Verdeliss: “No pensaban que pudiera conseguir las marcas que he logrado”
La ‘influencer’, empresaria y atleta se enfrenta, con casi 40 años, a un reto complicadísimo: correr siete maratones, en siete días, en siete continentes. Después de convertirse en campeona de España de 100 km, un equipo de Movistar Plus + la seguirá para trasladar esta experiencia extrema a un documental
La cita se produce en un hotel cercano a la Puerta del Sol en Madrid. Estefanía Unzu Ripoll (Pamplona, 1985), más conocida como Verdeliss, aparece en el lobby con el móvil en la mano. Con él está ultimando gestiones de la logística familiar, es madre de ocho hijos, para “desaparecer durante 14 días”. “Más que vivir estos días sobrevivo”, asegura. Está a punto de embarcarse en el complicado reto de correr el World Marathon Challenge (siete maratones, en siete días, en siete continentes). La influencer, con 1,5 millones de seguidores en Instagram, empresaria y ahora también atleta será la protagonista de un documental para Movistar Plus + en el que contará cómo vive esta experiencia tan extrema.
Pregunta: Está a punto de comenzar un reto complicadísimo. ¿Está nerviosa?
Respuesta: Estoy muy nerviosa porque supone enfrentarme a una experiencia que desconozco y la incertidumbre me incomoda. No me preocupa correr en diferentes lugares del mundo, eso llevo dos años haciéndolo… He corrido 27 maratones en 24 meses, pero esta vez uno de ellos es en frío extremo en la Antártida. Nunca he experimentado temperaturas tan bajas, ni correr con clavos en las zapatillas…
P: ¿Cómo se ha preparado para hacer algo así?
R: Estoy acostumbrada a que mi día a día sea muy eficiente y muy productivo. Tengo ocho hijos. Tener ocho hijos supone estar muy atada con los horarios, a las extraescolares y también buscar tener tiempo para ellos. Al mismo tiempo, tengo dos trabajos: las redes sociales y Green Cornerss, la firma cosmética de la que soy CEO. La pandemia me enseñó que se puede teletrabajar y gestionar igual de bien. Cuando hablamos de entrenar, yo corro cuando el resto del mundo no me necesita. Siempre me pongo en la cinta de correr cuando se ha ido el sol o antes de que salga. En definitiva, todo se resume en dormir menos y correr más.
P: No parece una persona que se deje llevar por los miedos. ¿Es una percepción o es su personalidad?
R: Es mi personalidad. Los miedos solo te limitan y te impiden conocer experiencias. A fin de cuentas, si no intentas algo, nunca sabrás si lo podrías haber disfrutado. Si encuentras una pasión, ¿por qué no vas a ir a por ella? Ahora voy a correr 295 kilómetros en 168 horas. Podría dejarme llevar por los miedos a una lesión. Pero estar anticipando siempre algo negativo es autosabotearte. Estamos aquí dos días y uno de ellos ya lo hemos gastado.
P: Hasta hace poco tiempo era muy popular por mostrar cómo es la vida cuando se tienen ocho hijos. ¿Qué hizo clic en su cabeza para dar un giro tan fuerte?
R: Realmente no he cambiado. Sigo siendo la misma madre que se despierta todas las mañanas para preparar el desayuno de los niños, con cereales azucarados, porque yo no soy una madre perfecta. La que está pendiente de las revisiones del pediatra, de si tienen un examen o la que se enfada porque no se acuestan pronto. Simplemente, ahora me apetece mucho compartir esta faceta de corredora porque siento que puedo inspirar de manera muy positiva. Creo que mis seguidoras pueden ser mujeres que se identifiquen con mi vida caótica, muy atareada, pero en la que priorizo lo que me hace bien. Correr me produce mucho bienestar. Supone salir un poquito de esa sombra en la que yo me había convertido. Al ser madre a veces te olvidas de hacer aquello que te gusta, sobre todo, te olvidas de dedicarte un tiempo para ti misma. Cuando corro, siento que me meto en mi mundo, es cuando me vienen mis mejores ideas. Te diré que me lo paso bien, pero también sufro. Estoy trabajando por un sueño, me lo estoy currando y creo que eso es bueno. Espero que capten la narrativa de que si yo he podido prepararme para esto, ellas pueden sacar tiempo para una actividad que les haga sentir bien.
P: En este reto, solo va a descansar en los aviones que le llevan de un continente a otro.
R: Sí. Yo he hecho muchas burradas en estos dos años de ponerme a correr con cansancio extremo, pero creo que las madres estamos hechas de otra pasta cuando hablamos de no descansar. Yo llevo 19 años de mi vida siendo madre, 19 años en los que no conozco casi ninguna noche de dormir del tirón. Entonces ya creo que tengo un poco de tablas en el asunto.
P: ¿El cansancio nunca es un problema para usted?
R: He aprendido que sea un acompañante e intentas llevarlo de la mejor manera. Me encantaría también tener un sueño más reparador, pero… Yo he corrido desde niña porque mis padres tenían un club de atletismo en Pamplona. Cuando era niña solo pensaba en la medalla. Ahora siendo madre lo hago porque me sienta bien y porque para mí supone terapia mental. Es un subidón, te sientes superpoderosa porque entiendes que el deporte te puede hacer mucho bien.
P: En estos 19 años habrá escuchado muchos mensajes que la juzgaban como madre y no tanto a su marido como padre.
