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Mantener el cuidado de tu piel en estos días te ayuda a organizarte y relajarte

Los agentes externos que empeoran el estado de la dermis no descansan. Tu rutina cosmética, tampoco.

Puede parecer contradictorio, pero el cuidado personal importa más que nunca.
Puede parecer contradictorio, pero el cuidado personal importa más que nunca.getty
Javier Caballero

Las redes se han llenado de bromas sobre el estado de higiene y autocuidado de las personas durante el aislamiento decretado por el Gobierno para frenar la crisis del coronavirus. A pocos días de su oficialización, cuentas personales y de empresas han compartido memes para sobrellevar el confinamiento en el hogar. La plataforma de contenido audiovisual Sky en España utilizaba dos escenas de uno de los mayores éxitos de su catálogo, la serie Big Bang Theory, para bromear sobre el aspecto de los teletrabajadores.

Uno de los usuarios respondía: «Nota de alguien que teletrabaja siempre: A partir del día 2, la foto de las 9h y la de las 18h es la misma».

Que el humor no se convierta en realidad depende de nosotros. Quien avisa no es traidor: los expertos conminan a mantener los rituales de siempre. «Ahora más que nunca debemos seguir cuidándonos en casa por muchos motivos», advierte Paz Torralba, directora de The Beauty Concept.

Limpiarse el rostro mañana y noche, aplicarse los cosméticos a los que estamos habituados y hasta maquillarse deben permanecer en nuestra rutina. Nuestra piel y nuestra cabeza lo agradecerán.

Costumbres que tranquilizan

Se lee mucho en estos días sobre la importancia de buscar actividades que relajen. Mantener la rutina, incluyendo los productos de cuidado personal, contribuye. Lo explica Lara Garrido, Psicóloga Sanitaria en GrupoLaberinto. «Aportan cierto nivel de predictibilidad acerca de lo que nos espera a lo largo del día, nos acercan a lo conocido y por tanto nos ayudan a alcanzar un estado de equilibrio y tranquilidad. De este modo, contribuyen a incrementar la sensación subjetiva de control que tenemos sobre nuestra propia situación, reduciendo la sensación de indefensión y vulnerabilidad».

Empezar por cambiarse de ropa, ducharse y aplicarse los cosméticos establece el patrón. «Nos ayuda a organizar nuestro día. Es un aspecto clave para diferenciar los diferentes momentos del día que estamos acostumbrados», considera Pilar Conde, psicóloga y directora técnica de Clínicas Origen. «El cuidado de nuestra piel es esencial. Ahora tenemos más tiempo y ayuda a sentirnos bien con nostros mismos».

La doctora Garrido destaca, además, las ventajas de las cremas dentro del autocuidado. «Nos aportan bienestar y nos hacen sentirnos más atractivos, ya que nos devuelven una imagen positiva de nosotros mismos». De hecho, los aromas con los que se formulan muchas persiguen ese objetivo. Para la doctora Conde, «los olores agradables son una buena herramienta de afrontamientos. Nos llevan a experimentar ciertos estados emocionales, los tenemos asociados con determinadas emociones».

La piel, bajo ataques constantes

Fuera del plano psicológico, no se puede olvidar que la piel tiene memoria. Recordará en el futuro todo el daño que acumule durante esta etapa. El resultado: arrugas, manchas o falta de luminosidad. Nosotros podemos permanecer en casa, pero los agentes que empeoran el cutis no descansan.

Paz Torralba recuerda algunos de esos enemigos de la dermis. «Las preocupaciones se notan en la piel, la cara tiende a caerse y hay que trabajar esa flacidez. La calefacción puede deshidratarla en exceso. Si se fuma, se ensucia más y pierde su tono».

Virtudes Ruíz, cirujana y médico estético de Virtud Estética, desarrolla los problemas que conlleva el estrés. «Puede producir envejecimiento prematuro de la piel. El aumento de cortisol promueve la desaparición de las fibras de colágeno y elastina, junto con un mayor consumo de ácido hialurónico de esta zona. Como consecuencia, aparecen las arrugas antes, así como la flacidez  y el aspecto apagado y envejecido».

