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PP, Cs y Vox vuelven a irse de vacío en Euskadi

El fracaso se produce tras el acuerdo en la Asamblea de Madrid del bloque de la derecha y la ultraderecha para ilegalizar partidos

Pedro Gorospe

El País Vasco fue el 10-N la única comunidad en la que ni los partidos nacionales de la derecha —PP y Ciudadanos— ni la extrema derecha de Vox obtuvieron representación. El dato consolida lo sucedido el 28-A, cuando el número dos del PP, Javier Maroto, no logró escaño. Ahora el pésimo resultado se ha producido tras la resolución aprobada por los tres partidos en la Asamblea de Madrid que instaba a ilegalizar a los partidos separatistas “que atenten contra la unidad de la nación”.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, durante un mitin en Dos Hermanas (Sevilla).
El presidente de Vox, Santiago Abascal, durante un mitin en Dos Hermanas (Sevilla).PACO PUENTES

Euskadi es, de momento, impermeable al crecimiento de la ultraderecha, pero tampoco ha permitido tener representación a Ciudadanos, el partido que el domingo sufrió una debacle. Los dos partidos que defienden la reforma del Estado de las Autonomías, y una devolución de competencias a la Administración central, tampoco han logrado representación en el Parlamento vasco en estos últimos años.

Vox, sin embargo, le lleva un par de cabezas a Ciudadanos. El domingo la formación de Abascal, aunque sigue siendo marginal, logró 28.659 votos en Euskadi —frente a los 13.058, el 1,1%, de Ciudadanos—, 419 más de los que el partido de extrema derecha obtuvo en las generales del 28 de abril pasado, cuando lograron 28.230 votos.

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Sin embargo, con el 3,78% que ha certificado Vox en Álava, al sumar 6.423 votos —el 2,43% de los emitidos en el conjunto de la comunidad—, su cabeza de lista se ha quedado fuera del Congreso de los Diputados, pese al relieve público que han tenido algunos de los actos de Santiago Abascal. En Bilbao hubo varios detenidos durante un acto político y el pasado día 7, en Sestao, su cabeza de lista, Nerea Alzola, fue agredida y el puesto de información en el que repartían folletos, destruido.

No hubiera sucedido lo mismo en el caso de haber estado ante unas elecciones autonómicas. De repetir ese resultado a finales de 2020, cuando está previsto que se celebren las elecciones autonómicas, si el PNV no decide adelantarlas, Vox tendría más cartas para lograr lo que Ciudadanos no ha conseguido desde su aparición: entrar al Parlamento vasco con un único escaño en el hemiciclo de Vitoria.

Los electores vascos han ido más allá de los gallegos, navarros, riojanos y melillenses, —las únicas comunidades que han marginado con sus votos al partido de Santiago Abascal—, y han castigado también al PP, pero sobre todo al nacional que, en uso de sus prerrogativas, designó a los candidatos al Congreso de Bizkaia y de Gipuzkoa, contra el criterio de las organizaciones provinciales.

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El botín

El PP vasco no puso pegas, sin embargo, a la candidata por Álava, Mari Mar Blanco, la hermana del concejal del PP asesinado por ETA Miguel Ángel Blanco, aunque no les ha servido de mucho. Han vuelto a fracasar. De hecho, la pelea del 28-A por el escaño alavés, que dejó fuera al entonces número dos del PP, Javier Maroto, por un escaso centenar de votos —la primera vez en democracia que Álava no enviaba al Congreso a un diputado popular—, esta vez no se ha producido. La lucha por el escaño se trasladó a Bizkaia y el PP perdió la batalla.

Vox también logró mejorar, ligeramente, los resultados del 28-A, aunque sin hacerse con el botín de Ciudadanos, que perdió entre abril y el pasado domingo más de 27.000 votos.

Parte de ese bocado se lo ha quedado el PP que mejora los resultados de abril, posiblemente debido al giro de Alfonso Alonso, que el pasado septiembre organizó una convención para desmarcarse del viraje a la derecha que dio en las anteriores generales el PP de Pablo Casado. Una convención en la que proclamaron el foralismo, el autonomismo y la defensa del pulmón del autogobierno, el concierto económico.

El PP vasco ha pasado en ese contexto de 95.041 a 103.821 votos, pero ha sido insuficiente para remontar y lograr representación tampoco en Álava, el feudo tradicional del PP vasco. La remontada se frenó, posiblemente después de que el PP y Ciudadanos se sumaran a la propuesta de Vox en la Asamblea de Madrid para aprobar una proposición no de ley que instaba al Gobierno de España a “la ilegalización inmediata” de los partidos separatistas “que atenten contra la unidad de la Nación”.

El PP en Álava es un partido de Gobierno. Sus representantes han dirigido las principales instituciones en varias ocasiones desde la recuperación de la democracia. Ramón Rabanera, de 1999 a 2007, y Javier de Andrés, desde 2011 a 2015, han sido diputados generales y Alfonso Alonso, el alcalde de Vitoria.

Tres días después de publicarse esta pieza, el recuento de los votos del extranjero otorgaron un escaño al PP por Bizkaia en detrimento del PNV.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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