Las pajitas de metal empiezan a ganarle la partida a las de plástico
Starbucks o McDonald’s dejarán de utilizar las pajitas de plástico y las redes sociales ya abrazan alternativas reutilizables como las de acero inoxidable o silicona.
La guerra contra las pajitas de plástico ha comenzado. Solo en Estados Unidos se utilizan más de 500 millones al día y, aunque suponen el 4% de la basura plástica, la concienciación sobre la necesidad de eliminarlas es un primer paso para disminuir el uso de este material en otros productos. Starbucks ya ha anunciado que para 2020 no quedará ni rastro de sus típicas pajitas verdes, que serán sustituidas por una tapa reciclable similar a la que utilizan los bebés para aprender a beber. McDonald’s las cambiará por las de papel a partir de septiembre y ya no será posible encontrar las de plástico en los estantes de supermercados como Lidl. En Instagram, mientras tanto, ya se libra una batalla contra el plástico en la que las pajitas de metal van escalando posiciones. Plateadas, doradas o en cualquier tono metalizado, este tipo de tubos no solo está presente en redes sociales sino que, como recoge Racked, ya corona los refrescos y bebidas que se sirven en lugares tan exclusivos como The Wing, el club neoyorquino para mujeres.
Aunque es necesario buscar una alternativa para cubrir las necesidades de las personas con movilidad reducida, que dependen de la flexibilidad del plástico para beber con autonomía, las redes sociales viralizan los vídeos de animales marinos afectados por la ingesta de estos residuos que van a parar al océano (se estima que en 2050 habrá más plástico que peces en el mar) y defienden la importancia de sustituirlas por materiales biodegradables. Entre las alternativas, las pajitas de metal van ganando adeptos que ya las llevan en el bolsillo o el bolso listas para utilizar en bares y restaurantes.
En Amazon, por ejemplo, es posible hacerse con este tipo de pajitas reutilizables y, además de las de metal, también se comercializan alternativas fabricadas en materiales como la silicona. Suelen venir en paquetes de varias unidades acompañadas de una bolsa de tela para poder llevarlas y utilizarlas fuera de casa y también de un cepillo limpiador que permite acabar con los restos de las bebidas y líquidos. El precio por kit parte de los ocho euros, aunque, teniendo en cuenta la larga vida de materiales como el acero inoxidable, el ahorro respecto a las de plástico es otro motivo de peso para la sustitución.
Los hashtag #StopSucking o #ReusableStraw compilan numerosas instantáneas de todos aquellos que inmortalizan sus nuevas pajitas metalizadas y animan a sus seguidores a hacer lo mismo. Cada año se arrojan al mar ocho millones de toneladas métricas de plástico y es necesario concienciar también sobre la importancia de acabar con todo tipo de envases y productos de un solo uso de este material. La disminución del empleo de las bolsas de plástico en supermercados y tiendas sirve de ejemplo: muchos comercios las han reemplazado por las de papel y en otros tantos hay que pagar por ellas, logrando que el cliente valore el producto, lo reutilice y no lo use indiscriminadamente. Ahora llega el turno de acabar con las pajitas de plástico. Y, de momento, al menos en Instagram ya tienen sustitutas.
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