Así son las camisas españolas que no se ensucian ni se arrugan
Sepiia es una empresa que fabrica en España y comercializa ropa antimanchas y olores. Hablamos con su responsable sobre cómo ha creado estas prendas inspiradas en los uniformes de los bomberos y astronautas.
Los diseños de Federico Sainz de Robles no son llamativos, al menos no en el sentido más estricto de la palabra. No tienen, por el momento, colores vibrantes, ni siluetas rompedoras; son más bien sencillos y ligeramente clásicos. Ah, y todo son camisas. Hace ya algo más de un año que este ingeniero creó Sepiia, una empresa textil que buscaba aunar moda y funcionalidad, extrapolando principios y materiales técnicos al ámbito del diseño. El resultado ha sido una suerte de camisas que repelen las manchas, no se arrugan y reducen olores. “Queríamos crear una prenda que pudieras llevar todo el día sin la necesidad de cambiarte en ningún momento, con la que pudieras salir de buena mañana, comer e ir a una fiesta sin que se manchara o arrugara”, nos explica Sainz.
Él, que siempre había admirado la ropa como objeto –estudió Ingeniería en Diseño Industrial en Valencia– realizó diseño de moda en el Istituto Europeo di Design (IED) y un máster en Nuevas Tecnologías Textiles en el CEU. “Como ingeniero me gustaba que todo funcionara bien. Me di cuenta del potencial que tenía la industria textil y como ciertos recursos, muy técnicos, que se empleaban en uniformes de bomberos, militares o astronautas, nunca llegaban al usuario medio”. Pero lo de poner en marcha una empresa que se dedicara al desarrollo y venta de camisas todoterreno, llegó mientras trabajaba para el departamento de Innovación de Moda de AITEX (Instituto Tecnológico Textil de Alcoy).
“Sepiia es un proyecto que presenté en noviembre de 2015 a Lanzadera, una plataforma valenciana que se dedica a invertir en proyectos de innovación. Tenía esta idea de aplicar la tecnología con prendas del día a día. Durante mi etapa en AITEX fuimos proponiendo proyectos muy similares a muchas empresas, pero se quedaban en el camino porque los diseñadores no llegaban a entender el proceso o porque los tiempos son muy largos, la confección es costosa, hay que invertir en pruebas porque no todo sale a la primera”, nos relata Sainz. Les gustó el proyecto y lo pusieron en marcha. Desde febrero de 2016 Federico Sainz ha trabajado con Lanzadera, encargada de la parte más empresarial, y AITEX, que le ha dado el soporte técnico. Ahora sonríe mientras nos enseña sus primeros diseños y nos explica que, después de muchas pruebas y muchos errores, han dado con lo que querían.
Con estampado impreso o lisas, ligeramente elásticas, muy suaves, cómodas y resistentes, las camisas de Sepiia están elaboradas en micro fibra de poliéster. “Cada trama está compuesta por 74 micro hilos. Además, en lugar de tener forma de espagueti, la tienes de trébol, lo que permite que la humedad salga más fácilmente”, nos ilustra Sainz. Este tipo de fibras, casi siempre utilizadas para prendas deportivas, consiguen aumentar la transpirabilidad del diseño, que no se arruguen y que, pese a vestir una camisa, el usuario tenga la sensación de que lleva una camiseta en lo que a comodidad se refiere. “Dentro del hilo hay unas dispersiones de plata que hacen que sea antibacteriano y, por tanto, resista mejor el olor”.
Lo de las manchas parece magia. Las camisas están preparadas para repeler sustancias habituales, del día a día, como café, zumo, vino, salsa de tomate o de soja. Esta es una de las partes que más le gusta mostrar a Sainz porque todos, sin excepción, quedan boquiabiertos. Coge un sobre de kétchup y mancha, sin ningún tipo de cuidado, la prenda. La salsa, en lugar de impregnarse en la tela se escurre, sin dejar sobre el tejido ningún tipo de marca. “Lo que hay que tener cuidado es que no se deslice hasta el pantalón”, bromea.
Federico Sainz pertenece a esa generación de jóvenes, menores de treinta años, a los que no les da miedo luchar por sus proyectos. Una de las cosas que tenía claras al crear Sepiia es que todo, materiales, desarrollo y confección, debía ser 100% español –el hilo que viene de Barcelona, un proceso arduo de investigación y diseño en Valencia y confección en Albacete–. Pero ser empresario tan joven también tiene sus hándicaps. “Me he encontrado muchos obstáculos, cosas que no se podían hacer, pero al final terminas aprendiendo de cada uno de ellos. Además, Paloma, una amiga de toda la vida, entró hace poco en la empresa. Ella se encarga del diseño web y la dirección de arte. Es mi mano derecha y mi apoyo”.
Después de poner en preventa el pasado agosto un número limitado de sus camisas –diseños sencillos y con patrón masculino–, de encuestar a varias centenas de usuarios y preguntarles qué cambiarían, lanzan una nueva colección que integrará prendas diseñadas específicamente para mujeres. “De momento todo es venta online, pero si estamos barajando la posibilidad de colaborar con ciertos retailers con colecciones exclusivas de diseñadores que le den un valor añadido y podamos tener una colección más cara, pero con valor añadido. Pero queremos tener productos por debajo de 100€ –en torno a los 80– en nuestra web para que los usuarios puedan utilizarla en su día a día”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.