Hacer sushi para desayunar: una nueva forma conservadora de idealizar a las supermamás de Internet
Los vídeos de las esposas tradicionales no desaparecen, sino que se diversifican y adaptan a los públicos y contextos actuales, poniendo las rutinas extremas de crianza en el centro

Durante los últimos meses, la figura de la tradwife —esposa tradicional—, ha mutado en una mujer que, además de cuidar de su marido, se ocupa con gran diligencia de los niños. Las tradwifes son también supermamás con imposibles rutinas de cuidado de hijos, que consisten en levantarse a las cinco de la mañana para cocinar sushi para desayunar o elaborar complicadísimos almuerzos para el recreo. También hacen completas rutinas de belleza y ejercicio antes de despertar a los niños para llevarlos al colegio. En Instagram y TikTok, se celebra la imagen de una mujer que nunca se queja, siempre tiene una apariencia impecable y se mueve con gracia y soltura en una casa inmaculada donde la comida está hecha, los niños se portan bien, están peinados y salen de casa con los zapatos abrillantados. Es el caso de cuentas como @endlessmomdiary o @tammyhembrow, en los que parece que la maternidad puede vivirse constantemente de una forma productiva en la que da tiempo a todo y, además, sin ayuda.
@endlessmomdiary 7am morning routine with my twin daughters 👧🏼👧🏻 #asmr #morningroutine #morningmotivation #kidsskincare #skincare #skincareroutine #selfcare #selflove #thatmom #thatmomaesthetic #neutralstyle #brownaesthetic #statisfying #twins #twinmom #momtok #vloglife #fypシ゚
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Durante los últimos meses la figura de las tradwives ha sido un tema de debate habitual en la prensa, en la televisión y en las universidades. Medios como The New York Times han analizado cómo su contenido no estaba realmente dirigido a las mujeres, sino a los hombres que siguen queriendo que las mujeres sean obedientes. Estudios como este de la Universidad de León, analizan el fenómeno como la reacción femenina a los avances feministas de la cuarta ola. Otros, como este de The Guardian, desmontan el mito que muchos estadounidenses republicanos han creado alrededor de ellas, defendiendo que a día de hoy la mayoría de estas mujeres monetizan esta forma de vida a través de redes sociales —por lo que sí tienen una independencia económica—, y que detrás de esta tendencia podría existir una agenda política que rechaza los avances sociales con respecto a la mujer. Con respecto a los motivos que las llevan a ellas a desear ese estilo de vida, según un estudio de King´s College London, destaca una gran parte que se siente atraída por una rutina más calmada, el estilo de vida lujoso y, en tercer lugar, por la estética de estas mujeres. En el podcast @ciberlocutorio0 de Radio Primavera Sound, explicaban quiénes estaban detrás del grupo de Reddit de tradwives, afirmando que “eran mujeres que consideraban que el feminismo les había engañado y que volver al hogar era, de alguna forma, una salida del capitalismo”, que las quiere productivas económicamente.
Estos contenidos, rebosantes de orden, repostería, voces suaves y vestidos discretos, triunfan en redes sociales desde que comenzaron a circular en 2020. Sin embargo, actualmente parece haber una variación de esta imagen de madre tradicional que no trabaja fuera de casa y que llevan una vida serena, llena de paz y armonía. Hoy, cuentas como la de @klaudiakobela muestran que da tiempo a todo si eres lo suficientemente productiva. A ser una supermadre que encuentra horas para hacer deporte, comer saludable, sacar una empresa adelante y cuidar de sus hijos. En sus vídeos pueden leerse frases como: “Mi mayor habilidad es cuidar de mi bebé, limpiar mi casa, trabajar y aun así estar guapísima”. Todo depende, según ella, de la gestión del tiempo y de la capacidad de organización. “Estos vídeos generan unas expectativas completamente irreales de lo que puede ser la vida de una mujer de clase trabajadora. Se normaliza el tener que alcanzar unos estándares completamente imposibles en los que se combina ser una madre perfecta, mujer de negocios, sexy-puritana, todo al mismo tiempo”, afirma la socióloga, politóloga, activista feminista y miembro del consejo del Think Tank Ideas En Guerra Miriam Jiménez Lastra, que también ha analizado y divulgado acerca de la figura de las tradwives en prensa y en redes sociales.
Estos vídeos chocan frontalmente con corrientes que, en esta década, han tratado de visibilizar la realidad de la maternidad y conseguir una conciliación real. Es el caso de la comunidad Malas Madres (@malasmadres), que nace precisamente con este fin y tiene como uno de sus lemas principales No soy superwoman, tratando así de desmitificar la necesidad de llegar a todo constantemente porque, simplemente, no es posible. En el cine, películas de los últimos años como Cinco lobitos (Alauda Ruiz de Azúa) o Madres Paralelas (Pedro Almodóvar) han mostrado la maternidad imperfecta. La recientemente estrenada Die my love (Lynne Ramsay), trata sobre la presión doméstica y la depresión posparto. El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes (Tatiana Țîbuleac), una novela sobre el resentimiento y la fragilidad de las relaciones maternofiliales, logró reunir más de 42 mil calificaciones en Goodreads. En una entrevista para El País, al preguntarle sobre las madres alejadas de los estereotipos que muestra en sus obras y al presión sobre las mujeres para ser la madre perfecta, respondía que En Moldavia hubo mucha gente muy ofendida con el libro porque en las primeras páginas el protagonista describe lo que odia a su madre: “Allí cuando eres madre estás muerta como mujer, como amante, tienes que ser perfecta. Me enfada este estereotipo. ¿Qué pasa si eres una pésima madre? ¿O si esta maternidad llegó sin que lo quisieras?”. No me paré a pensar en esto al escribir, pero me ha hecho sentir orgullosa, abrió discusiones sobre el papel de la mujer”.
