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Por qué el ‘desafío del ombligo’ y el ‘reto de la clavícula’ son peligrosos

Posar haciendo malabarismos para promover la delgadez se convierte en el viral del verano en las redes sociales. Una tendencia que puede desencadenar problemas psicológicos y trastornos alimenticios.

cover retos instagram
Clara Ferrero

'Bikini bridge' o estar tan delgada que la braguita del bikini forma un hueco sobre el vientre. 'Thigh gap' o estar tan delgada que tus muslos jamás llegar a rozarse. 'Hotdog legs' o estar tan delgada que tus piernas parecen salchichas. A todas estas etiquetas del enfermizo fenómeno thinspiration (la fusión de las palabras en inglés 'thin'–delgado– e 'inspiration' –inspiración–) se suman otras dos originadas en China y extendidas por el resto del mundo los últimos días.

Se trata del 'Belly Button Challenge' o el 'desafío del ombligo' y el 'CollarboneChallenge' o el 'reto de la clavícula'. Ambos se erigen en Internet como la prueba definitiva para saber si de verdad estás delgado y se han convertido en los inquietantes virales del verano. Detrás de las inocentes poses acrobáticas necesarias para superar estas pruebas se esconde un peligroso mensaje que puede desencadenar problemas psicológicos y trastornos alimenticios. Pero vayamos por partes.

¿Qué es el #BellyButtonChallenge o el 'desafío del ombligo'?

“Alcanza tu ombligo desde atrás para mostrar tu buena figura”. Con este propósito miles de personas en China han colgado en los últimos días fotografías en las que hacen malabarismos para demostrar que tienen cintura de avispa. El desafío del ombligo (en inglés, belly button challenge) reta a sus participantes a conseguir tocarse el ombligo mientras pasan el brazo por detrás de la espalda y anima a compartir la hazaña subiendo una foto a las redes sociales y etiquetándola con el hashtag de rigor.

El reto comenzó hace unos días en la red social Weibo –algo así como el Twitter chino– y ya acumula más de 130 millones de publicaciones. Los más de 235.000 'me gusta' que obtuvo el cantante Sehun (integrante de la boyband coreana Exo) cuando se sumó al desafío fue determinante para que la tendencia se volviera viral y miles de personas decidieran probar suerte. La disparatada prueba se ha expandido como la pólvora fuera de las fronteras asiáticas y jóvenes de otros lugares del mundo no han dudado en apuntarse al absurdo viral del verano. Los hashtags en castellano #retodelombligo y #desafiodelombligo suman más de 200 publicaciones en Instagram y van ganando adeptos en Twitter.

Aunque superar el desafío con éxito probablemente sea indicativo de gozar de buena elasticidad más que de tener una figura esbelta, las redes sociales lo venden como la prueba definitiva para comprobar si estás o no delgado. No es de extrañar que la mayoría de las imágenes que aglutina la etiqueta correspondan a mujeres y hombres esqueléticos que promueven cánones estéticos poco saludables y la búsqueda de la delgadez extrema.

 

bellybuttonchallenge<3 FBで友達がやってたからやってみた。めちゃ練習したら出来た(笑)このポーズ辛い。 バジルシードのおかげかは分からないけど、最近シェイプアップいい感じ?? #反手摸肚脐 #中国 #bellybuttonchallenge #bellybutton #ベリーボタンチャレンジ #背中おへそ触りチェック #さぁ皆もやろう #とくダネ #もはや肩の柔らかさの問題な気がしてきた #関節痛い #バジルシード

Una foto publicada por Ayana*あーな (@ayn418) el

¿Qué es el #CollarboneChallenge o el 'desafío de la clavícula'?

Parece que marcarse un Mátrix tocándose el ombligo con el brazo retorcido no es suficiente prueba de escualidez para los jóvenes chinos. A los pocos días de incendiar las redes y exportar la absurda tendencia decidieron inventar otro test determinante para saber si estás delgado. Unas monedas por aquí, una clavícula por allá y viral al canto.

El 'Collarbone Challenge', que podríamos traducir por 'desafío de la clavícula', no es otra cosa que colocar unas cuantas monedas en el hueco de la clavícula (cuantas más mejor) para dejar constancia de lo marcada que está y lo sexy que resulta. Si las monedas se sostienen, prueba superada. De lo contrario, mejor no dejar constancia pública del fracaso.

