¿Crecen los pies un número durante el embarazo?
La relaxina y el aumento de peso alargan el pie hasta un número más de calzado. A veces, el cambio es permanente.
Los pies no solo se hinchan durante el embarazo. También crecen a lo largo. Una sospecha que tenían millones de mujeres en el orbe y que recientemente ha corroborado un estudio de la Universidad de Iowa publicado en la prestigiosa revista American Journal of Physical Medicine & Rehabilitation. Dirigidos por el Dr. Neil Segal, un grupo de expertos en ortopedia y rehabilitación observaron a 49 mujeres desde el primer trimestre del embarazo hasta las 19 semanas siguientes al parto. Las conclusiones fueron que a cerca del 70% les crecía el pie durante la gestación (a lo largo y a lo ancho) y que cinco meses después del parto ese aumento de talla no había remitido. Más aún, pusieron cifras a ese crecimiento: entre 2 y 10 mm, o, lo que es lo mismo, entre medio número y un número más de pie.
La explicación hay que buscarla en la relajación del arco del pie por efecto de la relaxina (esa hormona que permitirá que en el parto la pelvis se abra para dejar salir al bebé) y el propio aumento de peso. Dos factores que ocasionan que el pie se haga más plano y más largo. El estudio también señala que este crecimiento permanente es más evidente en mujeres que esperan a su primer hijo, ya que en los siguientes embarazos como el pie ya ha crecido no suele hacerlo aún más. Apuntan, además, que estos cambios permanentes elevan el riesgo femenino de padecer artritis y otros problemas músculo-esqueléticos en el futuro.
No es la primera vez que los podólogos estudian los efectos del embarazo en los pies. En 2010 Jane Andersen llegaba a conclusiones similares si bien ella afirma que el pie puede seguir creciendo en posteriores embarazos, siempre que quede arco por bajar hasta que el pie quede completamente plano. Su recomendación para evitarlo, en la medida de lo posible, era no caminar descalza durante el embarazo para no forzar el arco plantar. Y como tampoco es cuestión de torturarse ante lo inevitable, pedirle al zapatero que dé un poco de sí los zapatos favoritos de la paciente.
Durante el embarazo de Harper Seven, Victoria Beckham desafió a su médico y no dudó en subirse a uno taconazos.
Cordon Press
Pero el embarazo también puede abrir la puerta a lesiones en el pie. La Dra. Alona Kashanian, especialista en medicina deportiva, señala que las embarazadas que realizan ejercicio físico de un cierto nivel tienen más papeletas para sufrir fascitis plantar. Y, como en estado de buena esperanza la mayor parte de los medicamentos están prohibidos, toca atajar dolor e inflamación con hielo y productos de homeopatía y medicina natural como árnica, caléndula…
Hasta aquí la teoría. ¿Y si eres una celebrity acostumbrada a mirar al mundo desde lo alto de 12 centímetros de tacón? Pues que tenemos un dilema de dimensiones épicas. Ahí está Victoria Beckham, a quien diagnosticaron una hernia de disco tras dar a luz a su hija Harper Seven y que desafió a cuanto médico se le puso por delante subiéndose a los tacones al poco de ser madre por cuarta vez. Por no hablar de la otra princesa de Inglaterra, vamos, la de verdad, Kate Middleton, que tiene a sus compatriotas en un ay por seguir usando taconazos. Y, tratándose de la portadora del heredero a la real corona británica, algunos facultativos no se andan con tonterías. “Durante el embarazo se modifica el centro de gravedad. Una caída puede dañar a la madre y también al bebé”, aseveraba a ABC News el cirujano del pie Beverly Hills Stanley Orwasher.
Porque caerse a bordo de unos stilettos es bastante frecuente. Les sucede hasta a las virtuosas del tacón como Sarah Jessica Parker. Más de diez años caminando dieciocho horas seguidas sobre taconazos ideales y, al final, pasó lo que a otras nos pasaría bastante antes: una torcedura de tobillo. Sucedió durante el rodaje de I Don’t Know How She Does It y al ir al médico se encontró con la prohibición, por motivos de salud, de volverse a encaramar a unos salones escarpados. “Tu pie hace cosas que no debería poder hacer. Ese hueso… tú has creado ese hueso”, le reprendió el médico al ver sus juanetes, según confesaba recientemente la actriz a Net-à-Porter Magazine. Eso sí, en un arrebato de yo-soy-Carrie-Bradshaw culpa a los zapatos baratos del vestuario de esa película como responsables de su accidente por tener resbaladizas suelas de plástico y no agradables suelas de piel. Al parecer con unos manolos tal desastre no le hubiera sucedido. Pero como en estos casos no hay vuelta atrás, la actriz asume su derrota y se deja ver por las calles de Nueva York calzando unas sandalias Swedish Hasbeens de poco tacón y calcetines.
La prensa británica cuestiona si Kate Middleton debería llevar tacones durante su embarazo.
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