Test: ¿Tu apetito también es una víctima de la moda?
Si sabes lo que es el kale, siempre tienes un aguacate en la nevera preparado para tu Instagram y te has fotografíado con un zumo detox puede que ya no haya marcha atrás.
Caímos en la moda de los crop tops a pesar de que nos quedaban fatal, deseamos un iPhone 6 Plus aún sabiendo que no nos cabe en la mano y anhelamos ir a festivales con grupos que no hemos oído en la vida.
Pero, como toda esta manipulación de los hados de las tendencias no era suficiente, ahora también hemos puesto a su disposición el único reducto de nuestra vida que parecía guiarse por puros instintos animales: LA COMIDA.
Las tendencias en materia culinaria han estado ahí siempre, cierto, pero con el auge de las redes sociales, los blogs de cocina, Pinterest y el foodstagramming en general, estas efímeras modas llegan cada vez a un público más masivo en menor tiempo.
De nada sirve intentar huir. Tenemos un completo archivo digital de los menús semanales de todos nuestros amigos, enemigos y celebrities variopintas. Y, por si fuera poco, miles de recetas se amontonan en Internet listas para que las destrocemos.
Inevitablemente esto acaba haciendo mella en nuestra cabecita y terminamos sintiendo antojos que a nuestro yo del pasado le parecerían tan surrealistas como esos pantalones de tiro alto que ahora lucimos con tanta naturalidad.
Es momento de hacer examen de conciencia y valorar hasta qué punto estamos comiendo lo que otros quieren que comamos. ¿Preparada para enfrentarte a la verdad? Si te sientes identificada con más de cinco de estas afirmaciones es posible que sea demasiado tarde.
1. Sabes lo que es el kale. (Punto doble si, además, lo has comido).
Zumo de kale, ensalada de kale, galletitas de kale, chips de kale, sudadera de Beyoncé de kale. El kale está por todo Internet y es cuestión de tiempo que aparezca en todos los restaurantes modernitos de Madrid. ¿Y qué es?, os preguntaréis los late adopters. Pues col rizada. Ni más ni menos. Col. Rizada. No hagas más preguntas. Coles de Bruselas are so over. Kale is the new green.
2. En 2014 has comido más huevos benedictos que tostadas con mantequilla.
¿Os acordáis cuando el brunch no existía y simplemente salíamos a desayunar tarde y con resaca? Por aquel entonces todavía no sabíamos lo que eran los huevos benedictos y, aunque nos costó aprender a decir “benedictine” correctamente, hoy no hay fin de semana en que no los disfrutemos con la normalidad con la que antes pedíamos un cortado y tres churros.
Los benedict eggs, imprescindibles de cualquier brunch que se precie.
Instagram @ropealda
3. Has escrito “bacon” en el buscador de Pinterest.
No pasa nada. Todos lo hemos hecho alguna vez. Pero recuerda, tu adicción al bacon también tiene una explicación.
4. Te ha parecido buena idea introducir en un bote de mermelada algo que no es mermelada.
Puede que fuera cerveza (artesanal), crumble de manzana o pastel de queso. Puede que estuvieras montando una fiesta o fueras de picnic. Pero lo que sé seguro es que hiciste una foto del “momento jarra” y la colgaste en alguna red social. Si no, ¿para qué?
5. Has colgado en Instagram una foto de tu brazo sujetando un zumo detox.
Hasta ayer no conocía el funcionamiento de las dietas depurativas basadas en zumos. Ahora sé que la gente compra estas botellitas de colores para hacerles fotos preciosas sobre un fondo de pared lisa. Imagino que lo de detox viene porque mientras estás posando con el zumito no estás comiendo. Por favor, cualquier otro testimonio será bien recibido en los comentarios.
healthykitchenthe Instagram
6. Has comprado granadas. (Pero estás pensando pasarte a los higos).
No es necesario que te las hayas comido. Con comprarlas, partirlas en dos y hacerles la foto es suficiente para considerar que estás dentrísimo de la moda.
7. Las meatballs te gustan más que las albóndigas.
Y es que una cosa no tiene nada que ver con la otra. La palabra “albóndiga” suena antigua, poco hip y queda fatal impresa en huecograbado en las tarjetas de visita del último restaurante de moda. En cambio, “meatball” es tan internacional, tan cosmopolita. ¡Hasta parece que saben mejor!
8. Has valorado la posibilidad de hacerte celíaca.
Sí, sí. Porque ahora uno no es celíaco. Ahora te haces celíaco. Un día te levantas y decides que el gluten no te sienta del todo bien o que, como Lady Gaga, necesitas probar algo nuevo para perder esos kilos de más. Así que abandonas el gluten como quien deja de fumar. ¿La parte buena? Lo gluten-free se ha puesto tan de moda que quienes sufren celiaquía ahora tienen más opciones. ¡Bien!
9. Siempre tienes aguacate en la nevera.
Has abierto un aguacate en dos, lo has vaciado, has machacado su contenido, lo has untado sobre un trozo de pan, has salpimentado y te has creído Martha Stewart. A mí y a 3.500.000 más les gusta.
10. Desayunar porridge de avena con fruta deshidratada te parece apetecible.
Nada dice “me estoy cuidando muchísimo, soy sana, créeme, estoy buena, no me está afectando nada cumplir 30” como la foto de un bol de gachas de avena con su frutita deshidratada estratégicamente colocada para dar un punto de color a tu Instagram matutino. Di que sí. Gachas para desayunar. ¿Quién quiere apretarse un chocolate con churros pudiendo degustar unas gachas pochas y blanditas para desayunar? (¿Todo el mundo?).
Tostada con aguacate, ese clásico de Instagram.
Ashxdown Instagram
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