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Pecho después del parto, problemas y soluciones

Es una de las preguntas más repetidas por las futuras mamás y una de las más habituales en consultas médicas y centros de belleza… esto es lo que requiere el abordaje estético de esta delicada zona, según los expertos.

Street Style – Paris Fashion Week, Womenswear S/S 2015 : October 1st
Getty Images (Getty Images)

“Gisele se pone un burka para arreglar secretamente sus tetas desinfladas”. Así tituló Page Six un hecho que conmocionó a los mitómanos de Gisele Bündchen cuando, en 2015, el público se hizo eco de la noticia. Al parecer, la modelo brasileña recurrió a la clínica parisina Clinique Internationale du Parc Monceau para someterse a un aumento de mamas ante la preocupación de que sus senos se hubieran hundido después de su segundo embarazo. El revuelo se desató ante la paradoja de que una de las mayores activistas de lo natural (quien, por cierto, en una ocasión declaró que jamás se sometería a ningún tratamiento quirúrgico) se rindiese ante la cirugía estética para solucionar un mal mayor entre la comunidad materna. ¿Qué tiene de malo?

Lo cierto es que por muchas sesiones de Body Language o yoga que practiquemos durante el embarazo para evitar la caída del suelo pélvico o las incesantes friegas de aceite puro de rosa mosqueta para mantener a raya las estrías, el cuerpo después del parto puede transformarse de maneras insospechadas… Además de la metamorfosis corporal generalizada, es cierto que el pecho es el que más palos se lleva. Durante el embarazo crece, está turgente y voluminoso, pero tras el parto, esa constante expansión y contracción inevitablemente concluyen en flacidez, hay discrepancia entre piel y glándula, el tejido del seno encoge pero no la piel circundante… es lo que de forma técnica se llama “involución de la mama”. El resultado: senos caídos, como vacíos, que se unen a otros desaguisados como areolas hiperpigmentadas (las hormonas estimulan la melanina), glándulas de Montgomery abultadas (su misión es segregar una sustancia lubricante que limpia e hidrata y olorosa que atrae al bebé hacia el pecho), venas más visibles, o pezones agrietados… Por no hablar de las estrías.

En este momento te arrepientes de haber seguido la clásica norma (muy española) del “come por dos”, de no haber movido ni el más pequeño de tus grupos musculares durante el embarazo o no haber sucumbido a la oil addiction y así reforzar la piel para que la distensión no hiciese mella… Decir que estas son las claves de las celebrities para recuperarse de los estragos del parto en escasos días sería como meter el dedo en la llaga, así que seamos más positivos, porque soluciones siempre hay. Cada cuerpo y cada embarazo (ergo, cada post-parto) son únicos: por ello el tratamiento requiere un abordaje multifactorial.

“Hay muchas mujeres que demandan nuestros servicios después del embarazo. Las quejas más comunes son: senos caídos, especialmente si han alimentado a sus bebés y particularmente si han tenido varios embarazos; vientre flácido, debido a una acumulación de grasa que no se ha perdido después del parto y a la lactancia o el descolgamiento de piel que no ha vuelto a retraerse y persiste independientemente de la dieta o el deporte que se practique; y rejuvenecimiento vaginal debido a la hipertrofia de la labia minora (labios menores), una dilatación del canal de la vagina y/o pérdida de volumen en los labios mayores”, explica el Dr. Richard Fakin, Director de Ocean Clinic. Particularmente después de la lactancia, el pecho pierde su volumen glandular y la piel su elasticidad. En muchas ocasiones las estrías permanecen. El resultado es flacidez o el llamado “pecho ptósico”, con el pezón en una posición muy inferior a la que debiera (los grados se miden de 1 a 4 dependiendo del ángulo en el que el pezón se dirige al suelo). También es común la asimetría en el pecho y que la areola se agrande.

