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‘Apps’ móviles: cómo sobrevivir y no morir en el intento

Colarse en un 'smartphone' es fácil. Conseguir un lugar permanente está sólo destinado a unas pocas aplicaciones. ¿Qué tienen en común las más exitosas? Te lo explica el fundador y director ejecutivo de Ofertia

Getty Images

La pantalla del móvil es muy pequeña para la cantidad de apps que existen tanto para Android como para iOS. Los más de 27 millones de usuarios activos de aplicaciones que hay en España tienen instaladas una media de 17,8 en su smartphone, según el informe Mobile en España y en el Mundo 2017 de Ditrendia. Nos las presentan como herramientas útiles, pero la realidad es que pasado un mes tan sólo un 5% de las que se descargan siguen en nuestro móvil.

Parece claro, pues, que el verdadero reto de las apps no es tanto que las instalemos como que las mantengamos. En muchas ocasiones, la retención de una aplicación no solo depende de la utilidad que veamos en ella, sino también de la capacidad de almacenaje de nuestro Smartphone. Y es que, puestos a liberar espacio del móvil, lo primero que enviamos a la papelera son apps. En este contexto tan competitivo los desarrolladores tienen que ser capaces de crear un producto diferencial y a medida del consumidor que fusione innovación y creatividad para dar como resultado una app de éxito.

Parece claro, pues, que el verdadero reto de las apps no es tanto que las instalemos, como que las mantengamos.

El denominador común de aquellas aplicaciones que están en cualquier teléfono inteligente, tenga la edad que tenga su usuario y se dedique a lo que se dedique, es que han conseguido conectar una necesidad (ya sea propia o provocada) con una recompensa que crea adicción, que hace que quieran volver a utilizarla. ¡Es pura psicología!

Conocer perfectamente qué problema solucionan al usuario y qué tipo de valor ofrecen (funcional, social o emocional) es básico para ofrecerse de una manera diferencial y adictiva.

Un ejemplo de aplicación funcional exitosa es WhatsApp. En 2016, esta app tenía solamente el 55% de cuota de mercado dentro de las apps de mensajería. Actualmente, 1 de cada 7 personas en el mundo la tienen instalada en su móvil. ¿Por qué ellos y no Telegram, Line o Facebook Messenger? Básicamente porque han escogido como valor central la funcionalidad y un diseño con una interfaz muy simple y muy estándar que ayuda a optimizar la app técnicamente para que sea ligera y rápida. Estas cualidades, aunque aparentemente básicas, permiten a Whatsapp tener una altísima penetración en países menos desarrollados en los que los dispositivos móviles no tienen tanta memoria ni buenas conexiones y, por lo tanto, la velocidad de carga es menor.

El problema que WhatsApp soluciona es muy básico y común: el poder comunicarse de manera efectiva y gratuita, consiguiendo reemplazar al antiguo SMS. Además, WhatsApp también se nutre de los llamados network effects. Esto es, que a medida que la red de gente que usa la app aumenta, más interés y utilidades se pueden obtener. En cualquier app social este efecto ayuda al crecimiento exponencial de su adopción y al mantenimiento del uso de manera sostenida a lo largo del tiempo.

Con valor social y emocional tenemos a Instagram. Ellos crearon la necesidad de compartir todo aquello que vivimos mediante fotografías, cuya recompensa no es otra que obtener likes y ser reconocido socialmente. Con Instagram podemos ser unos fotógrafos profesionales magníficos solamente aplicando ciertos filtros a una imagen que de otra manera sería muy normalita. Esta autosatisfacción se suma al magnífico concepto de followers, usado en multitud de plataformas sociales, donde el número indica, aunque solo sea una percepción, lo querido que eres. Esto incide en una parte muy básica de nuestro ser: el ego.

El problema que Instagram soluciona es el de la necesidad de reconocimiento y aceptación social. Esta combinación hace que queramos ser cada vez más visibles, más gustados y más queridos, pero también que seamos curiosos y queramos ver qué hacen nuestros amigos y cuán queridos son ellos. Una competición social con un impacto emocional de satisfacción o frustración que hace de Instagram una app de frecuente consulta y uso.

En el caso de Ofertia intentamos crear un app funcional que ayudara a ahorrar en todas las compras locales de manera fácil y geolocalizada, y es en esta utilidad y en la satisfacción de ahorrar en la que hemos encontrado la manera de permanecer en los móviles de nuestros usuarios a lo largo del tiempo. Con funcionalidades como el envío de notificaciones inteligentes basadas en tus gustos y preferencias, la posibilidad de llevar siempre encima las tarjetas de fidelización de las tiendas, o creando una lista de la compra, hemos conseguido acompañar al usuario en diferentes momentos del proceso de compra, que aunque a veces un poco tedioso, es una parte muy básica y muy recurrente de nuestras vidas.

Si aportamos valor y este genera satisfacción se aumenta la posibilidad de sobrevivir en el móvil y no morir en el intento.

Jaume Betrian es co-fundador y Director Ejecutivo de Ofertia.

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