Se llevan los garabatos en la cara (y la culpa la tienen Picasso y Matisse)
El diseñador Juanjo Oliva los subió a la pasarela y otras firmas como Paloma Wool o Lola Verona los incluyen en sus catálogos. ¿Por qué se han puesto de moda los maquillajes a base de líneas de colores?
¿Se acuerdan cuando hace algunas temporadas todo se llenó de estampados abstractos? Céline o Chanel abarrotaron sus vestidos de la primavera de 2014 de brochazos de colores, y eso se tradujo en un montón de camisetas ‘arty’ en todas las tiendas. Algo así sucede ahora con el maquillaje. Los labios rojos y los ojos delineados de toda la vida resultan demasiado evidentes para los diseñadores. Por eso prefieren sustituirlos, en sus desfiles y campañas, por líneas de colores de influencia expresionista. No es una tendencia que –en principio– vaya a llegar a la calle como ocurrió con las camisetas hace unos cuantos veranos. Pero si se topan en revistas de moda o cuentas de Instagram con una modelo con la cara garabateada han de saber que la culpa la tienen Matisse o Picasso.
Juanjo Oliva, que ganaba el premio a la mejor colección de la Semana de la Moda de Madrid hace unos días, apostó por este maquillaje partiendo, en este caso, de la obra de otro artista. Marina Pérez, Lucía López o Nuria Rothschild se subieron a la pasarela luciendo labios de colores tan potentes como el amarillo y mezclando sus facciones con líneas en todas direcciones: una que repasa el ojo y baja por la nariz, otra que cruza la frente… la confirmación de la tendencia que llevamos tiempo observando llegaba así a la fashion week madrileña. «La principal referencia de esta colección es el trabajo escultórico de Calder que nos lleva directamente a la selección de la gama de color: blanco, negro, amarillo y rojo, tonos puros y primarios, protagonistas del maquillaje», nos cuentan desde la firma. El conocido maquillador José Belmonte fue el encargado de ejecutar el look, el más artístico con el que se ha atrevido Oliva hasta el momento. «Decidimos los trazos como si de un boceto se tratara, y los reflejamos en tres variaciones para los rostros de los modelos. Estamos increíblemente satisfechos con el resultado», añaden.
Echando un ojo a los catálogos de otras firmas españolas es fácil comprobar que la tendencia, en distintas versiones, está por todas partes. No es de extrañar teniendo en cuenta que el resultado recuerda mucho a las caras que pintaba Matisse y que el pintor se ha convertido en un auténtico influencer esta temporada. Los rostros esbozados del francés se estampan en camisetas y transforman en pendientes convirtiéndose en el más preciado objeto de deseo de las amantes de la ropa con connotaciones intelectuales. Y esas mismas caras son reconocibles en el trabajo, las prendas y el maquillaje de la diseñadora Paloma Wool. La forma en la que el pintor retrataba a la mujer es una de las grandes fuentes de inspiración de sus camisas y jerséis. Y también del look de las modelos que los presentan.
Pero como dos ejemplos podrían ser casualidad, pero tres se convierten en tendencia inmediata, tenemos el tercer caso patrio: la firma de joyería Lola Verona apuesta en su lookbook por cruzar con líneas de todos los colores los rostros de sus chicas. «Quisimos que hubiera sintonía entre las piezas geométricas (en este caso los pendientes de cerámica) y el maquillaje para que todo el look tuviera concordancia», cuenta a S Moda Susana López, fundadora de la marca. La maquilladora que se encargó de obrar la magia, Nahomi Armas, nos desvela la inspiración detrás de la idea. «Confieso que este maquillaje no estaba preparado para la sesión. El día del shooting decidimos improvisar, rompiendo las reglas visuales y creando un trabajo geométrico. Hecho a mano alzada, mientras lo realizaba me acordé de un maquillaje que vi hace años en Vogue Italia. Sin duda es una inspiración que refleja el arte de Matisse, al que siempre referencio en mis trabajos más creativos desde que me acerqué a su obra cuando estudiaba dibujo», confiesa.
Fuera de nuestras fronteras la tendencia se extiende y multiplica. Por poner dos ejemplos: la firma joyera Mara Paris llena el rostro de sus modelos de líneas blancas y la maquilladora Claire Plekhoff reinterpreta este look en muchos de sus trabajos (aquí puede verse su obsesión por este tipo de trazos). “Me inspiro, sobre todo, en artistas e ilustradores como Picasso, Steinberg, Cocteau or De Castelbajac. También en la naturaleza, especialmente en las formas y colores de las flores. Creo que se está convirtiendo en una tendencia porque es una forma diferente de hacer un maquillaje creativo. Rompe las reglas de lo que estamos acostumbrados a ver: ojos y labios. Utiliza el rostro como un lienzo en blanco”, declara la francesa a S Moda. Haciendo un repaso por las pasarelas internacionales tampoco podemos obviar el maquillaje de las modelos de Jacquemus en su colección otoño-invierno 2015. Algunas de sus chicas desfilaron con una ‘segunda cara’ pintada sobre su propio rostro como si fuera una suerte de Picasso infantil. Una oda a la mujer que se convierte de nuevo en niña jugando con el maquillaje, según explicaba su nota de prensa.
Y como casi siempre, también Margiela golpeó primero. La celebérrima makeup artist Pat McGrath ejecutó una verdadera obra de arte para el desfile de Alta Costura primavera-verano 2017 de la marca. En versión 3D y utilizando hilos para lograr un efecto de relieve y realismo, la maquilladora demostró su creatividad en un espectacular look de belleza a la altura de las creaciones de Galliano.
«Sin duda este tipo de looks son tendencia», afirma Nahomi Armas. «El cubismo, siempre es un referente traído de la mano de Matisse, Diego Rivera y Picasso y podemos ver que tanto diseñadores como maquilladores se inspiran en él. Junto a ese surrealismo se pueden llegar a crear verdaderas nuevas obras de arte», añade la maquilladora. Y a juzgar por la cantidad de imágenes que apuestan por traducir esa influencia pictórica en sus maquillajes, Matisse tiene muchas papeletas para seguir siendo infuencer de pro unas cuantas temporadas más.
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