Fakin aborda estos problemas estéticos con distintas técnicas, aunque dependen de cada caso concreto. Tanto, que ha diseñado un protocolo denominado “Mommy Makeover”, más un concepto que una mera combinación de tratamientos, en palabras de Fakin, que puede ir desde una abdominoplastia hasta un aumento, reducción o lifting de pecho, pasando por una labioplastia o una terapia holística hormonal (las alteraciones hormonales y los desequilibrios endocrinos post-parto tienen un impacto considerable en la laxitud y calidad de la piel, además de en el humor y el estado de ánimo). “Dependiendo de la gravedad, los tratamientos de elección más comunes van desde una prótesis de silicona o transferencia de grasa propia, un lifting de pecho (mastopexia) o una combinación de ambos”, añade el Director de Ocean Clinic. “Según las preferencias y deseos de la paciente, en las etapas 1 y 2 (menos dramáticas), una prótesis de silicona y/o transferencia de grasa propia son suficientes para corregir la posición del pezón y recuperar el volumen perdido”.

A mother breastfeeding her newborn baby girl.
Tim Clayton - Corbis (Corbis via Getty Images)

Y es que las técnicas modernas han cambiado el enfoque de las intervenciones de aumento de pecho completamente, llegando incluso a reemplazar la necesidad de implantes de silicona con unos resultados más naturales y completos gracias a las nuevas técnicas de transferencia de grasa (Composite Breast Augmentation). Se procesa la grasa y se obtiene un líquido llamado “nanograsa” que se inyecta de manera subcutánea y trabaja mejorando la calidad de la piel (también mejora las estrías). Los procedimientos de transferencia de grasa tienen por lo general una tasa de complicación muy baja y un nivel de satisfacción muy alto. Se puede llegar a conseguir un aumento de una a dos copas y, además, mejora la calidad de la piel porque contiene células madre.

La mastopexia es otra de las grandes intervenciones de elección en el caso de mamas ptósicas (caídas y flácidas), ya que consigue eliminar tejido sobrante (exceso de piel) y reposicionar el complejo areola-pezón. “El lifting de pecho o mastopexia, es una de las operaciones más solicitadas después de los embarazos. Los cambios hormonales, el aumento de peso y la lactancia muy prolongada, pueden provocar un exceso de piel y un pecho vacío y caído. Esta técnica lo devuelve a su posición y elimina piel sobrante”, explica la Doctora Marina García Moya, del Instituto de Benito. Se puede realizar dejando las cicatrices alrededor de la areola o realizar la técnica de “T invertida” (debajo de la zona mamaria). Dependerá de la caída del pecho, es decir, de la cantidad de piel sobrante y la elasticidad que tengan los tejidos. La intervención dura aproximadamente dos horas y, afortunadamente, en la actualidad existen técnicas que minimizan la visibilidad de las cicatrices.

Para el Dr. Mato Ansorena, una de las mejores soluciones es la mamoplastia (de aumento o reducción, según los casos), por cierto, una de las intervenciones estéticas más realizada en cirugía plástica, según datos de la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética). «Muchas mujeres no saben que existe esta solución para su caso cuando acuden a consulta. Muchas piensan que les vas a pautar una elevación (mastopexia), pero esto es sólo en casos muy particulares», aclara Mato Ansorena, que solo recomienda esta intervención cuando la ptosis sea muy acusada y el CAP (complejo areola-pezón) “mire hacia abajo”.

Mato es especialista en mamoplastia con la técnica por vía axilar, hasta el punto de haber llegado a fabricar su propio instrumental específico gracias al cual el proceso es más rápido, preciso y menos invasivo. Aunque en casos de reposición de mamas post-parto, el doctor recomienda la vía submamaria, ya que la cicatriz se esconderá mejor dada la morfología habitual en este tipo de casos. Sin emabargo, a la hora de recomendar, el doctor lo tiene claro: optar por la cirugía combinada. Para ello ha diseñado el protocolo “Mommy Recovery”: abdominoplastia (corrige la diástasis o separación de los músculos rectos abdominales, eliminando a su vez el descolgamiento del tejido flácido y la acumulación de grasa tan frecuentes después del parto) y mamoplastia (colocación de prótesis mamarias para corregir la caída, flacidez y forma de los senos).

