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Qué hacer cuando tu pareja mira al móvil más que a ti

Una de cada tres personas que reconoce haber sufrido este problema admite que ha llegado a sufrir depresión durante un tiempo por este motivo

Alguna vez has tenido la sensación de estar hablando con alguien que presta más atención al móvil que a lo que le estás contando? En ese caso, eres una víctima más del phubbing. Es normal si no lo has escuchado antes; lo raro es que no lo hayas sufrido. El término viene de la combinación de las palabras inglesas phone (teléfono) y snubbing (ignorar), aunque, si lo prefieres, podemos hablar de ningufoneo, tal y como recomienda traducirlo la Fundación del Español Urgente (Fundéu).

Un estudio publicado en la revista Journal of Applied Social Psychology reveló que el ningufoneo amenaza cuatro necesidades del ser humano: el sentimiento de pertenencia, la autoestima, la existencia significativa y el control de las personas excluidas. Los investigadores apuntaban que esta práctica puede ser particularmente dañina, ya que sucede con relativa frecuencia.

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Esta cuestión tiende a agravarse cuando estamos con nuestra pareja. En un estudio de la Universidad Baylor, en Texas, el 46% de los encuestados reconoció haber sufrido ningufoneo por parte de su pareja. Uno de cada cuatro admitió que esta situación le ha llegado a costar discusiones con ella y uno de cada tres afirmó que llegó a sufrir depresión durante un tiempo.

“Con nuestra pareja acostumbramos a tener mucha confianza; esto hace que cometamos más este error con ella que con alguien a quien no conocemos tanto”, explica Silvia Álava, psicóloga educativa y escritora. Aún así, recuerda que las pantallas pueden jugar un papel muy positivo siempre que se utilicen correctamente. “El problema viene cuando las usamos para evitar a la otra persona, pero un mensaje de Te quiero, Qué guapo estabas esta mañana o Me acuerdo de ti siempre puede ayudar a la relación”.

En ocasiones, utilizamos el móvil como un chupete emocional para no enfrentarnos a lo que estamos sintiendo

Silvia Álava, psicóloga educativa y escritora

No obstante, los diálogos digitales no puede sustituir a la interacción presencial y hay momentos en los que se resulta imprescindible el cara a cara. “Una conversación importante debe tener el espacio que necesita, que es un espacio con proximidad física. Para cuestiones trascendentes, habría que evitar incluso la llamada telefónica, porque se pierden muchos matices”, recomienda Álava.

Para evitar caer en el ningufoneo es importante consolidar buenos hábitos. Uno de los más recomendables tiene lugar en el comedor, un espacio donde las pantallas tienen más capacidad de poner distancia en la pareja. Las personas que miran el móvil mientras comen en compañía disfrutan menos de su comida y se sienten menos comprometidos que quienes prefieren no recurrir a la tecnología en la mesa, de acuerdo con un informe de Journal of Experimental Social Psychology

Las vacaciones pueden convertirse en el momento perfecto para que las parejas realicen actividades diferentes y retomen costumbres perdidas que les permitan alejarse de las pantallas. Y es que recurrir a los dispositivos electrónicos a la primera de cambio puede ser un síntoma de que algo no funciona. El móvil nos puede servir como un remedio contra el aburrimiento en un momento determinado, pero corremos el riesgo de consolidarlo como un refugio para escapar de nuestros problemas personales y de pareja. “En ocasiones, utilizamos el móvil como un chupete emocional para no enfrentarnos a lo que estamos sintiendo”, indica Álava.

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La psicóloga no considera que necesariamente haya que tomar una solución radical como apagar el móvil e invita a ponerse objetivos que se puedan cumplir. “Podemos reservar momentos a solas con nuestra pareja, sin interferencias de la tecnología”, propone. “Dejar las pantallas de lado durante media hora o una hora al día y dedicarnos exclusivamente a conversar”.

El mero hecho de enviar mensajes de texto mientras estamos manteniendo una conversación hace que esta resulte menos satisfactoria, según un informe publicado en Computers in Human Behavior. Tener el teléfono demasiado a mano ya puede traernos problemas: nuestro móvil es capaz de distraer nuestra atención incluso cuando está apagado. Otro estudio, de la revista académica Journal of Social and Personal Relationships, descubrió que, cuando hay una pantalla presente, aunque nadie la utilice, las personas que están cerca se sienten menos conectadas entre sí.

Desde EL PAÍS RETINA, nos hemos confabulado con la plataforma Empantallados para crear El verano de tu vida, una serie de contenidos en los que trataremos de entender los síntomas que nos indican que nos estamos pasando de la raya con la tecnología durante nuestras vacaciones y explicaremos cómo hacer un uso responsable de los dispositivos tecnológicos en verano.

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