¿Y si Google tiene la clave del wifi?
El gigante de Mountain View entra en las casas (un poco más) para ampliar la cobertura inalámbrica y permitir un control exhaustivo de los dispositivos conectados.
Somos yonquis de Internet. Cuando no es el smartphone, es el ordenador. Y si no la tableta. O la tele. El smartwatch también vale. Los hogares españoles cada vez están más digitalizados. Si hace cinco años el 74,4% de ellos tenía acceso a Internet, en 2019 el porcentaje alcanzó el 91%, según el INE. Google quiere acabar con cualquier problema de conexión.
El gigante tecnológico lanzó en 2016 su propio router. Nest Wifi es su nueva apuesta para ampliar la cobertura wifi en el hogar. Es lo que se conoce como una red wifi mesh o mallada y consta de dos tipos de dispositivos. Por un lado, está el router, que se enchufa directamente al módem tradicional. Por otro, el punto wifi, que se coloca en una habitación separada y extiende la cobertura por una zona elegida del hogar.
Ambos dispositivos, que han salido este mes a la venta en España por 259 euros, están pensados para dar cobertura a una casa de 210 metros cuadrados. Pero se pueden añadir más puntos wifi si se desea. Todos ellos se comunican entre sí y el usuario automáticamente se conecta a uno u otro en busca de la mejor señal. Instalar este tipo de aparatos puede dar un poco de vértigo. Pero en este caso no es necesario ser Mr. Robot para configurarlos. Paso uno: descargar la app Google Home. Paso dos: enchufar el router al módem y a la corriente. Paso tres: seguir las indicaciones de la aplicación. El proceso es similar con los puntos Nest Wifi. Y voilà. En unos 10 minutos la red malla está lista.
¿Dejo entrar a Google en casa?
Meter a Google en el hogar genera respeto. El gigante tecnológico se ha visto envuelto en múltiples polémicas relacionadas con la privacidad. La compañía asegura no hacer un seguimiento de lo que el usuario visita ni recopilar contenido del tráfico de la red. Pese a que el asistente se debería activar solo al decir “Ok, Google”, a veces lo hace por error. Al menos los dispositivos incluyen un botón físico para desactivar los micros.
EL PAÍS Retina ha probado tres dispositivos en una casa de unos 300 metros cuadrados distribuidos en tres pisos. El router, en el salón principal. Un punto wifi, dos habitaciones más allá, en el cuarto de estar. Y otro, en la planta superior, en una habitación. Aunque la experiencia para un usuario promedio no cambia drásticamente, la velocidad de la conexión sí mejora. Especialmente en el jardín y los rincones del hogar. Si por algo destaca Nest Wifi es por la facilidad para llevar el control de los dispositivos conectados. Con solo un vistazo en la app, se puede ver qué aparatos están utilizando el wifi y qué ancho de banda usa cada uno de ellos. También es posible realizar pruebas de velocidad y establecer un dispositivo prioritario.
No es lo mismo jugar a videojuegos, donde una vida depende de milisegundos, o ver vídeos en 4K que dar una vuelta por Instagram. Por ello, Google permite priorizar el ancho de banda en los aparatos elegidos. Entre los contras, malas noticias para los gamers. El router solo tiene un puerto Ethernet libre. Y los puntos wifi, ninguno. Este tipo de puertos sirven para conectar cualquier dispositivo al router y que la conexión que le llega sea lo más potente posible.
El perfecto anfitrión digital
Y, por si tiene visita, la app da la opción de crear una red independiente para los invitados. Así es como el gigante tecnológico quiere acabar con el tostón de ir a buscar y compartir la clave del wifi. El usuario elige el nombre de la red y la contraseña. Después, puede compartirla con quien quiera a través de un mensaje o un correo electrónico. Además de elegir qué dispositivos quiere que tengan acceso a la red, puede desactivarla en cualquier momento. Los puntos wifi funcionan también como altavoces inteligentes.
El asistente de Google tan pronto lee las noticias como informa sobre el tiempo, prepara la lista de la compra o canta una canción. “En todo lo que hago pongo muchísimo arte, lo mismo te busco un vuelo que hasta le doy al cante”, entona tras pedirle que demuestre sus dotes musicales. El sistema permite anunciar mensajes por la casa o realizar llamadas entre diferentes habitaciones.
Basta con decir “Ok, Google, llama al cuarto de estar” para comunicarse con alguien en otra estancia sin moverse del sofá. El asistente también responde a órdenes soñadas por más de un padre: “Ok, Google, pausa el wifi de los niños”. Nest Wifi incluye un control parental con el que restringir el uso de la conexión inalámbrica a determinados dispositivos. “Elige algo como ‘hora de dormir’ u ‘hora de hacer los deberes”, sugiere la app. También devuelve las riendas a los progenitores para elegir, por ejemplo, qué pueden ver sus hijos y qué no. Una simple restricción permitirá acceder a los menores solamente a Youtube Kids. Todo con tal de restaurar la jerarquía del hogar.
El ‘router’ sale del armario
“¿Dónde está el dispositivo?”, pregunta Google al configurar Nest Wifi. A continuación, ofrece un abanico de posibilidades: desde el baño a la buhardilla, un dormitorio e incluso un cobertizo. Con un acabado elegante, el objetivo es llevar estos aparatos a los lugares más íntimos. Y que estén a la vista. Cuando se esconden en un armario, según Google, la señal puede debilitarse hasta en un 50%.
Conclusión
Ampliar la cobertura wifi es una buena opción en casas grandes o con problemas de conexión. Pero si hasta ahora no se había percatado de esta necesidad, quizás no merezca la pena realizar tal desembolso. Google Nest Wifi permite además un control exhaustivo y sencillo de los dispositivos conectados. Algunos padres verán como un sueño cumplido la posibilidad de dejar sin Internet a un grupo determinado de dispositivos. Y se acabó eso de esconder routers poco atractivos. Los dispositivos tienen un acabado elegante con formas redondeadas que encaja prácticamente con cualquier decoración.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.