La investigación apunta a que ERC pagó 50.000 euros por el silencio de los autores de la campaña contra Maragall
El partido niega cualquier pago o factura falsa, mientras Oriol Junqueras guarda silencio en su reaparición pública en un acto en Montcada i Reixac
La investigación inicial abierta a raíz del caso de los carteles elaborados contra Maragall, que en realidad encargó ERC, apuntan también a que el partido pagó cerca de 50.000 euros para comprar el silencio de los tres jóvenes a los que se les encargó su distribución. Los Mossos d’Esquadra hallaron en el teléfono de uno de los investigados, Gerard F., numerosas capturas de pantalla que constatan que los autores, una vez vieron sus caras en los medios de comunicación, pidieron dinero para no revelar quién les había hecho el encargo y que presuntamente se les pagó, tal y como ha avanzado La Vanguardia, y ha confirmado EL PAÍS de fuentes de la investigación.
El partido, sin embargo, ha negado este sábado a través de un comunicado, que “en ningún caso se ha hecho ningún pago para silenciar la acción de los carteles”, así como la “elaboración de presuntas facturas falsas”. Las conversaciones halladas por los investigadores apuntan precisamente a que el cobro se vehiculó a través de una decena de facturas fraudulentas con una empresa que habitualmente trabaja con ERC, por distintas cantidades, bajo el concepto de “comunicación”, que ascendían a cerca de 50.000 euros, según fuentes del caso, a los que se suman los 1.000 por pegar los carteles, más un teléfono móvil que la persona que presuntamente encargó la acción, Víctor L., le regaló a Gerard F. para comunicarse.
La policía catalana pidió poder acceder a las cuentas de la empresa para acreditar las facturas falsas, pero la Fiscalía, que sí que se refirió a un posible delito de falsedad documental, se opuso porque consideró que debería llevarse a cabo en otro procedimiento. El juez finalmente sobreseyó provisionalmente la causa, y descartó el delito de odio inicial por el que se abrió la investigación, sin que se localizase a quien encargó la acción. El partido asegura que “espera poder aclarar” el “intento de chantaje” al que apuntan las últimas informaciones, y mantiene que “continua la investigación para conocer todos los detalles sobre el caso de los carteles”.
El escándalo ha provocado la dimisión del viceconsejero del Govern, Sergi Sabrià, que negó cualquier responsabilidad sobre lo ocurrido y justificó su marcha para aportar “tranquilidad al partido”. Sus palabras, en todo caso, ilustraron la grave crisis que atraviesa el partido y dirigió reproches indirectos al expresidente el partido, Oriol Junqueras, que aspira a recuperar en noviembre el liderazgo tras reunirse durante los próximos meses con la militancia. Sabrià criticó “ambición y el deseo personal [de Junqueras, a quien ni citó] de controlar la formación para organizarla a su medida”.
Precisamente el último capítulo de la crisis republicana ha pillado a Junqueras en un encuentro con simpatizantes en Montcada i Reixac (Barcelona). El acto, convocado por su grupo más próximo y anunciado en redes sociales, ha congregado apenas a una veintena de personas y Junqueras no ha querido dar declaraciones. Durante un paseo por la calle principal del municipio, el republicano ha atendido a los diversos vecinos que se le acercaban y posteriormente el grupo se ha reunido en un café del pueblo. No es la primera ocasión que el exresponsable se reúne con las bases del partido (reunió la semana pasada a cerca de 500 personas en Sant Vicenç dels Horts, donde reside) desde que dejó la presidencia del partido, pero sí la que trasciende públicamente antes de celebrarse.
Junqueras negó el pasado lunes haber tenido conocimiento de las acciones contra Maragall, aunque Sabrià remarcó en dos ocasiones durante su comparecencia que el exlíder de ERC había sido informado. Su entorno ha vuelto a negar este sábado que supiera el presunto pago de 50.000 euros a los ejecutores de la pegada de carteles.
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