Maquillaje de segunda mano, ¿sí o no?
Mientras los negocios en Internet de compra-venta de productos de belleza usados no dejan de crecer, los maquilladores alertan de los peligros de su uso inconsciente.
El fenómeno de la compra y venta de maquillajes de segunda mano es un hecho a ambos lados del Atlántico. Las cifras de negocio avalan a portales como Glambot, el gran referente mundial, con ventas que superan el millón de euros y en aumento cada año desde 2015. Al mismo tiempo, se consolidan otros como Muabs y tiendas online generalistas como Ebay ceden cada vez más espacio a estos productos.
Aquí en Europa, otro tanto de lo mismo. Un ejemplo lo tenemos en España. Aunque el mercado de maquillajes de segunda mano no está tan extendido como en Norteamérica, el portal Beautiers, el más importante de nuestro país, superó las 5.000 transacciones en 2018, “con un crecimiento continuo desde su creación en 2015, tanto en número de usuarios como en ventas”, explica Marta Frutos, su fundadora.
A la hora de vender, cada portal tiene sus normas. Glambot, por ejemplo, acepta a las compradoras pequeños lotes de hasta 30 productos. Solo permite productos originales de un listado de 82 marcas específicas y el envase debe estar en perfecto estado. Además, no admiten productos que puedan ser reutilizables o rellenables. Contrasta con otros como Muabs o Reddit’s Makeup Exchange, donde se puede vender cualquier tipo de producto en cualquier estado siempre y cuando las fotos sean fieles a la realidad. Esto es también imprescindible en Beautiers: “La única forma que tenemos de controlar es pidiendo y exigiendo fotos de calidad donde se pueda corroborar el estado y veracidad del producto”.
También hay normas sobre la cantidad de producto que debe quedar en los envases. Si se han usado previamente, no deben estar, por lo normal, por debajo de la mitad de su contenido original.
Precisamente la calidad y la salubridad de los productos es lo que hace desconfiar a los maquilladores de las principales firmas. “Hay que tener mucho cuidado al utilizar productos de segunda mano porque, desde el momento en el que se abren y entran en contacto con el aire, empieza su proceso de descomposición. Esto pasa especialmente en los productos líquidos o cremosos que, al contener agua, pueden ser caldo de cultivo de bacterias”, explica Paulo Almeida, director de Formación para Europa de la firma M·A·C. “Es importante desinfectar los productos por higiene y por salud. Hay algunos que son más fáciles de limpiar, como las paletas o las polveras, pero incluso en otros más complicados como las máscaras o los labiales también se puede hacer”, explica Marta Frutos.
Antes de usarlos, “hay que fijarse en el olor y en su textura, porque nos indicarán si está en buen estado”, dice Eliecer Prince, National Make Up Artist de Guerlain. “El olor de un labial, cuando está descompuesto, es muy desagradable. Si lo usamos, corremos el riesgo de tener un herpes. El colorete cuesta mucho más que se descomponga. Aunque se suele decir que 12 meses, aguantan bien hasta dos años. No ocurre lo mismo con las máscaras de pestañas, que son especialmente rápidas en caducar”, prosigue.
Los productos en polvo son los únicos que los maquilladores ‘indultan’. “Si tuviera que comprar maquillaje de segunda mano, solo serían en polvo porque sé que estarán libres de bacterias”, afirma Almeida. “Yo solo elegiría marcas de renombre en lo que a cuidado de la piel se refiere, y no me los pondría en la cara sin haberlos probado antes en el brazo”, añade Eliecer.
Al ser negocios online, lo habitual es que el que compra maquillaje de segunda mano no vea el producto hasta que llega a casa y la transacción está pagada. Así, ofrecer la máxima protección es esencial. Esta la consiguen a través de Paypal, que es la plataforma de pago común para todas ellas. “Si el producto llega defectuoso a su compradora, habrá que valorar si ha sido por el transporte o si realmente no coincidía con la descripción. Si es ese el caso, Paypal siempre cede en favor de la compradora y le devuelve el dinero”, explica Marta. Otro modo es siendo la tienda la que adquiere primero los productos, y así supervisarlos antes de ponerlos a la venta al público, caso de Glambot.
El perfil de cliente de estas tiendas son, sobre todo, chicas jóvenes a las que les encanta probar todo tipo de productos. “Grandes consumidoras de maquillaje, especialmente si se trata de ediciones limitadas o novedades. Nos damos cuenta de que hace un año que no usamos una paleta o que tenemos un labial que solo usamos una vez y queremos darles salida, consiguiendo una ayuda económica con la que muchas veces volveremos a ‘pecar’ comprando últimos lanzamientos”, explica Marta.
Las compradoras no entienden estas adquisiciones a medio plazo. Al pagar mucho menos que por el original, estos maquillajes tendrán una vida efímera en su neceser, pues no les dolerá tirarlos después de unos pocos usos. El perfilador 24/7 Glide-On de Urban Decay, por ejemplo, se puede adquirir poco usado en Glambot por 10 € (el precio nuevo es de 20,90 €). Por su parte, los labiales de Kylie Jenner se encuentran seminuevos a 15,80 € en Muabs, 8 € menos que en las tiendas.
Además, estas plataformas se han convertido en las preferidas de quienes buscan encontrar productos de edición limitada ya retirados en las tiendas. Por ejemplo, un iluminador de la colección Vibe Tribe de M·A·C de 2016 se puede conseguir en Beautiers por 19 €. En la misma web, el iluminador de la colección Man Ray de Nars (Navidad 2017) está a la venta nuevo por 30 €. Usarlos o no tres años después de su lanzamiento será decisión de cada uno.
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