Las bebidas azucaradas causan más de tres millones de casos de diabetes y accidentes cardiovasculares al año
Un estudio realizado en 184 países concluye que estos productos son responsables de uno de cada diez nuevos diagnósticos de diabetes tipo 2. El sexo, el nivel de estudios o el contexto rural o urbano influyen en su consumo
La publicidad decía que era la chispa de la vida, pero la medicina está descubriendo que puede ser la chispa de la enfermedad. Aproximadamente uno de cada 10 nuevos casos de diabetes de tipo 2 y una de cada 30 enfermedades cardiovasculares pueden atribuirse al consumo de bebidas azucaradas. Esto es lo que concluye un estudio publicado en la revista Nature Medicine este martes, basándose en el análisis de datos de 184 países. La mayor proporción de casos se registró en el África subsahariana, América Latina y el Caribe, algo que los autores atribuyen al cambio de dieta imitando un estilo de vida más occidental e industrializado.
El estudio estima que en 2020, 2,2 millones de nuevos casos de diabetes y 1,2 millones de accidentes cardiovasculares fueron atribuibles a este tipo de bebidas. O lo que es lo mismo, el 9.8% y el 3.1% de todos los casos, respectivamente. “Esto muestra que hay una gran carga de enfermedad cardiometabólica atribuible a bebidas azucaradas”, explica en un intercambio de mensajes Laura Lara Castor, profesora de la Universidad de Washington y autora principal del estudio. “Y es importante tener en cuenta que la enfermedad cardiovascular es la causa número uno de muerte a nivel global, mientras que la diabetes sigue en aumento”. La incidencia de la diabetes tipo 2 se ha disparado casi un 60% en tres décadas entre la población adolescente y joven, según un análisis de The British Medical Journal.
“Este estudio no demuestra causalidad, porque son bases de datos grandes”, explica en conversación telefónica Olga González Albarrán, jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Gregorio Marañón. “Pero ya lo han hecho otros antes, este va en la misma línea. Además, ha incluido más de 450 bases de datos de 184 países, es de una magnitud enorme”.
González Albarrán, que no tiene relación con el estudio, valora positivamente que este haya estratificado los resultados por distintas regiones geográficas, niveles educacionales, edad, sexo y medio urbano o rural. “Esto nos da una información para que podamos actuar desde un punto de vista de salud pública y tomar medidas”, explica.
En España, el consumo medio de bebidas azucaradas en adultos (mayores de 20 años) en 2020 fue de tres por semana, según el análisis. Los datos son muy similares, pero no iguales para todo el mundo. Las mujeres consumieron en promedio 2.8 bebidas por semana, mientras que los hombres consumieron 3.1. En términos de nivel educativo, aquellos con educación baja y media consumieron 3.1, mientras que los que tenían estudios superiores consumieron bastante menos: 2.3 bebidas por semana.
El análisis usa datos que van desde 1990 hasta el 2020, creando un atlas temporal de la enfermedad. Analizando cómo el consumo de este tipo de bebidas, que ha crecido un 16% en este tiempo, ha ido erosionando la salud mundial. El mayor incremento se dio en el África subsahariana, precisamente donde más han aumentado los casos de diabetes. Los expertos creen que hay una relación evidente entre ambos fenómenos.
Cada año se beben más bebidas azucaradas, a pesar de que los estudios científicos que señalan sus riesgos son abrumadores y muchos países están tomando medidas para limitar su consumo. Esta paradoja tiene fácil explicación, según Lara Castor: “la industria ha tenido una respuesta agresiva a las políticas de salud. Ha incrementado la publicidad y los reportes que sugieren que las políticas no sirven y que además dañan la economía de los países”, explica. Un paper en Nature puede obtener cierto impacto, pero un anuncio en televisión tiene mucho más. La situación recuerda, apuntan los expertos, a la vivida en los años cincuenta y sesenta con la industria del tabaco.
Las latas de Coca Cola o de Red Bull son perjudiciales para la salud, pero su presencia es constante en la dieta y su consumo está muy normalizado. Los expertos hablan de un ambiente obesogénico y alertan de que el aumento de peso y las enfermedades asociadas no se debe a una cuestión de falta de voluntad individual, sino a la presencia constante y la facilidad de consumo de este tipo de bebidas, cuyo alto contenido en azúcar (y en algunos casos cafeína) las hace adictivas. Estarían fuera de esta categoría las bebidas light y cero.
“Hay más de 350.000 muertes en el mundo que son directamente atribuibles solo a la ingesta de bebidas azucaradas”, recuerda González Albarrán. “Esto no pasa con ningún factor de riesgo, salvo con el tabaco”. El motivo, explica la doctora, es que al beber no tenemos sensación de saciedad, que son calorías vacías sin ningún aporte nutricional. Es normal tomarse dos o tres refrescos (muchos locales de comida rápida tienen incluso barra libre de estos), pero no veríamos igual tomarse 20 o 30 cucharadas de azúcar, aunque en la práctica sea exactamente lo mismo “La gente cuando bebe no es tan consciente del aporte calórico como cuando come”, resume.
En este sentido, los autores del estudio subrayan la necesidad de implementar más políticas para regular la venta y el consumo de bebidas azucaradas en todo el mundo. España subió el IVA de las bebidas azucaradas y edulcoradas en 2021, del 10% al 21%, lo que hizo, según algunos estudios, que los hogares con menos recursos redujeran el consumo de refrescos casi 11 litros al año. El pasado mes de diciembre se anunció la intención de prohibir las bebidas azucaradas en los comedores escolares del país. “Estamos haciendo mucho, pero el 60% de la población en España tiene sobrepeso o es obesa”, señala González Albarrán. “Obviamente, no es suficiente”.
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