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Cosas que ya sabías y que pueden hacer tu vida mejor

Hacer más ejercicio o pasar tiempo en la naturaleza son actividades tan efectivas como los medicamentos para tratar la depresión o la ansiedad.

felicidad
Cordon Press

Como se ha dicho tantas veces, el sentido común es el menos común de los sentidos. A esto apunta un estudio sobre los llamados Cambios de Vida Terapéuticos, de aquí en adelante TLC (por Therapeutic Lifestyle Changes, la denominación en inglés). Es un buen momento para recordar su importancia, ahora que muchos de nosotros comenzamos a flaquear en nuestros propósitos para el nuevo año.

Un sinfín de problemas mentales, ansiedad y depresión incluidas, pueden tratarse exitosamente con los cambios de vida que apuntamos más abajo. Esta es la conclusión, no por sencilla menos importante, de la investigación del profesor Roger Walsh, de la Universidad de California en Irvine, publicada en la revista de la Asociación de Psicólogos de EEUU.

Walsh revisó numerosos estudios ya publicados sobre las bondades de los TLC, así como otras investigaciones que evalúan los costes psicológicos de estar demasiado tiempo frente a la televisión o el ordenador, no pasar suficiente tiempo al aire libre o vivir aislado de los demás.

Su conclusión: “Los cambios en el estilo de vida pueden ofrecer ventajas terapéuticas significativas para los pacientes, los terapeutas y la sociedad. A pesar de ello, no se reconocen, enseñan ni utilizan como deberían”. Se trata de seguir rutinas efectivas, baratas, a menudo, placenteras, y, quizá lo más importante de todo, sin efectos secundarios, a diferencia de los medicamentos. Por eso, Walsh cree que en el siglo XXI los TLC “deberían ser el foco de la salud pública”. He aquí un rápido repaso a los beneficios, con frecuencia minusvalorados, de los TLC:

El ejercicio

Es uno de los ejes de las resoluciones de cambio de un montón de personas, no sólo ayuda a la gente a sentirse mejor. También es eficaz contra la ansiedad y la depresión; propicia que los niños tengan mejores resultados en el colegio; mejora las capacidades cognitivas de los adultos; reduce las pérdidas de memoria ocasionadas por la edad e incrementa la formación de nuevas neuronas en el cerebro. Hay un montón de estudios que apuntan a la gran influencia del ejercicio sobre el bienestar físico y emocional. El miércoles pasado, sin ir más lejos, la revista científica Nature publicó una investigación sobre una hormona recién descubierta que se produce cuando uno hace ejercicio y que actúa sobre las grasas del cuerpo, haciendo a los deportistas menos susceptibles a males como la obesidad y diabetes.

Mantener buenas relaciones con los demás

Contribuye a evitar un montón de riesgos para la salud, desde el resfriado común a numerosas enfermedades mentales, por no hablar del bienestar psicológico que trae consigo. Por otro lado, las actividades recreativas reducen la desconfianza hacia los demás e incrementan las habilidades sociales.

Las técnicas de relajación y manejo de estrés

Son eficaces para tratar una amplia variedad de problemas, desde ataques de pánico a insomnio, pasando por ansiedad o depresión. La práctica de la meditación, por otro lado, tiene numerosas ventajas. Mejora la empatía, la sensibilidad y la estabilidad emocional, reduce el estrés y la sensación de agotamiento y, entre otras cosas, mejora las funciones cognitivas, de acuerdo con los estudios revisados por Walsh.

Las prácticas espirituales o religiosas que se centran en la compasión y el amor

incrementan el bienestar, reducen la ansiedad y la depresión y las posibilidades de caer en el consumo de sustancias tóxicas.

El altruismo es una fuente de alegría

Se cree que podría incluso alargar la esperanza de vida. Walsh hace la excepción del llamado “agotamiento del cuidador” cuando, por ejemplo, un miembro de la familia tiene a su cargo un enfermo con demencia.

La dieta rica en verduras, frutas y pescado

Podría contribuir a mejorar los resultados escolares de los niños y las funciones cognitivas de los adultos.

Pasar tiempo en la naturaleza

Puede promover las funciones cognitivas y potenciar un sentimiento general de bienestar.

El principal escollo con que se encuentran los TLC se encuentra dentro de nosotros mismos: hace falta un esfuerzo continuado para mantener las buenas costumbres. El batallón de anuncios publicitarios, en ocasiones muy sofisticados, que promueven todo aquello que no deberíamos hacer –desde el alcohol a la comida rápida– no contribuyen a la causa. Ni tampoco, señala Walsh, la extendida creencia de que la curación procede de una autoridad de fuera o una pastilla.


Natalia Martín Cantero es periodista. Si quieres ponerte en contacto con ella escribe a natalia@vidasencilla.es

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