¿Cómo evito que me duelan los oídos en los aviones?
El oído medio está lleno de aire, que debe tener una presión igual a la de la atmósfera para que así la membrana timpánica vibre adecuadamente al recibir las ondas sonoras
Lo primero que debo explicarte es que el oído medio tiene una estructura similar a un cubo, con cinco de sus paredes rígidas porque su componente es hueso y una elástica que es la membrana timpánica. El oído medio está lleno de aire que debe tener una presión igual a la del aire de la atmósfera, para que así la membrana timpánica vibre adecuadamente al recibir las ondas sonoras. Este movimiento de vibración se transmite a la cadena de huesecillos y de ahí al caracol y al nervio auditivo. Para que la presión sea igual dentro y fuera contamos con un conducto osteocartilaginoso llamado trompa de Eustaquio, que es el responsable de controlar dicha presión.
Cuando subimos en avión se produce un cambio brusco de presión atmosférica. En la actualidad, los aviones están despresurizados y por ello los cambios bruscos de presión no deberían notarse tanto, pero, aun así, a veces se produce dolor o molestias. Esta situación puede ser por diferentes circunstancias: el tipo de avión, las maniobras de despegue o aterrizaje que varían según el piloto, el tipo de pista en el aeropuerto, la situación meteorológica y, sobre todo, por la situación fisiológica del oído medio, la trompa de Eustaquio y la nariz, además de otras características individuales de la persona.
Como te decía, para que la membrana timpánica vibre y transmita el sonido lo más eficazmente posible, necesitamos que la presión del interior del oído medio sea igual a la presión exterior. Como se trata de un tejido vivo, el oxígeno interno se va consumiendo, por lo que también va disminuyendo la presión. ¿Cómo conseguimos que aumente? A través de la trompa de Eustaquio. Este tubo conecta la pared anterior del oído medio con la parte más posterior de la fosa nasal llamada rinofaringe, además, la entrada de la trompa a este nivel tiene mucha relación con la musculatura que conforma el paladar.
Cuando el oxígeno del oído medio se consume, la trompa se abre, permite que pase aire al interior y se vuelven a equiparar las presiones. Si esta compensación de presiones no ocurre, por ejemplo, cuando el cambio de presión es muy brusco, es cuando duelen los oídos porque la membrana timpánica es empujada hacia el interior de forma violenta. Por eso, además de dolor, se produce también una sensación de hipoacusia, que es la pérdida parcial de la capacidad de oír, de sensación de que el oído está lleno y la cabeza hueca, que hablas y te oyes a ti mismo por dentro o el eco de tu propia voz e incluso puedes tener un zumbido muy molesto. Todos estos síntomas se deben a la falta de equilibrio entre las presiones de dentro y fuera del oído.
La trompa de Eustaquio se abre cada vez que tragamos saliva porque movemos los músculos del velo del paladar y, cuando se abre la trompa, entra una cantidad de aire. Seguro que alguna vez has visto a alguien que, por ejemplo, al subir un puerto, se tapa la nariz y hace fuerza para que se abra la trompa, entre aire y se pase la sensación de taponamiento. Eso lo podemos hacer al subir un puerto porque los cambios de presión se producen de forma progresiva. En el avión, no. Ahí pueden ser muy bruscos. Y por eso se puede producir un dolor muy intenso. Hay veces que es tan brusco y tan violento que el cambio de presión puede provocar incluso una hemorragia o hasta una perforación del tímpano. Así que puede ser algo serio.
Hay factores que favorecen que duela más, por ejemplo, personas que tienen patología nasal con pólipos o grandes desviaciones del tabique, en ellas la trompa funciona peor y el cambio de presión les puede afectar más. Les ocurre también a algunas personas que tienen alergias o enfermedades inflamatorias de la mucosa nasal. O, simplemente, alguien que no tiene ninguna de estas patologías, pero está sufriendo un catarro en el momento del viaje. Hay diferentes circunstancias que hacen que a unos les duela y a otros no, pero todas están relacionadas con el funcionamiento de la trompa. Además de estos factores, influye la capacidad de despresurización del avión, la brusquedad o no del despegue, etcétera. Es decir, que puedes tener estos factores predisponentes y que no te ocurra nada o no tenerlos y que te suceda.
Pero puede prevenirse. Antes de entrar en un avión hay que tener la fosa nasal lo más limpia posible. Si tienes un catarro te debes sonar muy bien la nariz e incluso realizar un lavado nasal. También puedes mascar chicle, con intensidad, incluso de forma poco educada, abriendo mucho la boca para que los músculos del paladar abran bien la trompa. Dar pequeños traguitos de agua también es útil e incluso chupar y jugar con un caramelo duro dentro de la boca. Otra forma de equiparar las presiones es la maniobra de Valsalva, presión que hacemos, por ejemplo, cuando inflamos un globo o cuando estornudamos con la boca cerrada y la nariz tapada. Esta maniobra es muy útil porque obligamos a abrirse la trompa y que el oído se llene de aire y, aunque haya un cambio de presión, moleste menos.
En el caso de las personas con patologías nasosinusales o a aquellas a las que les ocurre muchas veces, deben consultar a un especialista en otorrinolaringología para que les dé unos consejos o incluso les ofrezca en ocasiones un tratamiento médico adecuado.
Elisa Gil-Carcedo es jefa de sección de Otorrinolaringología en el Hospital Universitario Río Hortega y profesora asociada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid.
Pregunta enviada vía email por Paula García Pásaro.
Coordinación y redacción: Victoria Toro.
Nosotras respondemos es un consultorio científico semanal, patrocinado por el programa L’Oréal-Unesco ‘For Women in Science’ y por Bristol Myers Squibb, que contesta a las dudas de los lectores sobre salud, ciencia y tecnología. Son científicas y tecnólogas, socias de AMIT (Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas), las que responden a esas dudas. Envía tus preguntas a nosotrasrespondemos@gmail.com o por X #nosotrasrespondemos.
Los consejos de este consultorio son de carácter general y no sustituyen la consulta médica. Si tiene dudas sobre su problema concreto, diríjase a su profesional de la salud.
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