiempo, lo que realmente queda, es lo que es uno mismo, y no lo que aparenta. ¿Podemos hacer algo para trabajar y mejorar nuestro yo? ¿Se puede llevar la personalidad al gimnasio?

Virginia Fernández, del Centro Psicológico In Sight recuerda que muchas personas se centran en lo físico, pero que “con el paso de los años, lo que se mantiene es la personalidad de cada uno. Por lo que, sin duda, es lo que más deberíamos cuidar y trabajar.” La psicóloga también explica que “cuando algunas personas van centrándose cada vez más en el plano meramente físico, se debe a un cambio de valores y prioridades que, sin duda, puede resultar peligroso”. Por ello, uno de los trabajos es de la psicóloga es hacer entender la importancia de madurar a la persona, ya que “si asumimos la madurez como un proceso de crecimiento personal, social, y laboral podemos encontrar los efectos positivos que el paso del tiempo nos ofrece, que son muchos”.

En cuanto al trabajo en consulta, la psicóloga del Centro In Sight reflexiona que si bien la mayoría de sus pacientes llegan por problemas que tienen que ver con entornos como la familia, el trabajo o la pareja, a lo largo de la sesiones, y matizando las situaciones, se descubre que muchas de estos suelen tener su causa en los conflictos con uno mismo. “Sobre todo con la satisfacción o insatisfacción que uno tiene consigo mismo, y que se pone de relieve en las demás áreas de la vida”. La experta explica que en otras ocasiones se produce esa sensación de “todo me va bien, sin embargo, no me siento bien”, que finalmente también radica en la ausencia de algo tan importante como la capacidad de crecimiento personal, “que es uno de los mayores refuerzos para dar sentido y plenitud a la vida de cada uno”.

Enfrentarnos a la decisión de cambiar

“Aunque suena difícil, trabajar la personalidad no es algo que tenga una especial complicación a nivel cotidiano”. Y es que tal y como señala Virginia Fernández, muchas veces es más difícil tomar una decisión que llevarla a cabo, y para ello, la psicóloga recuerda que “si yo me siento bien conmigo mismo, sin duda proyecto una actitud mucho más sana y enérgica al mundo que me rodea, por lo que a su vez, recibo crecimiento y emociones positivas de las personas de mi alrededor”.

Tal y como observa desde su posición como psicóloga, la mayoría de las personas pasa mucho tiempo intentando controlar, ocultar o suprimir emociones que no parecen adecuadas, en vez de pararse a “observarlas y analizar qué nos ha hecho llegar a ellas, para aprender de las mismas y saber cómo gestionarlas en futuras ocasiones”. Se trata por tanto de reconocer nuestros puntos débiles o vulnerabilidades para mejorarlas, pero también sacar partido a nuestras fortalezas.

Consejos para entrenar nuestra personalidad

Aunque seguimos más obsesionados con el spinning, lo cierto es que acudir a un coach para desarrollar nuestras habilidades y trabajar nuestro crecimiento personal, comienza a ser más común, o al menos, no tan extraño como antes. Luz Yáñez, coach personal en la Escuela CoachCreativo explica que el perfil de la persona que acude a un proceso de coaching es una persona sana con deseos y un gran interés por mejorar, y “esto último es esencial, pues en el coaching es la persona la que toma la responsabilidad de su proceso, decidiendo que desea mejorar y cómo lo va a hacer”, mientras que el coach es sólo su guía y entrenador.

En cuanto a qué ejercicios o qué habilidades se trabajan durante este proceso, la coach explica que “se trata de localizar qué es lo que limita a la persona, para poner en marcha las vías de mejora”. Es decir, que el objetivo pasa por eliminar las trabas que nos ponemos a nosotros mismos, y así, cultivar nuestro propio desarrollo. “Otro punto de atención más importante aún es la búsqueda de las habilidades y los recursos que la persona ya posee, a los que en el coaching se dan un gran valor”.

Para que la sociedad sea más consciente del valor añadido que supone este entrenamiento personal, Luz Yáñez expone que hay que tener en cuenta que “los procesos de mejora personal llevan a una comprensión de lo que nos pasa, pero de alguna forma esto también se traslada a nuestro alrededor. Es admirable observar cómo cambiar uno mismo, tiene un efecto amplificador que mejora todo un entorno, aunque en muchas ocasiones este no sea el objetivo inicial”.

En definitiva, se trata de comprender que el proceso de maduración, lleva toda una vida, y que muchas veces, necesitamos un entrenador personal que nos acompañe al menos en una parte del mismo, o al menos, una guía que nos permita mejorar la imagen que queremos conseguir de nosotros mismos. Porque mejorar como personas, y disfrutar de cómo eso nos repercute con los demás, es más importante que mejorar nuestra silueta, y ver cómo eso repercute en nuestros selfies.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_