_
_
_
_
_

Hay un hombre del Renacimiento jugando en los Boston Celtics

Jaylen Brown se mueve entre la cancha y el aprendizaje de tropecientas disciplinas ajenas al deporte. Así expuso su visión sobre tecnología, educación y justicia social en el MIT

A ti te han llamado para hablar en el MIT? A mí tampoco. A Jaylen Brown sí. El jugador de los Boston Celtics ha sido cabeza de cartel en la última de las ML Talks que organiza el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) para discutir sobre creatividad, diseño, inteligencia artificial, ética, derechos humanos... Y también estuvo en Harvard, hablando de educación. Y en la semana de la moda de París. Y en el Bloomberg Technology Summit. Y con tantos saraos, se nos va a olvidar que hace un par de días arrancó nueva temporada en la NBA.

Jailen Brown hizo prácticas en una firma californiana de capital riesgo

"Muchas veces vemos esto como algo separado: educación, tecnología, deportes, música... Y muchas veces olvidamos construir puentes y conexiones", razona. Su interlocutor es David Sun Kong, director de la iniciativa comunitaria de Biotecnología del MediaLab del MIT. Y biólogo. Y DJ. Y Fotógrafo. "¿Qué opinas del aprendizaje antidisciplinario", pregunta al deportista. Aunque Brown ha interrumpido temporalmente sus estudios en Berkeley para dedicarse de lleno a sus obligaciones en la NBA, su formación está en constante movimiento.

Aprendió castellano por su cuenta. Toca el piano. Hizo prácticas en Base Venture, una firma californiana de capital riesgo. Está aprendiendo árabe. Hizo sus pinitos en bahasa, la lengua indonesia, cuando visitó el país durante sus vacaciones. "Quiero profundizar en ello, no necesariamente llegar a hablarlo con fluidez, pero sí ser capaz de traducir. Creo que intentar comunicarte con la gente en su idioma tiene un gran poder", señala. También empezó a tocar la guitarra por la vía autodidacta, aunque ahora va a clases.

David Sun Kong, Kade Crockford y Jayden Brown durante su intervención en el MIT
David Sun Kong, Kade Crockford y Jayden Brown durante su intervención en el MITMIT MediaLab

¿Qué estás leyendo ahora?, pregunta Sun Kong.

Un libro llamado Tipos de cerebros. Me lo dio el médico del equipo. Es raro, pero muy entretenido. Entender los cerebros de la gente te ayuda a interactuar con ellos.

Brown no ha hecho ascos ni a Twitch, la popular plataforma de streaming para gamers. Y eso que en el instituto se dedicaba a tareas tan americanamente castizas como capitanear el equipo de ajedrez. "Creo que es lo mejor que aprendí de niño, porque cuando empecé a tomar decisiones duras como elegir una universidad, el ajedrez me ayudó a pensar a largo plazo".

Jaylen Brown ha tenido que soportar ser considerado por algunos como "demasiado listo para estar en la NBA" o incluso "para su propio bien". Además de haber tachado estos comentarios como racistas, no se considera especialmente distinto de otros deportistas y procura distanciarse de quienes intentan callarle con argumentos como: "Te estamos pagando millones de dólares, no queremos verte en el MIT, no queremos verte hablar de educación. Solo queremos verte en Boston jugando a baloncesto".

"Esto ha cambiado mucho en los últimos años. La sociedad pone mucha presión en que los atletas solo sean atletas. Los atletas tienen una influencia y una voz. Mi obsesión es que no me encasillen", comenta. La epifanía la tuvo en el despacho de P. Diddy -rapero, coreógrafo, actor, productor y empresario-, con el que se reunió por mediación de un amigo común. "Él estaba intentando venderme Aquahydrate —la marca de agua alcalina que financia con Malk Walberg, entre otros—, pero yo no estaba interesado. Me preguntó: "¿Por qué estás aquí?". Entonces empecé a pensar en cuál es mi influencia y mi propósito y en cómo puedo ayudar a la gente".

Que su voz suene con fuerza en materias de discriminación racial es en parte consecuencia de su paso por Berkeley. "Empecé a aprender sobre las múltiples desigualdades e injusticias sociales. Hay un nombre para los sutiles estereotipos racistas que se ven en los sistemas educativos. No lo sabía, pensaba que era algo casual. Cuando descubrí que esto ocurre por diseño, empezó a apasionarme". Y por eso es firme defensor de la educación como vía para construir un equilibrio social real. "Espero ser parte de una generación en que todo empiece a ser más igualitario. De modo que podamos implicarnos, no solo como gente de negocios, profesores o expertos en tecnología, sino como seres humanos".

Más información
Qué puede aprender un emprendedor del cantante de Iron Maiden
De los porros de Elon Musk a los excesos de John McAfee o la coca de Sean Parker

En el camino a ese futuro, Brown recomienda a los estudiantes del MIT compartir aquello que aprenden, para maximizar los beneficios de su conocimiento. "Muchas academias son muy privadas y retienen su información. Extiende la palabra, tío. La gente como yo está feliz de leer sobre biomecánica. Y este tipo de cosas es lo que va a impulsar los cambios y va a afectar a nuestro futuro".

¿Existe equilibrio entre el Brown deportista y el activista? "No hay dicotomía", insiste. "Soy la intersección de todo. Represento a los Celtics, a la Universidad de Berkeley, a mi familia, a mí mismo... Cuando salgo a la calle, soy parte de todo eso. Y hay puentes: entre el baloncesto y la tecnología, entre la tecnología y la educación. La clave es mirarlos en su conjunto, no como entidades separadas". Entonces, ¿qué opina de la antidisciplinariedad el baloncestista renacentista? "Descubrí ese término hace media hora, pero creo que es básicamente aprender diferentes cosas y combinarlas. Y entiendo que es el motivo por el que estoy aquí".

Brown jugando contra los San Antonio Spurs
Brown jugando contra los San Antonio Spurs

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_