Luz Rodríguez: “Creo que debe haber una fiscalidad vinculada a la tecnología”

No hay una respuesta clara a la pregunta del millón: cuánto empleo destruirá la creciente automatización. El estudio ya clásico de Frey y Osborne dice que el 55% de los puestos de trabajo de España puede ser automatizado en los próximos años; el de la OCDE estima que el 12% . Sí podemos estar seguros, advierte Luz Rodríguez, profesora de Derecho del Trabajo de la Universidad de Castilla-La Mancha, de tres cosas. “Primero, el empleo se está transformando, se está volviendo más tecnológico. Segundo, si tenemos un mercado laboral en el que el trabajo humano es más barato que la tecnología, no nos transformaremos tan rápidamente. Y tercero, si nuestro modelo productivo no está tecnologizado, nos transformaremos más despacio todavía”, describe.

Este proceso convive, además, con la polarización que produce la tecnología. “Se están estableciendo empleos vinculados con la tecnología en el top de la escala; se destruye el centro del empleo medio, industrial y administrativo, porque lo puede hacer la máquina; y se mantienen los empleos de muy baja cualificación y salarios, que son tan baratos que no hace falta transformar”, añade la exsecretaria de Estado de Empleo. La precariedad no la inventaron las plataformas, insiste Rodríguez.

Las cuatro características del modelo hegemónico de empleo de los años 70 (indefinido, a tiempo completo, masculino e industrial) se han desdibujado. “Las plataformas han puesto ante nuestros ojos lo que ya estaba pasando”. Aunque haya quien asegure lo contrario, los autónomos no están creciendo en España. “Puede que el colectivo de autónomos esté cambiando su composición, pero las cifras no señalan un aumento. En cualquier caso, habría que repensar el modelo de protección social para un modelo de empleo que cambia. Quizás habría que complementar las cotizaciones con impuestos”.

Los viejos problemas

Si tenemos un mercado laboral en el que el trabajo humano es más barato que la tecnología, no nos transformaremos tan rápidamente".

Los problemas endémicos del empleo español siguen siendo los de siempre: “Más de un tercio de la población trabajadora tiene bajo nivel de estudios, predomina una cultura de la temporalidad y más del 86% de las empresas tiene menos de diez trabajadores”, enumera. A estos se suman ahora problemas de nuevo cuño: “Cómo afecta a mi salud que los ritmos de trabajo me los marque una máquina, cómo me sentiré trabajando al dictado de la inteligencia artificial, cómo vamos a adaptarnos a un entorno laboral conectado las 24 horas del día...”.

¿Tiene sentido en este contexto hablar de renta mínima universal? “Aunque hay que establecer una renta para quienes pierdan su empleo por culpa de la tecnología, estoy más cerca de la renta mínima que establece el pilar europeo”. ¿Deberán cotizar los robots? “Creo que debe haber una fiscalidad vinculada a la tecnología”.