Esta técnica combinada se recomienda a mujeres que, tras el embarazo, sufren un gran descolgamiento del tejido (flacidez generalizada, diástasis del abdomen y pecho caído). Es el método más eficaz para recuperar y reestructurar el contorno corporal en casos en los que los embarazos hayan provocado gran distensión. Un plus: según un reciente estudio, la abdominoplastia mejora, además, los problemas de incontinencia (muy generalizados tras el embarazo) y el dolor de espalda.

¿Mastopexia o mamoplastia? Es curioso observar los datos que arroja la herramienta Google Trends, ya que en España la mastopexia suscita más interés (una media del 62% a lo largo de 2018) frente a la mamoplastia (un 33%). Sin embargo, aunque “elevación de pecho” sea lo más buscado en Internet, al final la mamoplastia termina siendo la opción de elección por su alto grado de satisfacción y mejores resultados de forma global, ya que es menos invasiva, según argumentan desde Mato Ansorena.

Gráfica de Google Trends.
Gráfica de Google Trends.

En la vertiente estética (la menos invasiva) también contamos con algunos recursos, aunque con ciertas limitaciones dado que la mama es una zona altamente delicada. La aparatología más recomendada por Natalia de la Vega, Directora de los centros Tacha, sin duda es INDIBA® Deep Beauty, la única tecnología que reduce, reafirma y mejora el aspecto de todo el cuerpo. “Si el pecho no es demasiado voluminoso, combinamos la tecnología Indiba con nuestros protocolos específicos centrados en pecho y escote para conseguir elevarlo y tensar la zona, siempre que no haya mucha caída”, explica Natalia. Si el problema radica solo en la flacidez y falta de sujeción de la mama, el sistema Proionic de Indiba es perfecto para elevar y reafirmar los senos en pocas sesiones. Lo más interesante de esta tecnología, es que no solo mejora el aspecto físico, sino que también incrementa la sensación de bienestar (este tipo de corriente libera un tipo de hormonas similares a las endorfinas, implicadas en la percepción del placer), es un tratamiento absolutamente indoloro, muy agradable y muy seguro, ya que favorece la reafirmación y remodelación de los contornos al elevar la temperatura interna de los tejidos, pero respetando la fisiología celular. Además, activa el riego sanguíneo, mejora el aporte de oxígeno, detoxifica los tejidos, reequilibra la célula y mejora su potencial (produce una bio-estimulación activando la nutrición celular): lo que repercute en un correcto funcionamiento del organismo en general.

“Los tratamientos estéticos durante el embarazo son grandes olvidados y, sin embargo, contribuyen a que la recuperación post-parto sea menos peliaguda además de contribuir a que esta etapa sea más plena y placentera”, asegura Cristina Galmiche, experta en estética y Directora de los centros de nombre homónimo. Una argumentación que reposa sobre dos muros de carga: en primer lugar, todo el desaguisado hormonal que se produce en el embarazo y el parto altera el estado de ánimo, y los protocolos en cabina (sobre todo los que incluyen masaje), proporcionan relax y aumento del nivel de bienestar; en segundo lugar, tratar la piel suministrándole los nutrientes necesarios hace que se fortalezca y encare con más recursos efectos posteriores como la formación de estrías o la regeneración de cicatrices, uno de los problemas que más inconvenientes genera tras una cirugía.

«La mayoría de mujeres que acuden a mis centros después del embarazo están preocupadas por su pecho y escote, pero hay cuestiones estructurales que tienen que ver con el descolgamiento de los tejidos, a los que la estética es complicado que llegue, sin embargo, los problemas de piel, desde roturas epidérmicas como las estrías a desnutrición, pueden mejorarse mucho en cabina», asegura la experta. Para las madres más hedonistas han diseñado el protocolo Busto Imperial, un masaje específico con principios activos reafirmantes y nutrientes en concentraciones elevadas seleccionados para nutrir en profundidad y mejorar la elasticidad de la piel. A las más «valientes» se les puede recomendar el novedoso láser de plasma Jett Plasma Lift en la zona del escote, un procedimiento versátil que actúa tanto a nivel epidérmico como en dermis, por tanto su acción es más profunda (cuatro veces más eficaz en términos de retracción cutánea), por tanto la piel se reafirma desde dentro, dando como resultado una mayor turgencia, sin cirugía, sin sangrado ni cicatrices.

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