Un cortometraje español para celebrar la historia de Pac-Man
La escuela valenciana Primer Frame ha logrado que un grupo de principiantes de la animación concluya en 21 meses una película basada en el popular videojuego
Un niño entra a un recreativo. Son los años 80 y los salones de videojuegos esconden brillantes tesoros. Como el laberinto por el que zigzaguea una bola amarilla que abre y cierra la boca. Frente a esta máquina, hay una niña que juega muy bien. El recién llegado se embelesa con su habilidad.
Este es el primer minuto del emocionante Lifetime, un cortometraje oficial de Comecocos creado por los alumnos de la escuela de animación y videojuegos Primer Frame (Valencia). Lifetime traza una metáfora de la vida, el amor y la distancia con Pac-Man como epicentro. El logro es más asombroso cuando se tienen en cuenta las circunstancias de su creación.
Emmanuel, Álex, Marcial, Jesús, Claudia, Lohan, Irene, Nacho, Paula, Eneas y José. Son los 11 alumnos del máster de animación de Primer Frame. Hace 21 meses no sabían animar. Cien mil horas después, estrenaban un corto para Bandai-Namco, una de las empresas más longevas de la historia del videojuego. Carlos Escutia, CEO de Primer Frame, explica cómo es posible esa transformación: “Echándole muchísimo trabajo. A veces, de sol a sol”.
Primer Frame es una rara avis en el panorama académico español. No está adscrita a ninguna universidad y su enfoque es práctico. En la misma sede mezclan a los alumnos que cursan estudios de animación y videojuegos con la empresa audiovisual Frame Over. “Nos caracterizamos por alejarnos del formato académico”, resume Escutia. Los alumnos se benefician de aprender con profesionales que han trabajado con Guillermo del Toro (El libro de la vida) o Álex de la Iglesia (Las brujas de Zugarramurdi). En las tres titulaciones que ofrecen —máster en animación, en videojuegos y especialidad en diseño y animación 3D de personajes y entornos— el enfoque es el mismo, con énfasis en realizar trabajos que sean una prueba de fuego real con un cliente.
En la primera proyección del cortometraje, los alumnos enumeraban los desafíos vividos. Que si el perro fue lo más difícil de animar, por tener el doble de patas de un humano (sic). Que si sintetizar dos vidas en 10 minutos era muy complejo… Pero el pensamiento más repetido fue la fascinación por compartir una historia. “Queremos que la gente sienta viéndolo lo que nosotros sentimos haciéndolo”, repitieron varios de los creadores de Lifetime. Su vida como animadores no ha hecho más que empezar.
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