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La desigualdad será peor cuando lleguen los viajes interplanetarios

La antropóloga espacial Savannah Mandel advierte que los problemas de la humanidad no sólo no desaparecerán cuando aterricemos en marte: podrían empeorar

Astronautas huyendo de un planeta (Anton Brzezinski)
Astronautas huyendo de un planeta (Anton Brzezinski)Getty Images

La relación de los humanos y el espacio es un campo de la antropología: estudia los problemas que podrían surgir en un hipotético asentamiento humano en el espacio exterior. Y Savannah Mandel es una de las pocas expertas que se dedican a él en el mundo entero. "Valerie Olson, pionera en el campo y ahora profesora en la Universidad de California en Irvine, estima que hay menos de 100 antropólogos del espacio exterior en todo el mundo", señala Leslie Gutman en una entrevista a Mandel, publicada en Ozy.

Las dificultades para el crecimiento de este ámbito están parcialmente respaldadas por el hecho de que por el momento no es muy factible que un antropólogo con esta especialización viaje al espacio a hacer trabajo de campo.

Sin embargo, Mandel ha resuelto este escollo centrándose en el escalón inmediatamente anterior: las compañías comerciales del emergente nuevo espacio. "Morgan Stanley estima que los ingresos de la industria espacial global podrían alcanzar más de un billón de dólares en 2040", señala Gutman.

Spaceport America fue en 2011 el primer puerto espacial comercial del mundo y ha sido el espacio de estudio para la investigadora. Allí encontró a civiles y militares dispuestos a "arriesgarlo todo" para participar en estas aventuras espaciales. "Creen que el viaje espacial asegura el futuro de la humanidad", asegura a Ozy.

El problema comienza para ella con la mercantilización del espacio -con actividades como la minería espacial- y el efecto que estas nuevas fuentes de riqueza tendrían en las desigualdades globales."Llegar al espacio y minar esos recursos exige una riqueza extrema e incluso más que eso. Aunque hoy en día hay más jugadores en la carrera espacial que hace veinte años, muchos países en desarrollo aún están excluidos de participar en ella debido a la brecha en la riqueza y la innovación tecnológica", señala Mandel en un artículo publicado en The Geek Anthropologist. "Amo el espacio, pero realmente no quiero que dejemos atrás la tierra porque estamos avanzando demasiado rápido hacia un futuro interestelar".

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