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La gripe ha vuelto, ¿qué pasará este invierno en España?

Los virus respiratorios tienden a comportarse como antes de la pandemia en países del hemisferio sur y anticipan lo que puede ocurrir en el norte

Un sanitario atiende a unos pacientes en un centro de salud de la Comunidad Valenciana.
Un sanitario atiende a unos pacientes en un centro de salud de la Comunidad Valenciana.Ana Escobar (EFE)

Los tradicionales virus respiratorios han vuelto. En los últimos dos años, la pandemia de la covid alteró los ciclos estacionales de algunos microorganismos, habitualmente puntuales a la cita del invierno, y distorsionó su comportamiento, haciéndolos desaparecer del mapa o desplazándolos a otras épocas del calendario. Pero este año, el primero sin medidas restrictivas o de protección desde el inicio de la crisis sanitaria, ya empiezan a asomar la cabeza en las estadísticas. A la expectativa, con pocas certezas y muchas preguntas, los expertos miran al hemisferio sur, que termina ahora su invierno, buscando pistas para predecir el comportamiento de los virus respiratorios —la gripe, el sincitial y la covid son los más importantes— este invierno: en Australia, Chile o Argentina hubo gripe estacional por primera vez con características similares a las que tenía antes de la covid, pero llegó antes y los cuadros no fueron más severos que otros años. Las voces consultadas auguran un retorno estacional de los clásicos microorganismos, aunque falta por saber su duración e intensidad.

La comunidad científica está a la expectativa. Esperando a ver qué pasa. Atentos a la red de vigilancia epidemiológica, explica Toni Trilla, epidemiólogo en el Hospital Clínic de Barcelona: “Es un año muy excepcional. Llevamos dos años donde la situación habitual de circulación del virus ha sido desplazada por la covid. Y ahora hay que hacer un reset: ¿volverán a empezar como siempre y a ser previsibles dentro de la imprevisibilidad? No lo sabemos”.

La aparición del SARS-CoV-2 perturbó la circulación habitual de los virus respiratorios. Si en un invierno tradicional el virus respiratorio sincitial, que causa la mayoría de las bronquiolitis en los niños más pequeños, solía alcanzar su pico epidémico en diciembre, durante la temporada 2020-2021 —la primera con pandemia—, desapareció en invierno y apareció entre mayo y junio de 2021, por ejemplo. La gripe, que solía seguir al sincitial y alcanzaba su techo en enero, también se esfumó y los casos, en lugar de grandes picos, han ido goteando por el calendario.

El Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (SiVIRA), que monitoriza la circulación de los virus respiratorios a través de centros centinela en atención primaria y hospitales, está atento a cada movimiento, apunta Amparo Larrauri, responsable de la Unidad de Vigilancia de Gripe y otros virus respiratorios del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III: “En esta temporada [de octubre de 2021 a septiembre de 2022], la gripe ya empezó a circular porque hubo un cambio en los nichos ecológicos de cada uno de los virus y la covid dio paso, en octubre pasado, a que circularan otros virus respiratorios. Tuvo lugar una pequeña epidemia de gripe a finales de año, pero cuando llegó la ómicron, el SARS-CoV-2 volvió a desplazar al virus de la gripe y la actividad gripal disminuyó bruscamente, aunque el virus siguió circulando de forma esporádica. Hasta que bajó la ómicron y apareció de nuevo una onda epidémica de gripe: fue más tardía, con una intensidad moderada, pero de bastante duración”.

El virus se ha comportado de una forma imprevisible. Este verano, por ejemplo, no ha llegado a desaparecer, que es lo que pasaba antes de la covid en el periodo estival, según explica Iván Sanz, del Centro Nacional de Gripe de Valladolid. “Ya estamos viendo un pequeño repunte y parece muy probable que este invierno tendremos una epidemia de gripe más parecida a las de antes de la covid, pero no podemos saber ni cuándo será el pico ni su intensidad”, añade.

Pistas en el hemisferio sur

Los expertos buscan pistas para intentar avanzarse a lo que viene en invierno. “Es una situación incierta: con la covid, esperamos un aumento, pero seguramente tendrá poca repercusión si se mantiene la disociación de casos e ingresos”, valora Trilla. Eso y si no aparece una nueva variante que sea más severa o escape a las vacunas. “No lo podemos descartar, pero ómicron está bien asentada y es una campeona. Que sea derrotada por otros virus es complicado”, apunta el epidemiólogo del Clínic. Larrauri añade, además, que “hay un porcentaje de población que ya no es tan susceptible a la covid porque se ha infectado, vacunado o ambas cosas”: “La población no es tan susceptible a la covid, aunque apareciese una nueva variante. Y eso nos lleva a pensar que el SARS-CoV-2 dejará circular a otros virus”.

