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Toallitas desmaquilladoras veganas que limpian solo con agua, ¿funcionan?

Hechas de microfibras, se pueden meter en la lavadora. Su fabricante asegura que acaba hasta con los productos waterproof. Algunos expertos lo ponen en duda.

toallitas desmaquillantes
getty images

La limpieza facial diaria ha ocupado ríos de tinta en los últimos años: que si el agua micelar, que si mucho mejor los aceites limpiadores frente a los geles sin detergente. Por no hablar de la consabida doble limpieza de las surcoreanas. O los cepillos faciales. Todos estos sistemas tienen algo en común: hace falta un producto para desincrustar las partículas de suciedad y arrastrarlas. A todo este repertorio se suman esta temporada las toallitas desmaquillantes que solo usan agua.

El secreto está en el tejido: un entramado de millones de microfibras capaces de absorber incluso el maquillaje waterproof, el eyeliner y la máscara de pestañas. Son suaves con la piel, pero recias como para pasar por la lavadora. Se llaman MakeUp Eraser y el fabricante asegura que son capaces de resistir hasta 1.000 ciclos de lavado. Hace la cuenta de la vieja y en su página web les augura una larga vida de entre 3 y 5 años. Una solución que –salvando el pequeño detalle del detergente– denomina ecofriendly para marcar distancias con las toallitas desechables y supuestamente biodegradables, pero que un 60% de las veces acaban atascando las canalizaciones de agua, según un estudio de la OCU. De hecho, su público objetivo son milénicos convencidos de que se puede eliminar el tercer desperdicio más abundante en el mundo: las toallitas desechables. A renglón seguido, añade el hashtag #nomorewipes. Incluso va más allá: sostiene que los productos de desmaquillado convencionales contienen «surfactantes, disolventes y emulsionantes potencialmente dañinos para la piel a largo plazo». En su opinión, nada tan inocuo como el agua y una toalla confeccionada con un hilo de poliéster hasta 50 veces más fino que un cabello humano. Esto le confiere, siempre según ellos, la suavidad suficiente para acariciar la piel sin causar abrasiones. Apta incluso para retirar el maquillaje de los ojos. Basta con apoyarla sobre la zona ocular durante 5 segundos y, a continuación, efectuar suaves movimientos circulares. Ni que decir tiene que son veganas y no testadas en animales.

La esteticista Marta García es de las primeras enamoradas de este invento en nuestro país. Incluso para eliminar el maquillaje waterproof. “Gracias a sus microfibras patentadas, al frotarla sobre la piel se inicia un proceso hidromecánico que rompe la tensión superficial de los aceites que permite que el maquillaje se adhiera a la piel. Vendría a ser como un ‘efecto ventosa’ sobre el maquillaje. De esta forma, se elimina incluso el colorido resistente al agua”. Por su experiencia, pueden usarse sin problema mañana y noche. Ni siquiera hace falta alternarlos con cepillos limpiadores “ya que la exfoliación mecánica que realiza un cepillo también la realiza esta toallita. Es más, para pieles sensibilizadas y/o reactivas es una gran solución, ya que su textura suave y esponjosa actúa como calmante”. ¿Hay que lavarla a diario? En absoluto. El truco está en utilizar cada día una sección diferente y lavarla solo una vez a la semana. El fabricante insiste en que «las microfibras son tan finas que convierten al tejido en antibacteriano de forma natural. Ninguna bacteria puede anidar en ese espacio tan escaso». En otras palabras: no hay riesgo de proliferación microbiana, aunque no se lave a diario. Ahora bien, mejor dejarla secar al aire después de cada uso.

Si algo hemos aprendido de las coreanas es que una cosa es desmaquillar y otra, limpiar. Ojo aquí, porque la toallita solo desmaquilla. “Recomendamos su uso para desmaquillar por la noche. Para la higiene matinal preferimos una triple limpieza. O un limpiador y tónico tratante. Y lo mismo para la limpieza nocturna. Antes de aplicar los productos de tratamiento, hay que limpiar en condiciones.  La función de esta toalla es desmaquillar, no limpiar ni tratar la piel”, explican desde la empresa.

Con muchos años de veteranía en el cuidado del rostro a sus espaldas, la facialista Carmen Navarro muestra su escepticismo. No tiene tan claro lo de retirar un maquillaje de base oleosa solo con agua, por mucho efecto ventosa que haga la microfibra. “No las he probado, pero me extraña que se pueda hacer solo con agua. El agua por sí sola no disuelve la grasa. En cambio, una leche limpiadora, sí. El mejor ejemplo es la doble limpieza de las coreanas. Primero usan un producto oleoso para arrastrar el maquillaje y la grasa procedente del folículo pilosebáceo. A continuación, una fórmula en gel o espuma para eliminar el resto de impurezas acuosas y las células muertas de la superficie de la piel”. Sea cual sea la fórmula de limpieza elegida, insiste en no olvidarse del tónico. “Ya sea para alcalinizar o acidificar el pH de la piel, debemos usar un tónico con un disco de algodón”. Su opción para el cuidado nocturno es un tónico queratolítico (su propuesta es Ultratonic CN, de su propia marca). “Hay que arrastrar el algodón por la superficie de la epidermis para potenciar el efecto químico de sus alfahidroxiácidos de manera mecánica. Así eliminamos las células muertas que impiden el paso de los principios activos de los cosméticos y potenciamos la luminosidad de la piel al permitir que afloren los queratinocitos que están debajo de las células muertas. Para que este proceso suceda sin problemas, debemos dejarlo actuar unos minutos antes de ponernos el cosmético de tratamiento”.

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