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Tecnología y turismo: objetivo, “viajar como Madonna”

La digitalización en el sector turístico busca que los usuarios obtengan paquetes personalizados y alejados de trámites burocráticos

España es prácticamente sinónimo de turismo. Este sector, con una aportación al PIB del 11%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, se ha convertido en la punta de lanza de la creación de empleo y de generación de riqueza. Con la previsión de 80 millones de visitantes para este año, solo Estados Unidos recibirá a un número mayor de personas extranjeras. Al margen de grandes cifras, los actores turísticos buscan resolver el desafío de la digitalización. Un proceso que les ha sacudido en los últimos tiempos y por el que navegan con mucha incertidumbre.

Fernando García, adjunto a la presidencia de Iberostar, es consciente de que la tecnología posibilita una interacción diferente con las clientes, pero compaginada con la tradición de sus servicios. “Herramientas como ‘MyRoom online’, en la que los usuarios ven en vídeos de 360 grados cualquier habitación antes de comprarla, son importantes; pero estas personas también nos demandan el cara a cara con nuestros empleados”, comenta. Precisamente, su grupo utiliza una app con la que informar sin tener que acudir o llamar a la recepción del hotel de problemas en las estancias o en el cualquier parte del recinto hotelero.

>Una de las grandes obsesiones del sector turístico es cómo conjugar el verbo cooperar. Cuando alguien planea un viaje, compra billetes de avión, busca alojamiento, información del destino… en definitiva, incorporar una experiencia a su vida. Según datos del sector, un turista mira hasta en 19 sitios web diferentes para reservar un hotel. Ante esta realidad, tal y como argumenta Rubén Sánchez, fundador de la startup BeonPrice, hay que encontrar espacios comunes para innovar conjuntamente. “La tecnología es la que está transformando el sector”, precisa. Esta misma idea es la que comparte Pere Ripoll, director de desarrollo de negocio de Telefónica. Prefiere hablar de hiperconectividad y entiende el gran recorrido que tiene el big data para el sector. “No puede ser que Booking o Expedia sepan más de los clientes que una cadena hotelera si pasan mucho menos tiempo en su página web”, zanja. En esta búsqueda por una experiencia completa, la personalización y tener todo al alcance de un solo clic se torna en trascendental para las empresas turísticas.

Muchos de los implicados afirman que la mentalidad innovadora de los grandes hoteleros continúa siendo muy conservadora.

Como aseguraba Ripoll, hay que "intentar que viajemos como Madonna". Es decir, sin tener que preocuparnos por nada y con un séquito alrededor que te dé lo que demandas. Como si lleváramos un asistente digital permanente. Difícil que todos los clientes se conviertan en referentes del pop, aunque algunas plataformas ya se están dando prisa en que la diva reserve con ellos. Airbnb, por ejemplo, se ha planteado incluir un motor de búsqueda de vuelos para no quedarse únicamente en ser una web que ofrece alojamientos y planes para la ciudad que se visita. “Al final, el usuario gana con todas estas iniciativas porque todo es más rápido y más útil. Las reglas del juego han cambiado”, concluye Alexis Batlle, CEO de Avuxi.

El tiempo corre en contra de muchas empresas del sector y luchan a marchas forzadas por entender la digitalización en el turismo. Muchos de los implicados afirman que la mentalidad innovadora de los grandes hoteleros continúa siendo muy conservadora. Cuando empezaron en este negocio, su vocación tecnológica era nula. Sin embargo, han tenido que comprender que la realidad aumentada, la virtual o la robótica forman parte de su presente. “Tenemos el deber de vincular la tecnología con el turismo. El emprendimiento, por ejemplo, es una iniciativa más que ayuda a mejorar nuestro entorno”, apunta García.

En mi hotel solo hay robots

El Yotel de Nueva York y el Henn-na de Nagasaki (Japón) son los dos primeros hoteles gestionados por robots exclusivamente. Los autómatas reciben a los clientes para hacer el check-in, limpian las habitaciones, recogen el equipaje o reparten el servicio de habitaciones. El creador de esta iniciativa pionera en el país nipón en 2015 es Hideo Sawada. En su opinión, este tipo de establecimientos no son un engaño para los clientes, sino un esfuerzo serio para utilizar bien la tecnología y mejorar la eficiencia. "Quería destacar la importancia de la innovación y evitar que los precios de los alojamientos se dispararan aún más", destacó en la presentación del hotel.

El avance tecnológico ha permitido crear un abanico de oportunidades impensable años atrás. Una de esas rendijas que se ha abierto recientemente es la de incorporar perfiles profesionales ajenos al turismo. Ingenieros informáticos o analistas de datos forman parte de las plantillas en pie de igualdad con un metre o un chófer. “Hay un demanda altísima actualmente de expertos en big data. Al final, se trata de adecuar la necesidad del usuario con las posibilidades que puede ofrecer la tecnología”, explica el fundador de BeonPrice.

Las soluciones que intentan aportar las empresas a la digitalización de sector turístico son muy dispares. No existe una respuesta única. Lo único en lo que coinciden es en huir de marear a los usuarios y facilitarles sus viajes. De poco sirve trabajar con análisis biométricos u otro tipo de tecnologías si, finalmente, duermes peor que en tu casa o tienes que mirar en decenas de sitios diferentes para saber cuáles son las áreas de interés de tu destino. La batalla por ser el punto de encuentro de los turistas ha comenzado, aunque a muchos de sus protagonistas los ha cogido desprevenidos y sin una reserva a su nombre.

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