El dinero es una herramienta para la colaboración
Blockchain puede marcar el inicio de una curva de distribución de la riqueza en la sociedad más uniforme, asegura la fundadora de Bancor
El dinero mueve el tiempo, las capacidades y la energía humanas entre nosotros, en diferentes 'contenedores', o depósitos de valor. Depósitos nacionales de valor, como el dólar estadounidense, han sido controlados históricamente por los gobiernos y distribuidos por los bancos.
Esto, por supuesto, sucede de punta a cabo con transparencia limitada, una combinación de agendas políticas monetarias nacionales e internacionales, y consideraciones políticas.
Naturalmente, este modelo es mucho más inflexible e inaccesible que las nuevas soluciones de criptodivisas, hechas posibles por la tecnología de bases de datos blockchain que puede teóricamente capacitar a cualquiera para emitir y distribuir un depósito digital de valor.
De hecho, no hemos sino empezado a ver cómo el ecosistema blockchain da origen a estas nuevas formas de dinero que pueden emitirse con poco o ningún coste.
Dado que las criptomonedas nos permiten contabilizar y transferir valor de forma segura entre nosotros sin la necesidad de un intermediario, como un banco, podemos por fin unirnos y crear redes de valor locales y grupales que operan de forma fiable, con pocos gastos generales o tediosa supervisión.
El gran cambio
Comunidades de todo tipo pueden ahora fortalecerse para acordar estructuras de gestión y políticas de emisión de crédito, y disfrutar mercados internos desde los cuales comprar y vender bienes o servicios, sin depender del acceso al dinero nacional.
Los primeros casos de uso actuales los producen usuarios pioneros, y ya estamos viendo cientos, a punto de ser miles, de criptomonedas en el mercado, y subiendo.
Pero a medida que se eliminan barreras técnicas de entrada, estamos ante el abismo de millones de monedas generadas por usuarios, de todos los tipos y tamaños. Esto es parecido a los puntos de inflexión en el contenido generado por usuarios que vimos con el auge de WordPress para los blogs y de YouTube para los vídeos.
De forma similar, la larga cola (long tail) de creación de valor producirá una gran variedad de diversidad y abundancia monetaria a causa de la enormemente reforzada colaboración entre las personas.
En los negocios, la 'larga cola' describe el contenido y los productos con baja demanda o con bajas ventas o volumen de visitas que, en grupo, suman una cuota de mercado que excede las de los mejores productores actuales combinadas.
La historia de internet nos enseña que en el caso de la larga cola digital, la suma de todas las contribuciones minoritarias es de hecho dos o tres órdenes de magnitud mayor que los éxitos. Pensemos en todas las cuentas de Instagram que hay después de las 1.000 más seguidas, o todas las actualizaciones de estado que hay más allá de las más virales.
En criptodivisas, la larga cola señala que hay cientos de miles de millones de valor potencial en combinar todas las monedas pequeñas y especializadas más allá de las pocas más grandes.
Inhibidores pasados
Es una idea que ya se ha intentado antes.
Por ejemplo, mi equipo fundador desarrolló con anterioridad tecnología para iniciativas de monedas locales. Uno de nuestros más exitosos proyectos se convirtió en la mayor moneda alternativa de Israel allá donde se usaba.
Allí, una comunidad de nuevas madres emitió una moneda llamada 'Corazones' que permitió a miles de madres activas comprarse y venderse entre sí con una app móvil que combinaba un monedero y un mercado P2P de confianza.
La comunidad generó cientos de transacciones diarias durante años, con un valor de millones de dólares cambiando de manos, que incluía joyas, ropa, menaje y productos y servicios cotidianos para niños.
Con el tiempo, a medida que se emitieron otras monedas en las comunidades vecinas, quedó claro que poder intercambiar estos depósitos de valor entre sí les daría aún mayor uso, pues habría disponibles nuevos productos y servicios en otras redes más allá de la propia.
Muchos negocios locales estaban dispuestos a ofrecer sus productos a cambio de las monedas de las comunidades de sus clientes, lo cual habría aumentado aún más la selección de productos, pero la imposibilidad de liquidarlas en moneda nacional era una barrera.
Limitación de potencial
Incluso aunque estas monedas estuvieran creando valor para los usuarios, eran demasiado pequeñas para conseguir el volumen de negociación necesario para tener liquidez.
Esta es la razón principal de que no hayamos visto todavía el punto de inflexión de las monedas generadas por usuarios. Combinada con la dificultad técnica que sigue implicando la creación de una criptodivisa, lo que vemos actualmente son usuarios pioneros limitados a cripto-startups con gran experiencia de desarrollo y una estrategia de negocio para tener liquidez.
Cuando se rebajen las barreras técnicas y se resuelva el problema de liquidez, el surgimiento de la larga cola de monedas generadas por usuarios puede terminar siendo la mayor larga cola de la historia de internet.
Su volumen combinado no representará el beneficio o el tráfico de su propiciador (como en el caso de la propiedad de la larga cola de vídeos por parte de YouTube) sino la abundancia colectiva, medida según las velocidades y capitalizaciones de mercado de estas monedas, notada directamente por sus usuarios.
Este acceso a capital diversificado puede marcar el inicio de una curva de distribución de la riqueza en la sociedad más uniforme. Y mediremos esa riqueza no solo en dólares o euros, o incluso bitcoins, sino en la transferencia de bienes y servicios dentro de cada red o comunidad, sin las limitaciones de las ineficiencias de las estructuras monetarias.
Galia Benartzi es una emprendedora y activista estadounidense, cofundadora de Bancor.
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