De la salus a la doula: los nuevos oficios de la maternidad
Las nuevas profesiones vinculadas al embarazo empiezan a hacerse fuertes entre las madres actuales.
En el mismo país donde la baja de maternidad es aún de cuatro meses (para quien quiera cogérsela, claro) empiezan a hacerse populares nuevos oficios vinculados al embarazo, al parto y a la crianza del bebé cuya función es mejorar las condiciones tanto de la madre como del niño. Algunas de ellas aún son consideradas una rareza entre la mayoría, pero en otros países como Francia o el Reino Unidos son tan habituales que hasta la seguridad social se hace cargo de ellas.
Varios factores pueden haber acelerado la llegada de estos profesionales de la maternidad. La edad media de las españolas para ser madres, cada vez más alta puede ser una de ellas. Pero, sobre todo, la necesidad de muchas mujeres de tener un embarazo responsable del cual ellas sean las únicas dueñas, donde puedan tomar sus propias decisiones y en el cual la salud y el bienestar de ellas mismas y de su bebé sean lo primordial.
A las figuras habituales del ginecólogo, obstetra, comadrona y enfermera se unen la del fisioterapeuta, la salus o la doula. Cada una tiene su campo de actuación y ninguna pretende meterse en el de las demás. Estas nuevas profesiones no nacen para sustituir al médico sino para complementar y, de esta manera, convertir la maternidad en un proceso todo lo agradable que debería ser.
Nicole Kidman recurrió a los servicios de una doula durante su embarazo.
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La doula o el apoyo moral
En España es un oficio relativamente nuevo aunque su presencia en los partos se remonta a la antigua Grecia. Hace unos 5 años que sus servicios se han vuelto a solicitar en España aunque es una profesión aún no reglada porque no existe una formación específica oficial. Su presencia surge como apoyo en una sociedad en la cual muchas familias están muy deslocalizadas y la embarazada no puede contar con el apoyo de su propia familia. También son, en palabras de Luz García Muiños, doula de la red Proyecto Materna, "un acompañamiento espiritual, una presencia empática que no juzga ni pretende inmponer su voluntad ni convencer de nada. Nuestra máxima es que las decisiones de la madre son lo más importante".
La doula puede ejercer de intermediaria entre el personal sanitario y la madre, e incluso con la propia familia. Así, se evitan esas clásicas escenas en el hospital con todas las abuelas, tías, cuñadas y amigas opinando sobre cómo sacarle los gases al bebé obteniendo como resultado una madre agobiada y desorientada.
Esta figura puede aparecer durante la gestación (e incluso antes del embarazo) para ayudar a calmar nervios y miedos, aunque son más solicitadas durante el parto y el post parto. En los duelos pueden resultar un gran alivio ya que muchas mujeres que sufren un aborto lo viven como una pérdida y necesitan aliento extra. Además, con nuestra presencia se puede evitar o aliviar la depresión post parto. Los médicos y las comadronas aún están recelosos de las doulas porque creen que pueden interferir en sus protocolos. Pero, como explica Luz, "acompañamos siempre a la cabeza de la madre, no intervenimos en el proceso del parto de manera alguna porque no tenemos una titulación sanitaria. Ni es nuestra intención".
¿Cómo se forman las doulas? "Todavía no hay una titulación reglada", explica Luz, "así que nos formamos en centros propios y, sobre todo, con la experiencia que va dando cada uno de los casos con los que trabajamos". No es requisito imprescindible el haber sido madre con anterioridad para ejercer este oficio. Lo que sí se requiere es "inspirar confianza, tener un sexto sentido para entender a la mamá y lograr una conexión con ella", remata García Muiños.
Contratar a una doula tiene un precio: alrededor de los 1.200 euros incluyendo el embarazo, el parto y el post parto. Aunque también se pueden solicitar sus servicios solo para un momento de la maternidad. Podemos encontrar a nuestra doula a través de distintas asociaciones como la Asociación Galega de Doulas o la web Doulas.es.
Las celebrities son buenas conocedoras de las doulas. Demi Moore, Nicole Kidman o Elle Macpherson las han contratado durante sus embarazos. Hay un caso curioso, el de la cantante Erykah Badu, que no solo es doula sino que se está formando para ser comadrona.
La cantante Erykah Badu también es doula profesional.
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La salus, el salvavidas profesional
Aún se ven como un servicio de lujo en España por su elevado precio (entre los 9,5 y hasta los 11 euros por hora), pero una vez que se conocen las funciones de las salus se puede llegar a entender. Estas profesionales son relativamente solicitadas desde hace alrededor de una década. Se trata de una enfermera titulada especializada en neonatos y bebés. No es una niñera ni una cuidadora al uso sino una profesional que puede aportar muchas más cosas que dar un biberón.