R: Totalmente. Cuando tuvimos nuestro primer hijo, la figura principal que traía dinero a casa era mi marido, que trabajaba como abogado. Más tarde, con más niños, dejé mi trabajo de auxiliar de clínica para cuidar a mis hijos. Cuando empecé a crecer profesionalmente, los papeles se intercambiaron. ¿Tú sabes la de méritos y aplausos que se llevó él por ser el mejor padre y marido del mundo? Y yo pensaba: ‘Pero, si yo llevo años haciendo esto’. No es que busques reconocimiento, pero tampoco me gusta que se me invisibilice.
P: ¿Siente que, a pesar de sus resultados, su carrera deportiva no se toma en serio?
R: Suena fatal que lo diga, pero creo que he callado muchas bocas y eso me satisface. He tenido que luchar contra tanta gente que desconfiada y que tenía muchos prejuicios. Cuando empecé a correr, nadie se pensaba que iba en serio. Se ha visto que he sido constante, que he sido disciplinada, que no iba por las marcas, pero cuando te lo trabajas mucho los resultados llegan. Yo no soy una corredora de élite, pero es verdad que dentro de este mundo de corredores populares mis resultados están muy bien. He demostrado que una mujer, madre de ocho hijos, corriendo en la cinta de su casa, el 90% de mis entrenamientos son así, puede lograr sus sueños y hacer algo grande. Correr 27 maratones en dos años no es fácil para el cuerpo. He quedado campeona de España de 100 km. Eso no me lo esperaba ni yo. Me puse a prueba y gané. También tengo la 19 mejor marca en maratón.
P: ¿Se le quedó pequeño el mundo de la típica influencer que enseña su vida en redes sociales?
R: Las redes sociales han ido tomando tantos caminos y tantas direcciones diferentes… A veces he sentido que no encajaba en este mundo. No sé si por su superficialidad o por perfeccionismo o por estar continuamente demostrando algo. Intento encontrar mi rumbo, ser mi propia guía, no dejarme llevar por lo que está siendo tendencia ni lo que está siendo viral.
P: ¿Qué piensa de que cuentas de influencers muy potentes compartan bulos?
R: Cada vez que publico algo, intento antes ponerme en el peor escenario. Me preocupo de ser muy, muy, muy cauta. Porque también creo que vivimos en el mundo de la cancelación, donde se utiliza la red social para ridiculizar, para mofarte… Si exigimos que nuestros seguidores tengan un buen comportamiento hacia nosotras, debemos entender también que nuestros mensajes llegan a mucha gente y pueden ser dañinos. En la Dana, yo me limité a ser un tablón de anuncios de teléfonos útiles y causas.
P: ¿Qué le parece que Meta prescinda del programa de verificación de datos?
R: Los influencers no tienen que ser ejemplarizantes. Cuando busquemos información hay que ir a las fuentes fiables. Mi perfil es muy transparente. Mi madre hace muchos años, cuando entré en Gran Hermano, me dio un buen consejo, de estos que dan las madres, y aciertan completamente. Me dijo que no hablara ni de política ni de religión. Intento huir de temas muy polémicos.
P: Cuando empezó a ser famosa, siendo madre de muchos hijos y de Pamplona, llegaron los prejuicios y con ellos se asumió que había motivos religiosos.
R: Sí, creo que hay mucha gente que no entiende el deseo de tener muchos hijos. Le cuesta entender que es elegido sin que intervengan otras razones. Me gusta ser madre. Nuestra familia nos hace felices, pero todavía hay gente que me da el pésame en la cola del supermercado…
P: También ha dicho que estaba a favor del aborto para sorpresa de los que se habían hecho ideas preconcebidas sobre usted…
R: Sí, totalmente. Nosotros tenemos muchos hijos porque ha sido nuestra voluntad y creo es lo primordial. Debemos poder ser dueños de nuestras decisiones. ¿Obligarte a ser madre o padre cuando no está en tus planes o no lo deseas? No encuentro la palabra para definirlo…
P: ¿Qué es lo peor de ser una familia numerosa?
R: La culpabilidad de pensar que quizás no estoy al 100% en la manera en que me necesitan.
P: ¿Y lo mejor?
R: La vida que hay en mi casa. Soy adicta a este estrés continuo. Ver cómo se convierten en personitas con sus personalidades diferentes. Siempre he querido que vayan bien en los estudios, pero sobre todo que sean buenas personas y eso lo hemos conseguido.
P: ¿No cree que lleva todo al extremo?
R: No te creas. He terminado haciendo este reto porque me puse esta prueba, he ido testándome y creo que estoy capacitada. Al ser tan complicado, lesionarme es una posibilidad que toma posiciones. Pues si me lesiono, intentaré pensar que tampoco pasa nada y otra cosa mariposa. Me doy el tiempo que necesite de reposo y recuperación. Dentro de vivir tan intensamente, lo asumo todo de un modo saludable.
P: ¿Está entre sus planes un noveno hijo?
R: Nunca lo he contado, pero, cuando empecé a correr más en serio, mi marido y yo tuvimos nuestra conversación. No es compatible un embarazo con el nivel al que estoy corriendo ahora, viajando por todo el mundo, enlazando tantos maratones, que son tan intensos y tan exigentes para el cuerpo. Tuvimos que tomar la decisión de si teníamos otro hijo o me centraba en el deporte. La decisión fue dedicarme al deporte. Mucha gente me dice que tenía tablas y que podía haberme dedicado a correr profesionalmente antes, cuando era más joven. Quizás me he perdido esa vida, pero hay que disfrutarla como va llegando. Hoy somos el resultado de lo que hicimos ayer y no cambiaría nada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.