Puesta a punto

Así, el paso a paso recupera su relevancia incluso sin abandonar el calor del hogar. La limpieza del rostro, tanto por la mañana como por la noche, debe continuar. Laia Puig, responsable de cosmética de LPG, cuenta los motivos. «Durante la noche, la piel elimina lípidos y toxinas que necesitamos retirar antes de aplicar los cosméticos para que actúen mejor. Antes de acostarnos, debe estar completamente preparada para proceder a su reparación».

¿De qué se limpia el cutis por la noche si no se ha salido? «Aunque estemos en casa, hay contaminación. De la calefacción, las cocinas, los hornos… Debemos librar la dermis tanto de esos agentes como de los restos de crema o maquillaje que hayamos usado durante el día», explica la doctora Ruiz.

Después de la limpieza, una o dos veces por semana toca exfoliar. La razón: no va de combatir los patógenos externos, sino de fomentar el buen funcionamiento del órgano. «Tiene que ver con la renovación de la piel y su oxigenación», dice la doctora Ruiz. «Cuanto más nos deshagamos de las células muertas de la epidermis, mejor se realizará la regeneración y renovación y eso se traduce en una piel más sana, luminosa y uniforme».

Tras quitar y retirar, llega el momento de poner. Las recomendaciones, las habituales según si se aplican de día o de noche. Por las mañanas, antioxidantes e hidratación. Por la noche, principios activos que combatan el envejecimiento.

De la pantalla solar, ¿debemos prescindir? Por cómo están enriquecidos con ingredientes más allá de la protección, la doctora Ruiz opina que no. «Tratan la piel y pueden proteger de la luz visible y azul. Hay estudios que demuestran que las dos últimas dañan». Paz Torralba lo reservaría para quienes dispongan de terraza o jardín. «Se exponen al sol».

Sí al maquillaje (a quien le guste)

Recientemente, el actor Tommy Dorfman compartió una imagen en su Instagram en la que aparecía con Kaia Gerber. En ella, los dos lucen un maquillaje colorido. El motivo que alegan, alegrar la cuarentena.

Si bien es verdad que ahora no se sale a la calle y por eso nadie nos va a ver, los expertos recomiendan seguir poniendo color a la vida si nos hace sentir bien. Lara Garrido, del GrupoLaberinto, opina: «Para aquellas personas para las que maquillarse supone una rutina más, y lo emplean como forma de verse y sentirse mejor, seguir haciéndolo estos días puede ayudar a aumentar la confianza y la positividad».

Sin embargo, en los casos que la imposición viene del exterior, la industria del color debe salir de la ecuación. Garrido continúa: «Otras personas se maquillan por requerimientos laborales o por causas relacionadas con tener una buena imagen de cara a los demás, lo que supone más una obligación que un deseo propio, y por tanto pueden vivir esta etapa de permanencia en casa como una liberación en ese sentido».

El director de maquillaje de Mac Baltasar González, que se alinea con los postulados de Garrido, aconseja para las primeras qué productos usar. «Es un momento para disfrutar de la desnudez. Adapta tu rutina a la esfera de lo cómodo. Si normalmente utilizas base y corrector, limítate al corrector para ocultar eso que te molesta. Si elaboras los ojos, ponte solo un poco de máscara o iluminador que te levante. Pintarse los labios puede ser una forma de normalización del estado en el que vivimos. ¿Para qué llenarse de polvos?».

En el extremo opuesto a quien se maquilla por imposición, está quien no se deja llevar por el exceso debido a los códigos sociales. González invita a experimentar. «Las redes sociales abren el campo. Un eyeliner puede transformarse en el ala de un murciélago. Pueden revisar todo lo que han acumulado este tiempo, descubrir los productos que guardan y jugar con ellos».

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