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Los robots no tienen tacto, pero lo necesitan tanto como tú

El departamento de investigación en inteligencia artificial de Berkeley trabaja en un sistema que permita a los robots "sentir" la superficie de los objetos que manipulan

Barbero robótico (1957)
Barbero robótico (1957)Getty Images

Te imaginas que tuvieras que escribir a máquina sin tener tacto en los dedos? ¿Cómo encenderías una cerilla sin este sentido? Si ya te cuesta encajar la llave en la puerta de tu casa cuando vas piripi, imagínate el festival que organizarías para encajarla con un par de manos insensibles. Nuestra habilidad nata para procesar información de cuanto tocamos o nos toca nos hace la vida infinitamente más fácil.

Los robots tienen el mismo problema, y su ya limitada visión artificial no basta para solventarlo. Cuanto más sutileza, precisión y delicadeza exige la interacción, más necesario es que el robot 'sienta' el objeto que está manipulando. Este es el reto que se han propuesto Frederik Ebert y Stephen Tian, del departamento de investigación en inteligencia artificial de Berkeley (BAIR). "Aumentar las capacidades de los robots con este sentido crucial sigue siendo una tarea desafiante", admiten en el blog de la entidad.

Como era de esperar, su propuesta contiene sensores. "Están compuestos de un gel deformable, basado en elastómeros, retroiluminado con tres LEDs de colores y generan imágenes de alta resolución del contacto en la superficie del gel", precisan. De este modo, cuando un objeto roza el gel, el sensor genera un perfil geométrico de este y lo emplea para inferir, por ejemplo, la fuerza que necesita aplicar al manipularlo.

A la izquierda, la imagen generada al contactar el gel con el objeto. A la derecha, un momento de la interacción entre este y el sensor.
A la izquierda, la imagen generada al contactar el gel con el objeto. A la derecha, un momento de la interacción entre este y el sensor.BAIR

Los investigadores han aplicado este sistema en tres modos de manipulación. En la primera, el robot tenía que recolocar una pelota en una ubicación específica. En la segunda, se sometía a la aparentemente sencilla tarea de manipular un joystick en un videojuego. "Este ejercicio es particularmente interesante porque desviar el joystick muchas veces requiere interrumpir y retomar el contacto", explican. Por último, el robot se enfrentó a un dado de 20 caras. Su misión era girarlo hasta colocarlo sobre el lado especificado.

"El uso de esta combinación de algoritmos y sensores para el control parece prometedor y, combinado con el uso de visión artificial, podría poner a nuestro alcance tareas más complicadas", explican los investigadores. El reto ahora es aplicar estas interacciones a tareas de manipulación más complejas.

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