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Las 19 horas en Barcelona de Fedótov

El móvil utilizado por el militar ruso delata dónde estuvo en la capital catalana cuando viajó en septiembre de 2017

Del aeropuerto Josep Tarradellas, en El Prat de Llobregat, al centro de Barcelona, muy cerca de la estación ferroviaria de Sants. El rastro dejado por el teléfono presuntamente utilizado por el general Denís Serguéiev, alias Sergei Fedótov, durante su viaje a Barcelona en septiembre de 2017 —solo 48 horas antes de que se celebrara el referéndum ilegal del 1 de octubre convocado por el Ejecutivo de Carles Puigdemont—, revela los movimientos que el militar ruso hizo durante las 19 horas largas que permaneció entonces en la ciudad catalana.

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Según esta información, recabada por la red de periodistas de investigación Bellingcat que colabora con EL PAÍS, Serguéiev —que utilizó en este desplazamiento documentación a nombre de Serguéi Fedótov— aterrizó en el aeropuerto barcelonés poco después del mediodía del 29 de septiembre. Se hizo pasar por un hombre de negocios.

El militar ruso llegó procedente de Moscú en el vuelo de la compañía Aeroflot SU2718, que tenía programada su llegada a las 12.15. Menos de una hora después, a las 13.11, uno de los repetidores cercanos a la terminal del aeropuerto ya registró una primera actividad del teléfono de Serguéiev. A partir de ese momento, la información recabada refleja otras 14 conexiones con repetidores cercanos a la carretera B-22, que une las instalaciones aeroportuarias con la capital catalana. A las 13.47, el móvil le sitúa en las cercanías de las fuentes de Montjuïc, ya en el centro de la ciudad.

A partir de entonces, los movimientos de Fedótov se circunscriben a la zona de plaza de España y el parque Joan Miró, todo ello muy cerca de la principal estación ferroviaria de Barcelona, la de Sants. En esta área —ocupada principalmente por viviendas y oficinas, pero sin presencia de sedes de instituciones catalanas ni de partidos políticos, salvo el PSC—, se registran otra decena de conexiones del teléfono con repetidores. La última, poco después de las 10 de la noche, cerca del parque.

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Todo apunta a que en esta zona se alojó, ya que el primer rastro de conexión de su móvil al día siguiente se registra a las dos de la madrugada en el mismo lugar. El teléfono reaparece localizado allí hasta las 7.27 del 30 de septiembre. En ese momento son los repetidores cercanos a la estación de Sants los que dan servicio al terminal telefónico de Serguéiev hasta después de la 8.00. Diez minutos más tarde, parte a bordo del tren que une Barcelona con la ciudad francesa de Lyon, como revelan las conexiones que en las siguientes horas le sitúan a lo largo de la vía férrea rumbo a la frontera. El tren tenía prevista su llegada a las 13.10. Los repetidores de telefonía de la localidad gala lo sitúan cerca de allí, a la altura de la localidad de Saint-Laurent-de-Mure, a las 13.12. A las 13.26 ya está en el centro de Lyon, según la información recabada.

Sin embargo, el viaje del militar ruso no terminó ahí. Continuó en tren hasta Ginebra (Suiza), adonde llegó poco antes de las seis de la tarde del mismo 30 de septiembre. Tanto España como Francia y Suiza, pese a que este último país no pertenece a la UE, forman parte del tratado Schengen, que permite la libre circulación de personas entre los Estados firmantes. Durante su estancia en Suiza, Serguéiev se movió principalmente en Ginebra, aunque el rastro de su teléfono móvil también revela algún desplazamiento a otras zonas cercanas en el país helvético. La última conexión registrada de su móvil se produjo a las diez de la noche del 8 de octubre precisamente en una zona alejada de Ginebra.

La investigación de Bellingcat apunta a que el militar ruso regresó a Moscú desde Ginebra. Esta ciudad helvética es, de hecho, uno de los puntos de retorno a Rusia más utilizados por los supuestos integrantes de la Unidad 29155 del GRU, según revelan los datos recopilados en los últimos meses por el portal de investigación. Así, Alexander Mishkin y Anatoly Chepiga —a los que los servicios secretos británicos vinculan con el intento de envenenamiento en marzo de 2018 del exagente ruso Serguéi Skripal— utilizaron su aeropuerto para volar a Moscú en noviembre de 2017. El propio Serguéiev lo utilizó de nuevo ese mismo mes. En diciembre, Mishkin volvía a partir desde el mismo lugar de vuelta a Rusia.

La presencia en Barcelona del general ruso tanto en septiembre de 2017 como casi un año antes, en noviembre de 2016 —de este viaje anterior no han trascendido datos sobre sus movimientos en la capital catalana— fue interpretada en un primer momento por los servicios de inteligencia europeos como una vía de entrada en la zona Schengen de Europa, a partir de la cual poder moverse por el resto del continente. Sin embargo, el dato de que otros dos presuntos agentes del GRU también se desplazaran en fechas próximas a España es vinculado por las fuentes consultadas a alguna operación concreta. Barcelona no sería, en su opinión, lugar de paso, sino punto de encuentro para la realización de una operación desconocida hasta ahora.

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