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Absuelto un coronel de la Guardia Civil acusado de tráfico de drogas

El fiscal pedía nueve años de prisión, cuatro de ellos por cohecho, del que queda libre por falta de pruebas

Javier Arroyo
Imagen del cuartel de la Guardia Civil en Alfafar (Valencia).
Imagen del cuartel de la Guardia Civil en Alfafar (Valencia).EFE

La Audiencia de Granada ha absuelto al coronel de la Guardia Civil F.G.S. de un delito de narcotráfico por la prescripción de los hechos. Los magistrados han considerado probado que el guardia civil colaboró con una banda de narcotraficantes y facilitó la entrada de hachís a través de la costa granadina en 2005 y 2006. El plazo de prescripción de los hechos, sin embargo, es de cinco años y el coronel, que actuó desde su puesto como responsable de las operaciones antidroga, solo fue detenido nueve años después. También ha sido absuelto de un delito de cohecho –la Guardia Civil calculó que los narcos le compensaron con 480.000 euros por hacer la vista gorda– por falta de pruebas.

El coronel ha respondido ante el tribunal por la introducción de tres alijos cuando prestaba servicio en la comandancia de Granada y estaba a cargo de las operaciones antidroga. El acusado entabló contacto con dos narcotraficantes con los que ideó el modo de introducir hachís en España desde Marruecos a través de la costa de Granada. Para no levantar sospechas, los dos colaboradores le informarían de tres desembarcos de droga y el coronel montaría dispositivos de vigilancia en cada uno de ellos. Así se hizo. En las dos primeras operaciones no hubo detenciones con la justificativa de que servirían para el seguimiento y control de la mercancía. La tercera sería la de las detenciones e incautaciones.

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El coronel aseguró a sus agentes que en esa tercera operación, además, se recuperaría la droga anterior. Eso nunca ocurrió. Ninguno de los agentes de los operativos supo nunca que su propio jefe los engañaba. Y aunque a la tercera llegada de droga a Granada se actuó y los agentes incautaron droga, esta era, como indica el tribunal, de muy escasa calidad. La buena, la de los dos primeros alijos, nunca fue encontrada. Los dos supuestos cómplices declararon en un juzgado de instrucción hace años y se dieron a la fuga. Nunca más han sido detenidos ni, por tanto, comparecido en el juicio.

Tanto la fiscalía como la AUGC pedían que el delito contra la salud pública se considerara “de extrema gravedad”, algo que depende de la cantidad de sustancia traficada. Los jueces dicen que habría que aplicar ese agravante cuando la cantidad de sustancia exceda “notablemente la considerada como de notoria importancia”, sin entrar en cifras. De haber sido así, el plazo para la prescripción del delito habría sido de 10 años y, entonces, el coronel sí podría haber sido condenado. Sin embargo, el tribunal reconoce que al haberse dejado pasar los dos primeros alijos, la cantidad real de droga queda en una nebulosa imposible de cuantificar ya que solo se cuenta con el testimonio de los agentes que vieron la operación en la distancia, sin intervenir. Unos y otros hablan cantidades entre 3.500 y 4.000 kilos, pero sin más certeza que su memoria. El tribunal, al no tener constancia exacta de la cantidad de estupefacientes llegados a la costa granadina desde Marruecos, ha optado por no agravar el delito.

El ministerio fiscal solicitaba nueve años de cárcel y 6,3 millones de euros de por el delito contra la salud pública y el de cohecho. La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), presente en el juicio como acusación particular, elevaba la pena a 13 de prisión y 10,3 millones. Finalmente, el coronel, destituido de su cargo desde 2015, no irá a la cárcel ni pagará un euro de multa. A su favor ha tenido varios factores: el tiempo transcurrido entre la comisión del delito y su detención, el que los dos acusados que deberían haberle acompañado en el banquillo durante el juicio están en paradero desconocido y que muchas de las declaraciones de los agentes, de hechos ocurridos hace casi 15 años, han dependido de su memoria. Así las cosas, los jueces han optado por dejar al coronel en libertad sin cargos. La sentencia es, no obstante, recurrible.

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Un portavoz de AUGC de Granada ha explicado que no tienen más remedio que asumir la sentencia y que estudiarán si recurren pero que, en cualquier caso, todo es resultado de una mala gestión previa de la Guardia Civil: “Asuntos internos sabía lo que pasaba y demoró todo para que prescribiese. El coronel tenía amigos muy poderosos en la Guardia Civil”.

 

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