El objetivo: escapar de la ‘carrera de la rata’
Las obligaciones autoimpuestas nos convierten en una mascota que da vueltas en una rueda de la que no podemos escapar
Somos inconformistas. Cada etapa cumplida y cada objetivo logrado, en ocasiones, no llenan nuestras expectativas, que nos invitan a seguir sumando, a continuar subiendo en una escala evolutiva personal y profesional cuya cumbre es difícil vislumbrar. En la mitología griega, la ambición era, en ciertos casos, castigada por los dioses. Es el caso del rey Sísifo, condenado a repetir la misma inútil acción de empujar una roca enorme hasta la cima de una montaña, sólo para verla rodar ladera abajo una y otra vez.
Evitar el destino de Sísifo es una ambición generalizada. Aun así, no podemos evitar experimentar frustraciones similares a lo largo de nuestra carrera profesional. Muchos han integrado una paradoja con la que intentan huir de un trabajo que no aporta sentido a sus vidas y les exige un esfuerzo que nunca parece dar frutos. Se encuentran inmersos en la rat race, una metáfora que hace referencia a los roedores de laboratorio que dan vueltas, en su rueda, durante horas, sin llegar a ninguna parte.
“Se traslada al universo emprendedor como estímulo para buscar modelos alternativos de relación con el trabajo y de valores. Modelos que conjuguen libertad profesional y desarrollo personal”, explica Fabiola Mancinelli, antropóloga y profesora asociada en la Universidad de Barcelona, investigadora del movimiento de nómadas digitales, que añade: “Huir de la carrera de la rata significa salirse del esquema, escaquearse de un entero sistema de valores basado en la mera acumulación de bienes materiales y proponer alternativas: trabajar con autonomía, flexibilidad y reducción de horarios, pero también vivir con menos, dedicarse a profesiones que contribuyan positivamente a la sociedad, incluso elegir vivir en lugares alternativos a las grandes ciudades”.
Para Javier Megías, CEO y cofundador de Startupxplore, en la carrera de la rata entran en juego aspiraciones autoimpuestas: “Trabajar duro dejándolo todo al lado, testear el producto, lanzar rápido y equivocarse, hacer muchos pitches, conseguir inversión, fichar un gran equipo, acudir a eventos a contar tu éxito antes de que suceda y finalmente, si hay mucha suerte, vender la empresa que tanto te ha costado crear por una cantidad relevante de millones”. Megías confiesa haber vivido de primera mano su propia Rat Race: “Haciendo lo que supuestamente se espera de nosotros sin pararnos a pensar si es lo que queremos, por qué lo hemos montado etc.".
También Gonzalo Torres, country manager España para Hopwork, plataforma para que las empresas encuentren a freelances locales, ha sufrido los efectos de esta carrera infinita en personas de su entorno: “He llegado a perder amigos y socios, reconozco que me genera una decepción enorme. Las motivaciones llegan cuando consigues enfriar la cabeza para tomar buenas decisiones.”
El problema de una carrera de ratas, es que aunque ganes, seguirás siendo una rata.Lily Tomlin, actriz y guionista estadounidense
Pérdida del espíritu crítico y la visión global
A la hora de analizar el momento en el que decidir cuándo detenerse a tiempo en la Rat Race, los entrevistados coinciden en recordar los motivos primigenios que les impulsaron a dar el primer paso: “¿Cuál era ese gran problema que había en el mundo que querías resolver y todas las cosas que dijiste que no harías?, confrontarlo con tu día a día”, cuenta Javier Megías.
Gonzalo Torres pone de relevancia la educación: “No me refiero sólo a la educación académica, a la educación social que recibimos. Mucha gente empieza a crear negocios sin objetivos claros y sin una base sólida o un plan lo suficientemente definido.”
La primera vez que se acuñó el término rat race fue para que el estadounidense Rober Kiyosaki, autor del best seller Padre rico, Padre pobre, se refiriera a la forma de vida de la clase media norteamericana, centrada en la formación como única vía para conseguir un empleo estable y así poder casarse, tener hijos, adquirir propiedades etc.
