Skin fasting o ayuno cutáneo: qué opinan los dermatólogos de no utilizar ningún cosmético en la piel
La técnica promete revolucionar el cuidado de la piel y resetear su estado. ¿Funciona?
La famosa belleza coreana y su estructurada rutina de la piel en varios pasos llevan años causado furor en todos los continentes y, lo cierto, es que tanto la industria cosmética como los expertos del cuidado cutáneo lo han celebrado: ahora la gente sabe más, se preocupa y atiende mejor las necesidades de la piel de su rostro. Sin embargo, como casi toda innovación, puede haberse convertido en una moneda de dos caras cuyos efectos causen verdaderos estragos.
Ha sucedido, en tanto en cuanto algunos usuarios no han sabido parar a tiempo, debido, sobre todo, a una sobredosis de información difícilmente gestionable sin conocimientos previos o la ayuda de especialistas. “Los consumidores tenemos a nuestra disposición una multitud de cosméticos con propiedades diversas y enfocados a cumplir distintos objetivos, pero eso no significa que necesariamente tengamos que utilizarlos todos, ni durante todo el año. Optimizar nuestras rutinas de belleza de forma inteligente, conociendo las necesidades de nuestra piel, es la mejor forma de cuidarla, además del ahorro de tiempo y dinero que supone”, nos explica Marta Barrero, farmacéutica, experta en dermocosmética y co-directora de The Secret Lab.
Es entonces cuando nos ponemos manos a la obra para hacer de la necesidad virtud y lo que surge es una tendencia que contrarresta este efecto no deseado. No es nueva, se le puso nombre y se le dio forma hace años, pero cada uno que pasa suena con más fuerza y adquiere protagonismo justo en esta época en la que, pasado el verano, necesitamos una desintoxicación de todo. Se llama Skin Fasting y significa, literalmente, ayuno de la piel. Como si de una dieta de ayuno intermitente se tratase, implica reducir el número de productos utilizados, haciendo que la piel se resetee y se libere de la gran cantidad de cosméticos que se utilizan a diario.
Mar Sieira, farmacéutica, experta en dermocosmética y CEO de Sarah Becquer, nos explica cómo funciona: “La forma más común es reducir a uno o dos activos la rutina cosmética durante unas semanas, ya que si se reduce completamente a cero productos, es decir, un ayuno total, dependiendo de la edad y de las características de la piel, los beneficios no serán tangibles”. También por qué es recomendable, pero solo en ocasiones: “Hay que puntualizar que hablamos de una piel sana y equilibrada de base, y no con, por ejemplo, brotes de dermatitis o de acné severo, que siempre requerirán de la supervisión del dermatólogo”. Y qué beneficios puede aportar: “Huyendo de las rutinas cosméticas demasiado complejas que tienden a mezclar y superponer activos, se puede conseguir una piel más equilibrada y autosuficiente, que trabaje para sí misma ayudándose solo de los imprescindibles”. ¿Cuáles son? Nos lo cuenta la Doctora Leticia Carrera, directora del Centro Médico-Estético Felicidad Carrera y miembro de Top Doctors: «En el caso de hacerlo, sería más partidaria del Skin Diet, reducir el número de cosméticos pero mantener los básicos: limpiador, crema hidratante y protector solar».
Ayuno sí, pero no total
Conociendo las recomendaciones de los dermatólogos acerca de esta técnica, estamos hablando de una suerte de ayuno intermitente pero, esta vez, aplicado a la piel, que en ningún caso debería ser total. Como explica la Dra. Carrera a S Moda, “los dermatólogos somos partidarios de diseñar rutinas cosméticas sencillas y adaptadas a cada piel y sus necesidades, pero nunca recomendamos la ausencia de ellas”.
Y hay una potente razón para esto: la piel nunca debe quedar desprotegida. “La tendencia del Skin Fasting, realizada de forma consciente durante un tiempo no muy prolongado, puede tener beneficios sobre nuestra piel. Eso sí, para que la piel esté sana y bonita, hay ciertos pasos, productos y principios activos que no podemos sacrificar, por muy minimalista que queramos que sea nuestra rutina. Es decir, esta tendencia podemos utilizarla como un complemento o como una opción temporal en el cuidado de la piel, pero nunca como sustituto o como rutina permanente”, añade Marta Barrero.
Así que, si hablamos de principios activos, ¿cuáles serían los imprescindibles que no deberían caer en ese proceso detox? «En una rutina muy básica de cuidado facial, no pueden faltar el ácido hialurónico, la vitamina C y el SPF. El retinol es otro de los activos fundamentales, sobre todo a partir de los 30 años, pero podemos utilizar este periodo “detox” para que descanse el tejido; así como, los AHAs, activos básicos de los que también podríamos prescindir durante un periodo corto de tiempo, pero no de forma definitiva. Por otra parte, es interesante dar con formulaciones lo más completas posible, de modo que necesitemos utilizar el menor número de productos. Es decir, si podemos aplicar una crema hidratante que nos aporte el ácido hialurónico, vitamina C y SPF a la vez, únicamente necesitaremos limpiar, hidratar y aplicar un contorno de ojos», aconseja Barrero.
¿En qué casos sí se recomienda?
«Las personas que tengan un buen asesoramiento y una correcta prescripción de los productos y principios activos más adecuados para su piel, en circunstancias normales, no necesitarían realizar este ‘detox’ facial», comienza explicándonos Marta Barrero. Sin embargo, aunque no es la opción ideal ni la técnica que debería practicarse, los expertos consultados han podido ver que sí existe un abuso de aplicación de sérums, cremas y mascarillas en muchos de los pacientes con problemas cutáneos que acuden a ellos. Por eso existe un caso en el que sí podría ser útil: cuando se lleva a cabo una rutina cosmética inadecuada que combina demasiados activos y productos. Hay varios motivos por los que sucede y resulta contraproducente, tal y como indican Carrera y Barrero:
1. Cuando se mezclan demasiados cosméticos de distintas marcas en la misma rutina: pueden duplicar activos o mezclar algunos que no son compatibles.
2. Cuando se cree que, para cuidarse correctamente la piel, es necesario aplicar cuantos más productos mejor. La piel se satura y no consigue absorber bien los activos que se aplican.
3. En casos de personas enamoradas de las novedades cosméticas que lo quieren probar todo y lo aplican sin mucho sentido».
4. Cuando se han utilizado durante un tiempo productos que no eran los adecuados para el tipo de piel, por haberse dejado influir por publicidad, por el boca a boca, por redes sociales… sin tener en cuenta las necesidades propias.
Así que, si evitas todos estos deslices cosméticos, lo lógico es que tu piel no necesite ningún tipo de dieta. Pero si notas que podría ser una solución, si ves que por más y mejores productos que utilizas, tus imperfecciones no se atenúan, recuerda que el primer paso es consultarlo con un dermatólogo.
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