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Deportes: la batalla por el espectador más joven

La industria del fútbol en particular y del deporte en general observa a los más jóvenes con una mezcla de interés y recelo. Necesitan entenderlos para seducirlos.

El Mundial de Rusia 2018 fue el primero en incluir el VAR como ayuda para los árbitros.
El Mundial de Rusia 2018 fue el primero en incluir el VAR como ayuda para los árbitros.AFP

Una chavala sentada en el estadio parece no mirar el partido. Está más centrada en el móvil y esa es precisamente su forma de demostrar interés: repartirse entre el escenario real y algo tan cotidiano como los comentarios con un grupo de Whatsapp. “El gran desafío es cómo adaptarse a la transformación digital. Antes competíamos con la NBA o la fórmula 1; ahora, además, con videojuegos y series. Antes solo cuatro frikis veían partidos en diferido; ahora los jóvenes piden contenidos en píldoras y a demanda, cada vez son menos proclives a aguantar 90 minutos”, explica Paco Roche, director de comunicación de la World Football Summit, el foro donde se reúne lo más potente de la industria futbolera global.

¿En qué se traduce este cambio de generación? En mentalidad, contenidos, canales y dispositivos. Según Roche, el modelo de negocio tiene que evolucionar rápido para anticiparse. Intentar mejorar la experiencia de usuario, ofrecer mucho más que la televisión o el estadio. Los clubes, federaciones y asociaciones tienen que desarrollar aplicaciones y contenidos propios, comunidades virtuales, estadísticas o mapas de calor para realidad virtual o realidad aumentada. Incluso impulsar la futura inmersión a pie de cancha desde diferentes perspectivas, para que el espectador sienta que está jugando el partido.

Espectadores más distraidos

Enfrentarse a espectadores con una atención más dispersa, ¿implicará un cambio de formato del juego para agilizarlo, como se hizo en el baloncesto? Parece probable un retoque progresivo de las reglas que facilite que se marquen goles y se reduzcan las interrupciones, por ejemplo. Sin embargo, la incorporación del VAR ha ido en sentido contrario, alargando los partidos en aras de una mayor justicia. Y tampoco ha acabado con las polémicas que quería evitar, como sucedió con dos posibles penaltis en el último Barça-Real Madrid o con el gol anulado, por milímetros en fuera de juego, al Aston Villa recién estrenado el 2020. De momento se impone la tendencia a no modificar demasiado lo que funciona, el juego en sí.

Y enfocar los cambios en la producción y consumo de contenidos, tanto los directos como los enlatados. Son significativos algunos movimientos en esa estrategia de defensa y ataque. El creciente interés por los resúmenes, cuyos derechos y demanda tienden al alza; el avance de las OTT (plataformas de televisión a través de internet) como la de la Liga, que ha comprado a precio de saldo los derechos de deportes minoritarios y usa aplicaciones de inteligencia artificial de rendimiento de la audiencia que definen los mejores horarios para el aficionado asiático; o el fichaje de galácticos del modelo de negocio, como Peter Moore, gurú de los videojuegos, por el muy tradicional Liverpool.

Un equipo tan tradicional como el Liverpool ha fichado a Peter Moore, gurú de los videojuegos

El móvil, terreno de juego

La pantalla del móvil es ese otro terreno de juego universal donde convergen aficionados y contenidos de equipos, ligas, medios, patrocinadores o directamente estrellas. Dicen que Cristiano Ronaldo se llevó un millón de fans del Madrid a la Juventus, por ejemplo, aunque solo en Twitter tiene más de 82 millones de seguidores. “Las redes sociales representan una oportunidad única para llegar, conectar y crear una relación mucho más fuerte con tu audiencia. Con más de 700 millones de fans de deporte en Facebook y más de 400 millones en Instagram, nos hemos convertido en el estadio más grande del mundo”, explica Kike Levy, Sports Strategic Partnership Manager en Facebook.

Quien habla de fútbol, habla de cualquier deporte. Como en otros planos tecnológicos, el balompié democratiza tecnologías expansivas. “Estamos creando comunidades en NBA, fútbol americano o críquet, o en nichos como la World Surf League o el Ironman. Las plataformas en las redes sociales permiten a la industria generar valor para el aficionado en esta era digital, y eso al final se traduce en objetivos de negocio”, añade Levy.

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