Kiyosaki lo define como la situación en la que los gastos crecen al mismo ritmo que los ingresos, por lo tanto, cuanto más se gana, más se gasta. En definitiva, se pierde la autoría de los propios actos, ya sea por convencionalismos, pérdida de foco, que llevan a quedar atrapado en una rueda sin fin. “No hay más que mirar alrededor para comprobar la cantidad de personas que están metidas, sin saberlo ni desearlo, en una terrible carrera de ratas de la que no saben salir. No tienen inteligencia financiera y creen que la vida es así”, apuntan Rafa Goberna y Jorge Serrano, socios consultores de Go Consulting, consultoría en desarrollo de personas y organizaciones.
Si trasladamos el término al ámbito del emprendimiento y las startups dentro y fuera de nuestras fronteras, los expertos consultados hablan de falta de espíritu crítico y visión general, que ocasiona pérdida de atención a los aspectos que realmente van a obstaculizar o facilitar la puesta en valor de una idea. Go Consulting continúa: “ El creativo tiene ideas originales y el emprendedor pone en el mercado una idea novedosa por la que alguien está dispuesto a pagar. Un creativo que no sea emprendedor difícilmente recorrerá la dura carrera de obstáculos que representa poner un producto o servicio en el mercado. Y es en esa carrera de obstáculos en la que los emprendedores pueden perderse y no cuestionarse entrar en una competencia feroz y desgastadora”.
La metáfora de las sociedades de capitalismo avanzado
A pesar del dinamismo intrínseco a la imagen de la rat race, las ratas a la carrera buscan una imposible estabilidad, uno de los valores de la sociedad capitalista: solvencia financiera, que no es extrapolable, sin embargo, para Fabiola Mancinelli, dentro de las experiencias del nomadismo digital. “Esta clase emergente de profesionales autónomos, freelance y emprendedores se lleva el trabajo de viaje, opta por un estilo de vida en que el tiempo de trabajo se mezcla con ocio y desarrollo personal, por lo que anticipan las actividades que se suelen aplazar para el momento de la jubilación. Viajan y producen al mismo tiempo”.
Todos los nómadas digitales son freelance, pero no todos los freelance son nómadas digitales, con lo cual, Gonzalo Torres también incide en la evolución tecnológica que estamos viviendo, el periodo posterior a la crisis coyuntural sufrida en España y el perfil de las nuevas generaciones que están entrando en el mercado laboral: “Históricamente no podíamos estar en mejor momento. Para las empresas, es complicado disponer de todos los perfiles en plantilla que necesitan para cubrir las nuevas disciplinas aparecidas que están evolucionando tan rápido. Cada vez cobra más fuerza el concepto de empleados a proyecto o los nuevos freelances especializados en sus pasiones profesionales”.
En cualquier caso, el universo emprendedor se encuentra orientado a resultados. Esto genera una efectividad notable a la hora de desarrollar nuevas oportunidades de negocio, pero en contraposición, puede repercutir en una obsesión y de nuevo, pérdida de vista de factores realmente importantes: la ética, el entorno personal, las relaciones sociales.
Ahí es, precisamente, donde se inicia la carrera de la rata que puede hacer desvirtuar el foco del desarrollo y la proyección personal. “Los profesionales actuales buscan entender, relacionar conceptos y tomar decisiones acertadas. Poseen los conocimientos básicos y a partir de ellos, los emprendedores quieren acompañamiento durante el proceso, poder contrastar y reflexionar en voz alta. Tener una red social adecuada es básico para la salud del emprendedor y del proyecto”, analiza Go Consulting.
Para Mancinelli, hay luz al final del túnel en plena rat race: "Los que deciden salir, hablan de su experiencia como de un salto al vacío, conscientes de que salir del sistema supone un alto riesgo y requiere mucha creatividad, para inventar un modelo de negocio que haga sostenible financieramente la elección de un nuevo estilo de vida”.
En consultoría, según Rafa Goberna y Jorge Serrano, una máxima reza “el dolor del cambio ha de ser menor que el del no cambio” y es necesario que las organizaciones se transformen para estar en un proceso de adaptación continua para detectar el momento y tomar la decisión de empezar a hacer las cosas diferentes. Es su responsabilidad conocer las características necesarias para mantener vivo un proyecto, entre otras, según los expertos: madurez personal, espíritu crítico y capacidad de asumir riesgos.
En palabras de Lily Tomlin, actriz y guionista estadounidense: "El problema de una carrera de ratas, es que aunque ganes, seguirás siendo una rata". Detén tu rueda a tiempo.
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