Juan José Güemes: "España no tiene ningún problema cultural para emprender"
El prólogo de Barreiros: El motor de España (Planeta, Hugh Thomas, 2007) tiene parte de la respuesta. "Hugh Tomas reflexionaba en él sobre lo difícil que le fue encontrar otras biografías de empresarios españoles. Y lo comparaba con lo fácil que resultaba encontrar en una cultura como la anglosajona ejemplos de emprendedores que habían perdurado en la memoria colectiva. Thomas Edison, Henry Ford o Rockefeller. Ahí está la diferencia, en cómo la España oficial ha ignorado la figura del emprendedor".
Esta es una de las claves para Juan José Güemes (Madrid, 1969), vicepresidente económico y presidente del Centro de Emprendimiento e Innovación de IE Business School, de la a su juicio equivocada percepción de la cultura emprendedora en España. "No tenemos ninguna discapacidad para emprender. Y tenemos grandes ejemplos históricos. Lo que pasa es que algunos medios, que no todos, no se han fijado en ellos hasta recientemente y por eso da la sensación de ser un fenómeno más reciente".
Un fenómeno que ha crecido paralelo a la crudeza con la crisis con un nuevo modelo empresarial como bandera: la startup, velocista de la economía digital que busca un crecimiento exponencial en un mercado global. Según Startupxplore, más de 5.500 startups españolas intentan abrirse un hueco en el mercado. La tasa de éxito de lograr una gran empresa es increíblemente baja: CB Insights fijó el porcentaje de poder fundar un unicornio (empresa valorada en 1.000 millones de dólares) en un 1,28% para empresas que hubieran conseguido grandes rondas de financiación.
Güemes cree que esto no es óbice para apostar por las startups. Es más, defiende que los datos demuestran que la tasa de supervivencia no es lo importante, sino lo que aportan a la economía. "La Kauffman Foundation realizó en 2010 un informe que estudiaba cómo se había creado el empleo en Estados Unidos durante un período de 27 años. La conclusión fue que las pequeñas empresas habían contribuido esencialmente a la economía del país". Hasta el punto de que el informe afirma: "Dicho en pocas palabras, este estudio demuestra que sin startups no habría crecimiento en el tejido laboral en la economía de Estados Unidos".
"El problema es que las startups en sus primeras fases son muy frágiles y sencillamente hay marcos legales"
Sin embargo, aunque Güemes cree que las cosas están cambiando —con la actitud proclive de grandes compañías como Telefónica o Ferrovial hacia la innovación y las pequeñas empresas— sigue afirmando que las reglas del juego siguen rotas para el emprendedor. “La fiscalidad en España es absolutamente desastrosa, y en general en todos los países europeos. Seguimos centrados en políticas que están diseñadas en el tamaño de las empresas. Y el problema es que las startups en sus primeras fases son muy frágiles y sencillamente hay marcos legales que no pueden soportar”. Una lectura que coincide con la de la Asociación Española de Startups y que quedará al albur de las próximas elecciones el 26-J.
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