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El terral intimida en Málaga: “¿Esto es así todo el verano?”

Este viento eleva hasta rozar los 40 grados las temperaturas de la Costa del Sol a partir de este miércoles

Nacho Sánchez
Un bañista se dirige al agua en la playa de la Misericordia, en Málaga.
Un bañista se dirige al agua en la playa de la Misericordia, en Málaga. ÁLVARO CABRERA

Dice la leyenda que el terral es un viento africano. Que parte de los áridos desiertos del Sáhara, cruza el Estrecho de Gibraltar y llega hasta Málaga para asfixiar a sus habitantes con altas temperaturas. La realidad es otra, que solo coincide en que su presencia hace insoportable el día a día en la Costa del Sol. Como su propio nombre indica, el terral es un viento que llega desde la tierra. Concretamente del norte. Y cuando aterriza “la gente desaparece de las calles”, como cuenta Mireia Prados, quien, desde detrás del mostrador de La Tienda de los Helados, se convierte en una observadora privilegiada de los efectos de este fenómeno atmosférico. Este miércoles, los termómetros marcaban 40,6 grados cerca de las cuatro de la tarde, la temperatura más alta del año en la capital. 

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé que el terral llegue a Málaga a partir de este miércoles. Aumentará las temperaturas de dos maneras. La primera, frenando con su fuerza -se esperan rachas de hasta 40 kilómetros por hora- la brisa marina que regula la temperatura en este rincón del Mediterráneo. La segunda, porque tras superar las montañas que rodean a la costa y descender rápidamente a nivel del mar, el aire llega caliente. Este doble efecto hará subir el mercurio hasta 39 grados en la capital y uno más en localidades como Coín o Álora, en la zona del Valle del Guadalhorce. Y Aemet ha activado la alerta naranja para dicha comarca y el litoral malagueño occidental (amarilla para el oriental) durante la jornada del miércoles —salvo Marbella, que vive con un clima aparte gracias a la protección de las montañas—. El riesgo de incendios también crecerá.

A Mireia Prados no le hace falta ni ver la previsión meteorológica para saber que el terral ha inundado Málaga. El centro, donde trabaja, se queda vacío. “Solo quedan turistas, que van en fila india a ambos lados de la calle buscando la poca sombra que dan los balcones”, dice esta joven. “Hay menos gente, pero vendo el triple de helados”, añade mientras unos visitantes alemanes preguntan sudando: “¿Esto es así durante todo el verano?”. La cara se les desencaja cuando les advierten de que cuando llega el terral todo es peor. Dice la tradición que su estancia en Málaga es de entre tres y cinco días. Por ahora, se espera que se quede hasta el sábado, aunque todo dependerá de la fuerza con la que legue el viento de poniente.

“Los malagueños sabemos que, cuando avisan de terral, lo mejor es no salir a la calle salvo que no te quede otra”, añade Estefanía Ortega, en cuya tienda de yogures helados los turistas encuentran un oasis en forma de sofá frente a un ventilador. “A ellos no le queda otra opción, para unos días que están aquí…”, dice la trabajadora. “No se puede luchar contra él. No queda otra que agua, agua y agua”, afirma Mati Arcos, trabajadora de Correos que finaliza su entrega diaria cerca de las dos de la tarde, en plena hora punta de sofoco. “La solución es una gorra y muchísimo líquido”, añade Juanjo Martos, repartidor de bebidas a los bares del centro cuyas jornadas superan las 10 horas. “Al menos sudas menos”, dice su compañero de batallas David González. Tiene razón: el terral convierte al calor pastoso habitual del verano malagueño en uno seco, más típico de un clima continental.

Desde Aemet explican que la llegada del este aire caliente hace que afloren en la superficie del mar aguas de niveles más bajos y la temperatura del Mediterráneo descienda. Por eso las playas son uno de los lugares preferentes para sobrevivir al terral entre chapuzón y chapuzón. Pero el sitio preferido para muchos es frente al aire acondicionado de casa. “Se nota mucho al mediodía, no viene gente al restaurante pero los pedidos desde casa aumentan bastante”, resalta Fran Montero, propietario de varios restaurantes de refrescante poke (ensalada de pescado crudo de origen hawaiano) en la ciudad. “En cambio, durante la noche la gente sale más”, añade Montero. El hecho de que el agua del mar esté más fría ayuda a que las mínimas no se disparen. Esta semana rondarán los 25 grados durante la madrugada, que sumado a los casi 40 diurnos convertirán esta semana de agosto en la peor del verano en la Costa del Sol.

Consejos para los días de terral

Nacho Sánchez

Buena alimentación, mucho líquido y evitar las horas centrales del día. Son los tres pilares de las recomendaciones frente al excesivo calor ofrecidas por el servicio de Emergencias 112. Entre sus consejos se encuentran un consumo periódico de agua, cerrar las ventanas y cortinas de las viviendas y mantener una nutrición basada en frutas, verduras frescas y sopas vías como el gazpacho, evitando el alcohol y las comidas copiosas. Además, para salir a la calle indican usar protector solar, gorra y gafas de sol, así como llevar ropa clara de tejidos ligeros. También prestar especial atención a personas mayores, bebés y enfermos crónicos.

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