Se contrata cuando la mujer llega a casa con su hijo y se encuentra de golpe con un nuevo ser que no tiene manual de instrucciones. La salus ayuda con todas esas tareas que hay que asimilar: el baño, la alimentación, curar la herida del ombligo, sacar los gases, cambiar el pañal. Carlos García Petusa, socio de Salusmadrid, asegura que en su empresa solo contratan a enfermeras, nunca a auxiliares. "Así, pueden dar un medicamento o poner una inyección si se diera el caso", cuenta.
La mayor parte de la gente recurre a las salus durante las primeras semanas de su hijo y solo por la noche. Además de darle a la madre la confianza que necesita para ocuparse de su bebé, favorece su recuperación tras el parto ya que puede dormir toda la noche casi de un tirón. Sin embargo, algunos clientes de García Petusa las contratan las 24 horas y durante todo el tiempo que consideran necesario.
En los hospitales las enfermeras suelen estar informadas de dónde contratar a una salus, aunque hay distintas webs que nos pueden ayudar a encontrar una: Madridservicio o Salusbebes. Quienes ya han tenido a una en casa no pueden estar más encantadas. Juana F. Piña, madre de un niño de dos años, contrató a una salus durante las primeras semanas. "Conocía a la mía con el clásico boca-oreja. Vas a dejar a tu hijo en manos de una desconocida, lo que necesitas es saber que ya lo ha hecho bien con otro. Ella era muy consciente de que tenía dos misiones: cuidar al niño y cuidarme a mí. Fue maravilloso ese mes con ella, me proporcionó descanso, seguridad y conocimientos, le estoy muy agradecida", reconoce.
La top Heidi Klum es toda una experta en recuperarse tras el embarazo.
Gtres
Los fisioterapeutas, el camino hacia la recuperación
En Francia, el fisioterapeuta es un protocolo más después del parto y la seguridad social corre con sus gastos. Médicos, ostéopatas y fisioterapeutas trabajan juntos para proporcionar a las mujeres un embarazo más saludable, un parto más sencillo y una recuperación más rápida y eficaz.
En España la figura del fisioterapeuta es prácticamente desconocida para las madres, pero también para los médicos que, incluso, ignoran el papel tan importante que pueden tener desde el comienzo. Sandra Lois está especializada en Fisioterapia en la rama de la uro-ginecología, y aún se sorprende con los casos que llegan a su consulta. "Mujeres con incontinencia urinaria o incapaces de mantener una relación sexual normal un año después del parto a quienes el médico no proporciona ninguna solución porque, realmente, no tienen ninguna patología. Pero las funciones de los tejidos sí que están dañadas y son las que provocan ese tipo de problemas. Ahí es donde entramos nosotros", explica Sandra.
La acción de un fisio empieza en el embarazo: "Con un tratamiento adecuado se pueden aliviar ciáticas, dolores de espalda, hinchazón y otros problemas clásicos. Además, con el masaje perineal se puede reducir el riesgo de desgarro y episiotomía, algo que no está en la competencia de un médico que solo podemos hacer nosotros", cuenta Lois. En España hay un vacío respecto a este tratamiento dado que son las comadronas quienes lo hacen y quienes enseñan a las madres a hacérselo a ellas mismas, pero estudios posteriores han demostrado que es mucho más eficaz cuando lo hace un fisioterapeuta. "Proporciona un suelo pélvico elástico, una recuperación de los tejidos y un post parto menos incómodo", continúa. "Normalmente los ginecólogos suelen recomendar los ejercicios de Kegel para la mejora del suelo pélvico aunque se suelen quedar muy cortos. Hay que enseñar también a volver a tomar conciencia de la zona y devolver a los tejidos la calidad que tenían antes del parto, algo que solo se consigue de forma manual.
Es casi unánimemente desconocida la acción del fisioterapeuta sobre el recién nacido. Por ejemplo, un ostéopata puede evitar una posterior escoliosis con una sencilla e indolora manipulación en el cráneo, aún sin cerrar, del bebé. Aún no existen estudios sobre este tratamiento "pero la experiencia nos ha demostrado que funciona", afirma Sandra.
Los servicios de estos fisioterapeutas aún son difíciles de encontrar pero a través de la Sociedad Española de Fisioterapeutas de Suelo Pélvico se puede contactar con especialistas en todo el país. Las sesiones suelen rondar los 40 ó 45 euros.
¿Qué opinan los ginecólogos de estos nuevos profesionales que llegan para complementar su labor? En la Asociación Española de Ginecología y Obstetricia, sorprendentemente, nunca han oído hablar de las doulas, las salus ni el trabajo de los fisioterapeutas vinculado a la maternidad. Sin embargo, el Profesor Laílla, Presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, abre puertas: "Tales profesiones no están en el ámbito de la SEGO por lo que no me corresponde a mí enjuiciar su labor. Pero considero que toda persona que ayude y colabore en el sentido más amplio del término, en el bienhacer del parto y del puerperio, con máxima profesionalidad y sin alterar los principios básicos de la obstetricia basados en la evidencia científica, deberá ser bien considerada".
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