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De perros y unicornios: las ‘startups’ encuentran un filón en las mascotas de los ‘millennials’

Nuestra creciente necesidad de que nuestros compañeros animales vivan a cuerpo de rey ha dado a luz un nuevo sector que no dejó de crecer ni en los años de la crisis

Oportuna tabla astronómica del siglo XIX con un perro y un unicornio formando una constelación
Oportuna tabla astronómica del siglo XIX con un perro y un unicornio formando una constelaciónGetty Images

Qué harías si tu mejor amigo dependiera económicamente de ti? ¿Y si jamás fuera a devolverte el dinero que estás invirtiendo en mantenerle a flote? ¿Y si también tuvieras que cuidar de su salud, vigilar su higiene y asegurarte de que no se queda solo cuando te vas de vacaciones? Tú dirás lo que quieras, pero los datos dicen que sumarías tus ahorros a un mercado que mueve 278,36 millones de euros al año. Y tu perro, tan feliz.

El mercado de sanidad y nutrición de perros y gatos en España ha doblado su tamaño desde 2007 y aspira a seguir creciendo. "Hasta los ochenta e incluso los noventa, se veía a la mascota más como el guardián de la casa. Ahora ya es un miembro más de la familia y se invierte más en ellos. Este es un mercado que está creciendo en torno a un 5% anual", explica Pablo González, fundador de Wakyma. Sus palabras las avala una encuesta realizada por la fundación Affinity en 2015: uno de cada tres españoles considera a su mascota mucho más importante que cualquiera de sus amigos.

Mercado de sanidad y nutrición de perros y gatos

Fuente: Veterindustria

Al calor de esta generosa amistad ha nacido un ecosistema de startups pensadas para atender cada necesidad de los animales y sus compañeros humanos. Wakyma, es una aplicación para conectar a los propietarios de mascotas con sus veterinarios. "Es como TripAdvisor: puedes hacer la reserva online, comparar valoraciones verificadas y también damos soluciones de marketing y gestión a las clínicas", explica González.

Los paralelismos entre las startups para humanos y las enfocadas en el reino animal son evidentes. Gudog sería el Airbnb. "Por lo menos el de 2012, que ya no tiene nada que ver. Son personas que alojan a tu perro en su casa, haciéndole formar parte de su familia durante los días que vas a ausentarte", razona Loly Garrido, que fundó la empresa hace seis años y ya ofrece su plataforma -que incluye también servicios de paseo y guardería- en cuatro países distintos.

Vivadogs envía selecciones de productos temáticas y mensuales: juguetes, snacks, productos de higiene, accesorios, comida... "Nuestros clientes son petparents -padres de mascotas-, es decir, sus perros son un miembro más de la familia", explica Rodolfo Vélez, también fundador. Este detalle es clave en nuestra creciente disposición a no escatimar en gastos para que nuestros animales de compañía tengan todo lo que necesitan (y lo que no).

Gasto de los hogares en productos para animales domésticos

Fuente: INE

La tendencia empezó -sorpresa- en Estados Unidos. De acuerdo con una investigación de JWT Intelligence, el 89% de los americanos solteros (en el caso de las parejas, hablaríamos del 91%) consideran que sus mascotas son niños. "Los consumidores están colmando a sus mascotas de lujo, diseño y productos y servicios de alta calidad, como los que elegirían para ellos mismos. Se espera que el mercado global de cuidado de mascotas alcance los 202.600 millones de dólares en 2025", señala la consultora. Los hogares españoles gastaron en 2018 casi 2.000 millones de euros en productos para mascotas, según la encuesta de presupuestos familiares (INE); más de lo que invirtieron en servicios de médicos especialistas.

¿Y quién está protagonizando esta ola? Los jóvenes de la generación Z y los no tan jóvenes millennials. "El perfil de nuestros clientes es ampliamente femenino, con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años. De hecho, para nosotros es un reto poder atraer a otros colectivos con edades más elevadas y con un perfil menos digital. Llegar a ellos no es sencillo para una empresa online", señala Vélez, cuya experiencia coincide con las de González y Garrido. Más allá de la barrera que puedan suponer las competencias digitales, el estudio de la fundación Affinity reveló que la afinidad de los españoles por los animales disminuye con la edad, no varía especialmente por regiones y es ligeramente superior en el caso de las mujeres.

Por otra parte, el aumento de la intensidad afectiva en las relaciones de humanos y animales de compañía y el consecuente incremento del dinero que invertimos en cultivarlas han sido claves en el avance de estas startups, cuyo camino se ha ido allanando en los últimos años. "Ha cambiado muchísimo. Al principio nos costaba mucho explicar el mercado. Los primeros años no había mucho interés y en los últimos todos los inversores saben que el sector está creciendo muchísimo. Al final los inversores, sobre todo aquí en España se mueven por modas", asegura la fundadora de Gudog.

En cuanto a las fuerzas que han impulsado estas nuevas necesidades, González no descarta que figure entre ellas el individualismo moderno. "La evolución del ser humano se hace cada vez más digital, con trabajos que nos absorben cada vez más y menos tiempo para relacionarnos... Se empieza a ver que las mascotas suplen un poco esas necesidades de tener un miembro de la familia que te pueda apoyar", razona. El despliegue de medios técnicos que acompaña a la revolución digital también ayuda, claro, pero no habría bastado antes. "Encontrar a nuestro público hace 20 años nos habría costado mucho más. Hemos cambiado mucho como sociedad y con ello ha cambiado también el vínculo que tenemos con nuestros perros. En mi opinión se trata de un cambio positivo, tras el que subyace un mayor respeto hacia la vida animal", concluye el fundador de Vivadogs.

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