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La reconquista del acondicionador: paso clave para la melena que se salta en muchas rutinas

Por un lado las prisas y por otro las rutinas demasiado sofisticadas han dejado de lado al humilde acondicionador, que cumple funciones relevantes como embellecer o proteger a la fibra capilar. Ahora quiere reconquistar con fórmulas renovadas

Acondicionador de pelo
Patricia Rodríguez

El sencillo bote del acondicionador acumula agua en muchas duchas hasta que queda inservible. Según datos de Pantene, menos de la mitad de los consumidores lo utiliza en su rutina de lavado capilar. ¿Las causas? Algunas están ahí desde hace tiempo, como las prisas o las creencias extendidas que defienden que añade grasa o peso; pero también surgen otras como la introducción de nuevos productos que lo sustituyen. Aunque ninguno cumple realmente su función: “En ocasiones se ha desterrado el uso del acondicionador porque se ha intercambiado por la mascarilla, pensado que era mejor”, cuenta la farmacéutica Helena Rodero, que acaba de formular una línea de cuidado del cabello para la firma española Lico. Tienen dos usos diferentes, señala: “La mascarilla pretende ser reestructurante, actuando de manera más interna, mientras que el acondicionador es un tratamiento de belleza y protección para prevenir el daño porque aporta brillo, suavidad y evita la electricidad estática o el rozamiento de las fibras”.

“Es de uso diario, deberíamos aplicar acondicionador siempre que lavemos el cabello, justo tras el champú”, indica el peluquero Quique Sánchez, director creativo de Espacio Q, que recuerda la importancia de encontrar uno que se adecúe a cada tipo de pelo. Si se omite, prosigue, “notaremos falta de hidratación, mayor sequedad o un cabello que se enreda con más facilidad”. Sus efectos no son solo los más visibles e inmediatos, añade Natalia de la Vega, fundadora de Tacha y hair expert de Pantene: “Tiene muchísimos beneficios a largo plazo, saltarse este paso en la rutina de lavado puede provocar que la melena tenga una apariencia dañada o seca y con poco movimiento. Como diríamos coloquialmente, ‘una melena sin vida’. Yo siempre recomiendo no omitirlo, porque la hidratación es la base para tener un pelo sano, de la misma manera que lo es para tener una piel cuidada”.

Para comprender la función que realiza podría decirse que crea una especie de funda que recubre cada pelo como si fuera un guante. “Son moléculas, por lo general polímeros, que se depositan en su superficie para protegerla, normalmente aplastando la cutícula”, dice Rodero, “porque cuando la cutícula está deteriorada o abierta se produce ese efecto encrespado o de pelo bufado. La cutícula, la capa externa de la fibra capilar, es como un tejado con tejas superpuestas unas sobre otras”, un techo que se desquebraja y descoloca cuando se estropea por todas las agresiones que soporta a diario. “Cuando hay trozos rotos o abiertos, esas moléculas del acondicionador se colocan rellenando los huecos”, explica.

Aplasta las tejas rebeldes, lo que no quiere decir que aplaste el pelo. Sobre todo, con las fórmulas modernas que son capaces de colocar esas moléculas sin agregar peso a base de principios activos mucho más ligeros. “Se tiene la idea de que los acondicionadores apelmazan porque suelen ser texturas grasas que dejan el cabello más pesado”, dice De la Vega, “todo está relacionado con la fórmula que tenga el producto”. Hoy existen innumerables alternativas que rompen con ese mito. De la Vega recomienda “el acondicionador Repara y protege de Pantene, que no apelmaza, se absorbe en cuestión de segundos y es tan ligero que se puede dejar sin aclarar”, para ayudar con las prisas. Helena Rodero formuló el suyo, Ultra Silky de Lico, con ácido glicólico: “Es una molécula casi tan pequeña como el agua y con propiedades parecidas; es decir, penetra rápidamente dentro de la queratina y es capaz de desplazar el agua, algo muy importante porque el agua que entra en la fibra es una de las causas del encrespamiento”.

Rodero incide en la importancia de escoger bien: “Los cabellos más gruesos van a necesitar un acondicionador que nutra más, con un contenido en lípidos más alto. Por ejemplo, con aceite de coco, de aguacate, manteca de karité… ingredientes más grasos y pesados. Por su parte, los cabellos finos preferirán ingredientes ligeros como las siliconas”. Por último, otro básico, seguir las instrucciones del fabricante y no las del último viral de TikTok: “Hay que dejarlo en la fibra el tiempo que aparezca en las instrucciones y aclararlo muy bien, porque aún veo a gente que falla con este último paso”.

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Sobre la firma

Patricia Rodríguez
Periodista de moda y belleza. En 2007 creó uno de los primeros blogs de moda en España y desde entonces ha desarrollado la mayor parte de su carrera en medios digitales. Forma parte del equipo de S Moda desde 2017.
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