Muere El Farias, el concejal “resistente” del PSOE en Gernika que necesitó un traductor de euskera
Manuel Martín, el único edil socialista en la localidad durante 24 años, sufrió amenazas y ataques etarras
Manuel Martín no entendía nada. Los demás concejales del Ayuntamiento de Gernika (Bizkaia), un lugar con marcada tendencia abertzale, se expresaban en euskera durante los plenos municipales sin que él, nacido en León hace 73 años y llegado al País Vasco para trabajar en una fábrica de cubertería, se enterara bien de las sesiones. Tampoco recibió mucha ayuda: no tuvo un traductor hasta cinco años después. Pese a ello, Martín, más conocido como El Farias por su inseparable pitillo, defendió al PSOE como único representante entre 1983 y 2007. El pasado día 23 falleció un hombre que aguantó 24 años como edil por mucho que los afines a la banda terrorista ETA le quemaran el coche, le lanzaran un cóctel molotov al balcón de su vivienda y amenazaran a sus hijos. Aguantó consciente, además, de que lo hacía en una localidad de marcado carácter simbólico para los nacionalistas vascos, pues los lehendakaris juran su cargo junto al árbol que resistió el bombardeo de los cazas alemanes durante la Guerra Civil en 1937 y que lleva el nombre del vigente Estatuto de Autonomía. Una plaza en la que ETA asesinó a siete personas, dos de ellas mientras El Farias era concejal.
El exlehendakari Patxi López lo incluye entre "la generación de resistentes", entre los que estaban su padre y el del sindicalista Nicolás Redondo, muy amigos entre sí. López alaba que no se rindió ante el hostigamiento etarra y destaca que "lo dio todo" por la causa, razón por la que "los malos no lo querían tanto". El carácter recio de este fumador empedernido "asumió" las pintadas de la culebra y el hacha que lo amenazaban por Gernika o las llamas que acabaron con su automóvil, pero sufrió más cuando apuntaron a sus hijos. El otrora candidato a la secretaría general del PSOE recalca que Martín "nunca quiso ser un héroe".
Juanma Martín, de 45 años, cuenta orgulloso que su progenitor luchó contra las injusticias aunque eso implicara vivir "en un ambiente irrespirable" por culpa del entorno nacionalista y de ETA. Él se crió con la etiqueta del "hijo del rojo" o "hijo del maqueto [apodo despectivo para los provenientes de otras regiones de España]". "Mi padre nos instruyó para irnos a estudiar fuera", recuerda el hijo del político, que trató de seguir la estela paterna tras forjarse en las Juventudes Socialistas. Pero El Farias lo disuadió. "No quería que tuviera una vida que no era vida", relata Juanma, formado en ciencias físicas y orgulloso de la "coherencia" de su progenitor, que decidió representar a quienes pensaban como él en un territorio tan hostil como estas zonas del interior vasco durante los últimos años de los noventa.
Rodolfo Ares, que trabajó con el concejal socialista de esta localidad de 17.000 habitantes, coincide en llamarlo "resistente". "Manuel le restó tiempo a su familia para la política", señala el secretario de organización socialista en el País Vasco entre 1995 y 2009. El Farias llegó a la política municipal en Gernika tres años después de los llamados "años de plomo", en los que ETA sembró Euskadi de cadáveres —unos 300 asesinatos entre 1978 y 1980—. Ares destaca también a Rosa Mari, la pareja de Martín, como "una mujer discreta, fuerte y valiente". Entre ambos le hacían rabiar: "Le decía que yo no tenía que hablar con él, que ella era la secretaria del PSOE en Gernika".
El alcalde gernikarra, José María Gorroño (PNV), declara su tristeza y define los años de amenazas como "una época en la que Martín no lo pasaba bien". Gorroño explica que la "discreción" del concejal, que siempre jugaba al fútbol en los torneos municipales, supuso que no hablara mucho del tema. Begoña Landa, concejala de EH Bildu, que coincidió con El Farias en varios mandatos, valora su "perfil asequible y sindical". El ambiente en Gernika entonces "no era tan malo, ni con el PSOE", considera. Juanma Martín señala que "a los que no eran nacionalistas, los traicionaban". Su memoria no es benévola con ninguna de estas formaciones; tampoco con Eusko Alkartasuna.
La persecución sufrida por Martín por parte de ETA, una más de entre los políticos a quienes la banda trató de acorralar, durante su trayectoria (1958-2018) desembocó en que Juanma retornara a León para estudiar. Allí regresó Martín cuando terminó su carrera en el Consistorio. Nuria Rubio, secretaria de organización del PSOE leonés, explica que lo conoció cuando desarrollaba "una vida tranquila, lejos de la política, pero sin irse". "Ya no era afiliado, pero mantenía el corazón socialista", añade Rubio, quien resalta la "amabilidad y alegría" del fallecido, que le preguntaba por las acciones del sindicato UGT, del que formó parte años atrás. Este vínculo sindical, subraya Juanma Martín, le granjeó cierto respeto porque "amortiguó la repulsa social hacia ese rojeras y español".
La jubilación política puso fin a su activismo político, pero el exconcejal no perdió de vista la actualidad. Su hijo precisa que respaldaba las negociaciones del PSOE con PNV y Bildu una vez abandonadas las armas. "Defendía sentarse en igualdad de condiciones, él hablaba con todos". Menos apreciaba a Santiago Abascal, líder del ultraderechista Vox. Manuel Martín se dedicó, antes de enfermar, a buscar a sus familiares, desaparecidos en la comarca leonesa de El Bierzo tras la Guerra Civil. Por eso no entendía que gente más joven, como un "Santi" con quien Juanma afirma haber comido cuando este encabezaba las Nuevas Generaciones del PP vasco, mantuviera esas "actitudes fascistas".
Gernika carece en la actualidad de concejales socialistas. También era difícil conseguirlo durante las legislaturas en las que El Farias, según rememora Patxi López, rellenaba las listas con nombres de afiliados socialistas y falsificaba sus firmas para que hubiera suficientes miembros. "Una se dio cuenta y denunció. La juez le dijo que no lo volviera a hacer", añade entre risas el exlehendakari. Todo el pueblo conocía a Manuel Martín, asevera, aunque pocos le ponían nombre y apellido sino que lo ubicaban por el sempiterno tabaco. El PSOE no ha vuelto a conseguir un edil desde que su humo dijo adiós a Gernika.
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