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‘Blockchain’: el aliado perfecto del voto por correo

La lentitud del proceso, la falta de facilidades o la poca transparencia de cara al ciudadano son algunos de los problemas que giran en torno al voto a distancia. ¿Puede ser la cadena de bloques la solución?

Decenas de personas hacen cola este jueves en una oficina de Correos de la capital para poder votar por correo en las elecciones del próximo 28A.
Decenas de personas hacen cola este jueves en una oficina de Correos de la capital para poder votar por correo en las elecciones del próximo 28A. Carlos Pérez (EFE)

A falta de tan solo unos días para que los españoles acudan a votar a las urnas para elegir el Gobierno que dirigirá el país durante los próximos cuatro años, la tecnología sigue siendo un elemento clave en cualquier proceso electoral. De acuerdo con un estudio de IDEA en 2017, de un total de 183 países estudiados, más de 160 cuenta con algún sistema tecnológico en alguna de sus fases, aunque aun sigue siendo un proceso muy manual y dependiente de las personas implicadas en el mismo. De hecho, en 2018 solo 7 países habían incorporado el voto electrónico a sus procesos electorales.

Sin embargo, desde la aparición de la tecnología blockchain en los últimos años, se empieza a poner el foco en conseguir un proceso electoral mucho más automatizado y, sobre todo, más transparente y justo. De hecho, en la actualidad ya hay algunos países que han comenzado a utilizar esta tecnología, a modo de pruebas, con el fin de conseguir una mayor transparencia y seguridad en la contabilidad de los votos. Sin ir más lejos, en 2018, Sierra Leona se convirtió en el primer país del mundo en usar blockchain para registrar el 70% del conteo de sus elecciones a la presidencia.

Una mujer vota en las elecciones presidenciales en Sierra Leona en 2018.
Una mujer vota en las elecciones presidenciales en Sierra Leona en 2018.Getty Images

Pero ¿qué puede aportar esta tecnología a los procesos electorales? En la actualidad, la mayoría de las elecciones en todo el mundo se llevan a cabo mediante el uso de papeletas por parte de los votantes, lo que permite agujeros de seguridad y fraude. En este mismo contexto, esta tecnología permitiría que toda la información recopilada, relacionada con los votos, se pudiera subir a una red blockchain con el fin de garantizar la inmutabilidad y la transparencia de cara a todos los ciudadanos.

Así, al guardar en una red blockchain los resultados parciales y finales de cada centro de votación, dispondríamos en todo momento de una plataforma segura y transparente tanto de gestión como de provisión de información. Los datos guardados no podrían ser alterados y las eventuales correcciones siempre dejarían rastro y habría que guardar igualmente las justificaciones correspondientes para que fueran comprobadas y, finalmente, validadas. Además, se podrían establecer mecanismos de control de acceso a la información para que solo las personas indicadas accedieran, consultaran y validaran la información debida.

Blockchain puede garantizar inmutabilidad y transparencia de cara a los ciudadanos

En definitiva, las autoridades electorales podrían tener la visión global de toda la información, mientras que los ciudadanos u otros actores podrían eventualmente tener acceso a información más generalizada si así se estima oportuno.

Uno de los mayores dolores de cabeza de los gobiernos en los actuales sistemas electorales de todo el mundo es el voto por correo. La lentitud del proceso, la falta de facilidades o la poca transparencia de cara al ciudadano son algunos de los problemas que giran en torno a este sistema de voto.

En este aspecto, blockchain podría ayudar a mitigar la desconfianza que el ciudadano tiene una vez ha emitido su voto en la distancia. ¿Cómo? La tecnología ayudaría a brindar su trazabilidad, ofreciendo transparencia al elector respecto a si su voto ha sido contabilizado o ha ocurrido alguna incidencia durante el proceso, algo que no es posible en el actual sistema electoral ya que el ciudadano una vez que envía la documentación por Correos no vuelve a saber nada sobre su voto.

El proceso sería el siguiente:

1. El ciudadano podría seguir solicitando el voto por correo de forma tradicional.

2. En el momento en el que el órgano correspondiente del Censo Electoral aprobara su solicitud, se generaría una entrada ("Estado a fecha y hora determinada: Solicitud Procesada") que se registraría en blockchain, representando esa solicitud concreta de opción a voto.

3. Ese registro tiene asociado un identificador en forma de hash que permite obtener la dirección origen y que, a través de un explorador de transacciones de la red, puede obtener toda la información guardada.

4. El votante, cuando recibiera en su domicilio la documentación necesaria para emitir su voto, además recibiría ese identificador hash para consultar en la dirección blockchain que representa su voto modelado —tokenizado—, así como la dirección en internet donde puede acceder al explorador de bloques. Por supuesto, si en ese momento consulta dicho explorador de transacciones, este recuperará la información actualizada desde blockchain y encontrará un mensaje al estilo de "Estado a fecha y hora determinada: Documentación entregada en domicilio votante"

5. Por último, el votante, después de realizar el envío de su voto, y en el momento en que se ha cerrado el conteo, podría consultarlo nuevamente y vería algo así como "Estado a fecha y hora determinada: voto contabilizado" o bien "Estado a fecha y hora determinada: voto nulo por no haber enviado documentación"

Sin embargo, el futuro de cualquier jornada electoral pasa por un proceso completamente digital y automatizado, y blockchain aquí podría aportar grandes beneficios. En un primer lugar, sería interesante aprovechar la capacidad de tokenización, es decir, la capacidad de modelizar digitalmente algo para representarlo dentro de la propia red y operar con ello.

Así, tokenizaríamos el proceso electoral de la siguiente forma: antes de emitir los votos, definiríamos de forma segura cuál es el número total de personas que puede votar y asignaríamos a cada persona la titularidad intransmisible del voto a emitir. Con ello comenzaríamos a limitar las posibilidades de fraude: no pueden aparecer más votos de la nada y el sistema podría confirmar quién es el responsable de cada uno de ellos, evitándose suplantaciones de votos.

También podríamos definir el período de validez de dichos votos, anulando todos aquellos que se hubieran producido fuera de la fecha asignada. Y finalmente, podríamos seguir aplicando las ponderaciones de los votos según las condiciones establecidas de forma pública y asociadas en el momento inicial de la citada tokenización del proceso electoral. De esta forma, la publicación de resultados se haría más eficiente en cuanto a tiempo, precisión y transparencia.

Sergio González es Head of Blockchain technology and R&D Innovation Programs en atSistemas.

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