Una irreal parecela de los cuidados
Dada la proliferación de estos vídeos en Instagram y TikTok, cabe pensar que ya no basta con las rutinas con decenas de pasos de skincare que mujeres normativas enseñan frente a la cámara prácticamente de madrugada antes de irse a trabajar, ni los vídeos de qué como en un día, en los que la mesa del comedor no reconoce la tortilla francesa, los macarrones o las espinacas con garbanzos. Tampoco acaba en piezas de contenido como las de @naraazizasmith, en las que se cocina para su marido o novio durante horas. Ahora, además, se retratan con encanto y desde una óptica que agrada al público masculino. Efectivamente, trabajen o no fuera de casa, lo que tienen en común las mujeres de estos vídeos es el servicio a la familia reflejado estéticamente y dejando a un lado los matices y escenas no tan agradables de mostrar: “En los cuidados no solo hay cosas bonitas como preparar un plato de cocina que le gusta a tu pareja. También hay que limpiar, hacer los baños, quitar pañales, fregar los suelos. Estas actividades relacionadas con los cuidados que no parecen apetecibles son las que no aparecen en estos vídeos”, explica Miriam Jiménez Lastra. Y si se da el caso, es posible encontrar vídeos como los de @endlessmomdiary, en los que se llega a mostrar una sesión de limpieza en una casa silenciosa e impoluta, sobre unos tacones y vistiendo un little black dress.
Por otra parte, las casas que suelen servir como escenario para estas actividades están fuera del alcance de la mayoría, por lo que se podría dar por hecho que, en muchas de estas ocasiones, esa pulcritud y nivel de detalle en el espacio y en la forma de cuidar de los hijos no se debe al esfuerzo de la protagonista, sino a quien trabaja en su hogar: “Detrás de estas mujeres exitosas que salen en los vídeos y parece que llegan a todo hay una precarización del trabajo doméstico y de los cuidados que probablemente realizan mujeres migrantes de clase trabajadora que se dedican a ello”, afirma Lastra.
El mismo perro, distinto collar
En la mayoría de vídeos de temática tradwife, las mujeres se visten inspirándose en las madres de los años 50, utilizando ropa clásica y sin llamar demasiado la atención. Maquilladas y peinadas, pero no demasiado. Arquetípicamente femeninas, pero recatadas. Sin embargo, esta figura se ha diversificado bajo una aparente modernización que, en realidad, no va más allá del aspecto físico. Ya sean independientes económicamente, como en el caso de @klaudiakobela, o si deciden quedarse en casa cuidando del hogar y de sus hijos, como @kathysannnn la imagen que exportan en redes sociales se sale del marco dibujado hasta el momento. Outfits de lujo, complejas rutinas de cuidado facial y capilar, coches millonarios, cirugía estética y tacones kilométricos. Puede transmitirse una falsa idea de empoderamiento femenino, pero el fondo sigue siendo el mismo: una supermamá aspiracional que consigue sacar tiempo para hacer deporte, estar guapa para su marido, mantener la casa reluciente e incluso hacerle a sus hijos pequeños una rutina de skincare. Los vídeos de las esposas tradicionales no desaparecen, sino que se diversifican y adaptan a los públicos y contextos actuales: “Están evolucionando hacia una versión más sofisticada y sutil. Ahora además de cuidar, limpiar y cocinar, son emprendedoras y graban contenido de lifestyle”, explica Sheila Martín Sánchez, experta en redes sociales y jefa de social media de la agencia digital Marketing Paradise, que analiza contextos sociales a través de estudios como Social Media en grandes marcas y estudia los entornos digitales para comprender qué contenidos funcionan y por qué.
@klaudia_kobiela My mission is to show you that it’s possible to be ambitious, have a full schedule and still live a fulfilled and balanced life ⚖️🤍 Getting things done and feeling productive is my favourite thing ever and it’s one of the things I enjoy the most. I would say I have mastered it. However it doesn’t mean I don’t have bad days, failures and frustrations. I just know how to deal with it and make the best out of it. 💪 Discipline comes easy to me and it gets even easier with time. It’s not luck. It’s learning it for the past years. 📝 Productivity is a superpower and the only way to reach our goals and build our dream life. ✨ Let’s be productivity besties! Join The Productivity Plan and see you soon. 🧠📋☑️
♬ original sound - Klaudia Kobiela
“Ante una cuarta ola del feminismo actualmente vivimos una reacción conservadora muy grande que desea recuperar el ideal de mujer madre y cuidadora”, comenta Lastra. La socióloga considera que se usan nuevas palabras como energía femenina para referirse a cuestiones que han estado siempre. En este caso, el deseo de muchos hombres de que las mujeres sean sumisas y dependan de ellos. De esta manera, son más llamativas y se reciben mejor, logrando así el restablecimiento de este estatus y esta diferenciación de roles de género.
Por este motivo, los vídeos de rutinas perfectas durante la maternidad pueden ser la fórmula mágica para captar a personas que, quizás, ni siquiera son conscientes de las capas que hay debajo. Se perciben de una forma inocente, a modo de entretenimiento y como una manera de encontrar una sensación de relajación en medio del caos diario. Esta es la razón por la que, según Sheila Martín, funcionan tan bien en redes sociales: “Generan una sensación de calma entre tanto ruido y juegan con la fascinación por el control y la organización. Son piezas cuidadosamente pensadas y producidas para transmitir esa sensación de plenitud”.
A pesar de todo, por muy claras y limpias que estén las paredes, por muy lujosos que sean lo muebles y las costumbres y por muy impecable que esté la ropa de los hijos, la maternidad mancha. Y es en esta imperfección, precisamente, donde reside gran parte del gran amor de las madres hacia sus hijos.
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