El Rey, protagonista ausente del relevo de la cúpula militar
La ministra de Defensa rechaza a quienes quieren "confrontar al presidente del Gobierno con el jefe del Estado"
Lo primero que hizo el nuevo jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), el general del Aire Miguel Ángel Villarroya Vilalta, tras agradecer su nombramiento a la ministra de Defensa y al presidente del Gobierno, fue reiterar su “inquebrantable lealtad a su Majestad el Rey y a la institución que representa”.
Lo último que hizo Margarita Robles, tras agradecer sus servicios al hasta ahora jefe de la cúpula militar (el general Fernando Alejandre) y dar la bienvenida a su sustituto, fue invitar a todos los militares presentes en el hall del Ministerio de Defensa a brindar “por su Majestad el Rey”.
El monarca es el “Mando supremo de las Fuerzas Armadas” y el capitán general de los tres ejércitos, según la Constitución, por lo que forma parte de la tradición castrense homenajearlo incluso en actos menos solemnes que el relevo del más alto cargo militar de Defensa. Pero ayer era la primera ocasión en que altos mandos de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil se reunían tras la toma de posesión de un Gobierno en el que se sientan ministros de dos fuerzas políticas, Podemos e Izquierda Unida, que se declaran abiertamente contrarias a la Monarquía.
El hasta ahora Jemad, a quien su cese sorprendió el pasado martes en plena reunión del Comité Militar de la OTAN en Bruselas, fue uno de los primeros en marcharse cuando acabó la ceremonia formal y los invitados pasaron a tomar una copa. No estaba previsto que hablara y no lo hizo, pero el miércoles dejó, a través de un tuit del Estado Mayor de la Defensa, unas palabras de agradecimiento y despedida a sus subordinados que concluían con una frase ambigua. “Os exhorto a seguir defendiendo a Su Majestad el Rey y a nuestra Patria”, decía a los militares. “¿Acaso el Rey necesita que se le defienda?”, se preguntaban ayer fuentes de Defensa.
Robles aprovechó su intervención para reiterar su “profundo respeto y aprecio” al Rey, tal como hizo en su discurso de la Pascua Militar, el pasado 6 de enero. Solo un día antes, en el debate de investidura, el PP, Ciudadanos y Vox habían cargado contra el entonces candidato socialista acusándole de no defender al Monarca frente a los ataques de la portavoz de Bilbu.
“El presidente del Gobierno tiene el máximo respeto por el jefe del Estado y su relación es magnífica”, zanjó ayer la ministra de Defensa. “En la crítica política no vale todo. No vale utilizar al Rey como elemento de confrontación. No nos gusta que nadie quiera confrontar al jefe del Gobierno con el jefe del Estado”, respondió a los periodistas.
En un clima de máxima polarización, en el que las apelaciones a España, la Constitución o el Rey se han convertido en arma arrojadiza, Robles se ha marcado como objetivo mantener a los militares al margen de la polémica partidista y rebajar la inquietud que generan las declaraciones de algunos líderes políticos sobre un supuesto riesgo para la unidad nacional.
“Este Gobierno solo se mueve en el marco de la Constitución, como no podía ser de otra manera. Frente a aquellos que quieren sembrar la duda, deben saber que el Gobierno de España está comprometido con los valores democráticos y con la Constitución”, apostilló.
El general Villarroya recordó que el artículo 8º de la Constitución encomienda a las Fuerzas Armadas, entre otras misiones, la defensa del orden constitucional, pero Robles se apresuró a aclarar que la Constitución “no necesita de ninguna defensa especial, porque está más fuerte que nunca”. Y eso incluye a la Monarquía parlamentaria.
Aunque no estuviera presente, el Rey conoce las inquietudes y aspiraciones de los militares. Ayer mismo recibió en el Palacio Real a cinco generales y vicealmirantes y a 18 coroneles y capitanes de navío que van a tomar el mando de unidades.
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