Como ocurría días antes con la acrobacia del ombligo, el apoyo de una celebrity local, esta vez la actriz china Lv Jiarong, fue determinante para la rápida aceptación del reto. Si ella consiguió colocarse 80 monedas, otros 34 millones de usuarios de Weibo debieron pensar que merecía la pena intentarlo. Cientos de jóvenes occidentales también han abrazado la tendencia y las clavículas contenedoras de monedas crecen como la espuma en Instagram.

 

Collarbone challenge :p Its harmless so why not ?? #collarbonechallenge ♡♡♡ #weightwatchers #ww #wwarmy #wwdiva #wwdolls #wwfamily #wwfan #wwrevolution #wwgirl #wwfooddiary #befit #fitness #fitfam #fitchick #fitmom

Una foto publicada por Biridiana Amozurrutia (@biiriiv) el

¿Por qué convertirse en funámbulo puede ser más peligroso de lo que parece?

Si la carnosa boca de Kylie Jenner se convirtió en una amenaza para la salud pública cuando cientos de adolescentes quisieron imitar su grosor succionándose los labios con un vaso de chupito, los desafíos del obligo y la clavícula no tienen mucho que envidiarle en cuanto a peligrosidad. Tal como han señalado estos días varios expertos a propósito de estas nuevas pruebas; factores como la elasticidad, la flexibilidad o la postura son decisivos a la hora de conseguir o no superarlas. Tanto o más que estar flaco. Pero esto no impide que quienes no consiguen realizar estas acrobacias se obsesionen con perder peso.

“Sin duda estos retos pueden provocar trastornos alimenticios”, afirma a S Moda Lourdes Garoz, psicóloga experta en trastornos de alimentación en adolescentes y adultos. “Ocurrió algo parecido cuando se puso de moda el 'thigh gap' o separación excesiva entre los muslos. Nadie vino a mi consulta específicamente por aquella tendencia pero sí es cierto que la mayoría de mis pacientes había visto la moda en las redes sociales y consumían webs que hacían apología de la delgadez”, explica la profesional. En el caso que nos ocupa este verano, Garoz considera que es incluso más peligroso porque “son retos promovidos por personas famosas. Que un cantante o una actriz promocionen este tipo de acciones hace que sus seguidores no duden en imitar a sus ídolos y se sumen a la acción”, sentencia.

Cuando se rastrean las imágenes que forman parte de estos hashtag sorprende la cantidad de adolescentes, en su mayoría mujeres, que se suman al reto. Aunque gran parte de los participantes prefieren no mostrar su rostro es alarmante observar cómo chicas menores de edad cuelgan sus instantáneas a cara descubierta. Ellas son las más vulnerables ante el peligroso mensaje. “Los adolescentes pueden ser los más afectados por estas tendencias porque están en una etapa en la que compiten entre iguales. Lo que para unos puede ser una broma, para otros significa recibir la aprobación por parte del resto. Aquellos que no consiguen hacer la prueba no se sienten aceptados y creen que tienen que esforzarse más conseguirlo. Esto se traduce en que este tipo de tendencias puedan desencadenar síntomas depresivos y trastornos alimenticios”, explica la psicóloga.

Pero también los adultos entran al trapo. Aunque algunos sustituyen las monedas por chocolatinas o cambian las reglas del juego para burlarse públicamente de él, otros muchos se apunta a demostrar sus habilidades y perpetuar el mensaje. Si bien “las personas adultas exigentes, rígidas o con problemas sociales pueden sufrir las consecuencias de estas modas”, el problema es más preocupante en los más pequeños. “Es importante que los padres controlen el uso que sus hijos hacen de Internet. Deben observarlo todo sin intimidarles y hablar con ellos para enseñarles a discernir entre lo bueno y lo malo que ofrece la red. Este tipo de retos cada vez va a ir a peor y es fundamental el control por parte de los padres antes de que sea demasiado tarde”, aconseja Garoz.

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Sobre la firma

Clara Ferrero
Es redactora en S Moda, revista en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera. También es cocreadora de 'Un Podcast de Moda', el primer podcast en castellano especializado en la temática. Es licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, y especialista en Comunicación de Moda por la Universidad Complutense.

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