Mari Luz Rodríguez: “Pese a los robots y a la inteligencia artificial somos vulnerables”
La profesora de la Universidad de Castilla-La Mancha cree que, a pesar del aislamiento, hay un sentimiento de socialización muy intenso. La cruz es que la crisis ha aflorado las brechas en el uso de la tecnología
El Observatorio Retina de EL PAÍS es un foro que reúne a 50 grandes expertos en tecnología en España: directivos, emprendedores, académicos, responsables públicos e investigadores que nos ayudan a identificar las grandes tendencias y entender su impacto en nuestras vidas. Hemos preguntado a 18 de ellos qué puede aportar la innovación en la lucha contra el coronavirus. Estas son las respuestas de Mari Luz Rodríguez, profesora de la Universidad de Castilla-La Mancha.
- P. ¿Qué pueden hacer la tecnología y el ecosistema digital en este momento para combatir la crisis?
- R. En este momento, mediante la tecnología se están dando miles de clases online y ello está permitiendo que el sistema educativo no se pare como consecuencia del aislamiento. A pesar de que somos un país con poca cultura de teletrabajo, hay miles de personas trabajando desde sus domicilios, lo que está permitiendo que no haya una parálisis completa de la actividad económica y de la actividad de la administración. Por último, mediante la tecnología estamos interconectados prácticamente todo el día, de manera que, a pesar del aislamiento, hay un sentimiento generalizado de interconexión entre humanos y de socialización muy intenso: con el acceso a la tecnología nadie está realmente solo. En el lado contrario, la utilización de la innovación está haciendo aflorar diferencias económicas y sociales que ya estaban ahí, pero ahora se evidencian con toda claridad. Las brechas económicas y sociales se han puesto claramente de manifiesto en la educación online: hay miles de alumnos que no pueden seguir sus cursos porque en sus domicilios no tienen conexión u ordenador. Es la cara y la cruz del uso de la tecnología en este tiempo de pandemia.
- P. ¿Qué iniciativas podrían adoptarse a medio plazo para mitigar esta o nuevas epidemias?
- R. Creo que lo que hay que hacer es justo eso, pensar y revisitar muchas de nuestras creencias anteriores, y hacerlo con clama y con vocación de actuar en consecuencia. Pongo un ejemplo: yo llevo un tiempo hablando de robots, de inteligencia artificial, de big data... pero ahora se está demostrado que, a pesar de todos los avances tecnológicos que estábamos loando, somos terriblemente vulnerables, porque algo tan humano como una enfermedad está poniendo en jaque todo y en todo el mundo. Así que creo que la pandemia y el aislamiento nos obliga a reflexionar sobre todo lo anterior y pensar más en la vida humana, con lo humano en el centro.
- P. ¿Cómo cree que será nuestro mundo después de esta crisis?
- R. No tengo certezas al respecto, más que la que ya he expresado antes de la necesaria reflexión sobre lo que nos ha traído hasta aquí y cómo empezar a cambiarlo poniendo a los humanos en el centro de las reflexión. En tono mucho menor, sí creo que algunas de las cuestiones que hemos puesto en práctica en estas fechas, como la utilización de la tecnología para el trabajo, para la preservación de la salud o de la educación o para la socialización van a hacer que nos acostumbremos a ello y que, una vez terminada la pandemia, pueda seguir actuándose de tal manera, lo que puede aportar algunos beneficios en términos sociales. Un ejemplo: estamos teletrabajando porque lo requiere la situación, pero, si siguiéramos haciéndolo más de lo que lo hacemos, habría un ahorro muy importante en desplazamiento de los domicilios al trabajo que contribuiría a la batalla contra el cambio climático. Estamos en una crisis, muy dolorosa y dramática, pero, como sucede en toda crisis, necesitamos pensar y aprender para el futuro.
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