Silvia González Ayala, de la Sociedad Argentina de Infectología, explica que allí este año la epidemia de gripe se ha caracterizado por comenzar temprano de lo habitual y tener muchos casos, con la cepa H3N2 como predominante, pero no por ser más grave: “Las incidencias más altas las vimos en 2016 y 2017; este año estaría en tercer lugar. Ha afectado sobre todo a niños y a mayores de 45 años, personas que se desplazan y que tienen mucha movilidad, y no tanto a adultos mayores de 65 años”. La clave para esta transmisión está, en su opinión, en una mala campaña vacunal: “Por un lado, faltaron dosis y por otro, la gente no respondió mucho, está ya muy cansada”.

En España, la campaña de vacunación de la gripe está a punto de comenzar. Cada año, los científicos intentan anticipar cuáles serán las cepas dominantes para formular la inyección, pero las anomalías del comportamiento del virus se lo pone más difícil esta temporada, explica Tomàs Pumarola, jefe de Microbiología del hospital Vall d’Hebron. “El virus de la gripe muta cada año y su vacuna se elabora en base a la cepa de la temporada anterior”, señala el microbiólogo. Tras dos años sin una cepa dominante, la dificultad para emparejar la composición de las dosis con el virus a combatir es mayor. “Este año habrá más margen de error, pero la vacuna seguirá protegiendo”, avisa.

María del Mar Tomás, portavoz de la Sociedad Española de Infecciosas y Microbiología Clínica, admite que en España este verano ya ha sido “inusual” en cuanto a la evolución de la gripe. “Es imprevisible lo que pueda ocurrir. Es posible que haya un incremento de incidencia, pero no de hospitalizaciones”, sopesa. En el aire está también el peso de la llamada deuda inmunológica, la teoría de que una persona, al no haber estado expuesta a estos virus durante un tiempo, pueda haber perdido la memoria inmunológica y su respuesta ante determinados virus sea más débil.

Con la vuelta a las aulas, también los pediatras y las unidades de cuidados intensivos están en alerta, a la espera de esos cuadros gripales y las bronquiolitis que otros años han tensionado las unidades de críticos de pediatría. Carlos Rodrigo, director del servicio de pediatría en el Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona advierte de que el gran aprendizaje de la covid es que “las previsiones están aquí para fallar”: “Hemos tenido niños ingresados con bronquiolitis en agosto, que no nos había pasado nunca. Esperamos que en invierno haya más. En Australia han tenido virus respiratorio sincitial”. Y recuerda, sobre la deuda inmunológica de los niños nacidos en pandemia y que no han tenido contacto aún con el virus, que “los que no han estado expuestos, lo cogerán más tarde”: “El único problema es el número, que se acumulan. Se sumarán tres grupos de edad [tres generaciones, las que no lo han cogido y las que les tocaría cogerlo ahora]. Pero el hecho de no haberlo cogido en los primeros meses de vida es bueno: mejor cogerlo más tarde”.

Toni Soriano, infectólogo pediátrico del Hospital Vall d’Hebron, recuerda que, además del auge en julio de 2021, hubo algún otro pico puntual de sincitial y de gripe en niños, unos brotes que podrían haber minimizado la bolsa de susceptibles pendientes: “Se podría haber saldado esa deuda inmunológica. Sí que esperamos que en los próximos dos meses se acelere [el diagnóstico de virus respiratorios en niños], pero no creemos que haya una explosión”. De hecho, señala, ya van más de 15 días de curso y todavía no han visto un impacto de la interacción social en las aulas en términos de circulación de los virus. Larrauri apunta que, si bien el sincitial “está circulando de forma esporádica, no hay un aumento de la intensidad en atención primaria ni en hospitales”. Por ahora.

Vacunas y sentido común

Los expertos recomiendan, en la medida de lo posible, mantener algunas medidas de protección para evitar la circulación de los virus respiratorios. El uso de la mascarilla en lugares concurridos o el lavado frecuente de manos, son buenos aliados, por ejemplo. Pero también invitan a la población de mayor riesgo, como los mayores o las personas con determinadas dolencias, a vacunarse contra la gripe y también contra la covid, una campaña que comenzará la semana que viene en las residencias de mayores y que continuará con los de más de 80 años para seguir con los septuagenarios y los sexagenarios.

Con los niños, Soriano apela al sentido común: “Pedirle a un niño que mantenga la distancia social es como pedirle a un anciano de 80 años que suba al Everest. No podemos pedirle eso a los niños. En la escuela hay que reforzar la educación sanitaria, pero el contacto de los niños con los virus respiratorios es importante para tener una buena maduración inmunológica”. Y, un mensaje para los padres: “Si ves que tu hijo no se encuentra bien, tiene fiebre o tos, no lo lleves al colegio. Por él y por los otros niños, que pueden ser de riesgo. No hay que darle un Dalsy o el Apiretal y mandarlo para el colegio. Ese no es el mensaje que se debe transmitir”.

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