El triunfo del alcalde ‘indepe’ de La Línea
Juan Franco logra mayoría absoluta con su propuesta de convertir el municipio gaditano en ciudad autónoma
El móvil del alcalde de La Línea de la Concepción está que echa humo. Le chivatea que ha caminado 217 kilómetros en 15 días de campaña, en una ciudad de apenas 19 kilómetros cuadrados. En la memoria del dispositivo tiene decenas de selfies: con calles recién asfaltadas al fondo, con un casco de obra e incluso con una réplica de él mismo hecha de cartón. Juan Franco se ha convertido en uno de los alcaldes más votados de España. Y con su mayoría absoluta recién estrenada pretende impulsar el punto más importante de su programa: intentar lograr la independencia de su localidad como ciudad autónoma.
La noche del pasado 26 de mayo, Franco y su partido La Línea 100x100 hicieron historia local. Ganaron en todas las mesas electorales con el 67,51% de los votos, se hicieron con 21 de los 25 concejales y relegaron al PSOE y al PP a fuerzas meramente testimoniales en el pleno. Las urnas confirmaron el sentimiento que buena parte de los 62.940 vecinos tenían, tras conocerle como alcalde durante los cuatro años anteriores. “Lo esperábamos. Le he votado, no lo voy a ocultar, porque ha sacado al pueblo adelante”, reconoce Carmen Núñez, mientras espera que su hija salga del colegio Sagrado Corazón.
Franco, hoy con 44 años, llegó a la alcaldía en 2015, gracias a un pacto con el PP, que entonces consiguió cinco concejales. Él logró entonces nueve ediles, los mismos que el PSOE. Nada mal para un funcionario municipal licenciado en tres carreras —Historia, Derecho y Administración Pública— desconocido políticamente hasta entonces. Lo que sus contrincantes no podían ni siquiera imaginar es que ese nuevo actor en la vida pública municipal iba a arrasarles cuatro años después con un liderazgo personalista y una comunicación directa y cercana con los vecinos.
“Te digo lo que hago. Estamos trabajando todo el día. No tenemos dinero y usamos las redes sociales”, reconoce el alcalde. Franco trasladó la política municipal a Facebook. Su perfil hace tiempo que rebasó los 5.000 amigos que permite como máximo la red social, su página ya tiene el mismo número de seguidores, a los que informa periódicamente de lo que hace con varias publicaciones al día. Selfies en un parque, en su casa, en una obra, en una reunión de trabajo. La primera foto tras su aplastante victoria electoral superó los mil Me gusta en pocos minutos.
Pero la gestión de Franco tiene poco de banal. Lleva las riendas de una ciudad frontera con Gibraltar, asediada por graves problemas. La localidad tiene una de las tasas de paro más altas de España, un 29,9%, según los últimos datos del INE. La Línea es la única de las 126 ciudades estudiadas por la institución con una esperanza de vida al nacimiento inferior a 80 años. El narco intenta implantar su propio Estado del bienestar en barrios como La Atunara o San Bernardo. El brexit llena de incertidumbre a un municipio en el que viven o por el que pasan los más de 8.000 trabajadores españoles que tiene el Peñón.
La mayoría de los males no son nuevos, aunque sí lo ha sido que su alcalde los reconozca sin ambages para pedir ayuda. “Hasta entonces, el resto agachaba la cabeza y le echaba la culpa al mensajero”, explica Franco. El regidor no ha rehuido una entrevista o foro político para clamar por su ciudad. Pero, al ver que el ansiado plan especial para el Campo de Gibraltar del Gobierno —anunciado a finales de 2018— se quedaba en menos de lo esperado para La Línea, puso en marcha la vía paralela independentista que anunció públicamente antes de las elecciones andaluzas del pasado 2 de diciembre.
El programa de La Línea 100x100 para las municipales reservó para el último punto la idea de conseguir un estatus de ciudad autónoma similar al de Ceuta y Melilla para la localidad. “Es el 100 porque es el más importante”, explica Franco sobre un plan que contempla organizar una consulta popular para preguntarle a los vecinos si quieren segregarse de la provincia de Cádiz y de la región andaluza. Cree el regidor que esa será una de las vías más efectivas para conseguir el estatus especial que La Línea necesita para salir del atolladero, con una mayor asignación económica o medidas como exenciones fiscales que atraigan a las empresas. “Estamos ninguneados y maltratados por el Estado. Esto es una llamada de atención, pero voy a tirar para adelante”, asegura con rotundidad.
Franco invoca la posibilidad de una autonomía reconocida por la Constitución, mientras que da los pasos necesarios para lograrla. Ya tiene un informe del abogado Juan Periáñez que repasa las excepcionalidades históricas, sociales y geográficas que concurren en La Línea. Aunque “jurídicamente no es fácil”, como apunta el letrado, no es imposible. Por eso, el alcalde está esperando ahora un nuevo dictamen del Centro de Estudios Constitucionales de la Universidad Complutense de Madrid. Si es favorable, el regidor lo llevará a pleno para aprobar una consulta popular que necesitará permiso del Gobierno central.
El plan independentista de Franco no cayó en gracia a la oposición. Tanto el PP como el PSOE lo consideraron una excentricidad. Ahora, tras el 26-M ni siquiera están para preguntas. La ejecutiva socialista local ha presentado su dimisión, tras verse reducidos de nueve a tres concejales. Y el candidato del PP, Juan Pablo Arriaga, convertido en el único edil de su partido del pleno tras perder cuatro, guarda silencio. Pero en la calle opinan distinto. La vecina Carmen Núñez sabe que será “bien difícil”, pero apoya la idea. María Teresa Hernández también, y eso que ella, votante popular “de siempre”, vive en una pedanía cercana perteneciente a otro municipio y no pudo votarle. Una de las claves la revela Isabel Carrillo. Jubilada, camina junto a su marido Juan Manuel Pérez hacia un restaurante donde tienen una reserva: “Es el mejor alcalde que hemos tenido porque ha devuelto la ilusión al pueblo. Avanza lento, pero bien y es transparente”. Carrillo y Pérez están hartos de solo verse retratados en las noticias por las desventuras del narco “cuando ellos son una minoría y los honrados, mayoría”. Con Franco y su hiperactividad a golpe de selfie, los linenses han dicho basta. Prefieren que, si en los informativos nacionales van a hablar de ellos, sea por tener a un alcalde independentista y de los más votados de España.
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